lunes, 7 de septiembre de 2015

La caída del crudo / José Guillermo Torrez *

Sobre la caída del precio del petróleo, abundan los criterios sobre oferta, demanda, cuotas de mercado, etc. El precio del petróleo prosigue un descenso imparable. Una espiral en caída de la que todavía no se atisba el final. 

¿Por qué esta reducción del precio? La causa inicial de la bajada responde a un desfase pronunciado entre la oferta y la demanda. Las reducciones de la demanda responden al debilitamiento de la economía europea. Además, aunque China sigue creciendo a ritmos importantes y siendo el segundo consumidor de crudo del planeta, este crecimiento económico ha estado por debajo de las expectativas.

Desde inicios de los años 2000 Estados Unidos empezó una revolución silenciosa. Especialmente en los estados de Texas y Dakota del Norte donde se están desarrollando las técnicas de la fracturación hidráulica o “fracking”, que permite extraer hidrocarburos atrapados entre rocas o esquistos bituminosos. Estos dos estados están creciendo a ritmos de países emergentes y reduciendo sus tasas de desempleo. Este es uno de los factores que más está contribuyendo a que Estados Unidos lleve la delantera respecto a Europa en la salida de la crisis. El “fracking” ha conseguido que, mucho antes de lo previsto, se convierta en el primer productor de petróleo y gas del mundo, con una producción superior a los 11 millones de barriles al día, superando a Arabia Saudí y Rusia.

El rol de Arabia Saudí, primera voz de la OPEP y primer productor del mundo, muestra que ha apostado por mantener la oferta para no perder cuotas de mercado con otros productores. Ante la independencia de Estados Unidos, buscará colocar su producción en Asia y otros países y se puede permitir vivir un tiempo con los precios ostensiblemente bajos porque se estima que tiene unas reservas de entorno a 750.000 millones de dólares en oro, además de frenar el auge del “fracking” en Estados Unidos, por el costo de este proceso.  

Así pues, los grandes beneficiados son los países importadores.

Europa es la que mayores importaciones hace; desde el 2013 compró 9,3 millones de barriles de crudo al día y otros 3,3 millones de barriles de productos petrolíferos, según el informe anual World Energy 2014.

China e India son los otros dos grandes beneficiados. Desde Pekín se compran 5,6 millones de barriles al día y 1,2 millones de otros productos petrolíferos, mientras que India importa 3,8 millones de barriles al día.

Quienes son los más perjudicados son los países productores, que dependen de las exportaciones de crudo para equilibrar sus presupuestos. No obstante, no todos los países son iguales. Al igual que Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes, también pueden sobrevivir con precios más bajos. Tanto por sus reservas de divisas como por tener unos bajos costes de extracción. Estos tres países están dispuestos a sacrificar puntualmente sus ingresos con tal de perjudicar a Irán.

Además de Irán, el gran damnificado de la actual situación es Venezuela. El 95 por ciento de las divisas que entran al país provienen de los ingresos por la exportación de crudo. En Venezuela el Estado es el único adjudicador oficial de moneda extranjera. Esto quiere decir que cuando un producto se importa es el Gobierno el que debe entregar los dólares a las empresas. Si llegan menos dólares, habrá menos divisas que entregar, el país podrá importar menos, y en un país que importa el 70 por ciento de los alimentos el resultado sólo puede ser: desabastecimiento y escasez.

A medida que el precio del crudo descendía y se alejaba de los 100 dólares el barril, las alarmas se hacían más insistentes en el Kremlin. Asfixiado por las sanciones de la Unión Europea y de Estados Unidos por el conflicto en Ucrania, la economía rusa es preocupante para el 2015 y 2016.


(*) Ingeniero geólogo boliviano

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