WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos
impondrá esta medianoche nuevas sanciones a Irán, anunciadas en mayo
pasado cuando Washington abandonó el acuerdo nuclear con Teherán, aunque
contempla exenciones para ocho países.
El secretario
de Estado estadounidense, Mike Pompeo, explicó el viernes que EE.UU.
planea eximir de manera temporal a un máximo de ocho países o
"jurisdicciones" territoriales, que en los últimos tiempos han trabajado
para "reducir a cero" sus importaciones de petróleo del país persa.
"Hay una serie de lugares donde los países han hecho ya
reducciones significativas en sus importaciones de petróleo crudo y
necesitan un poco más de tiempo para llegar a cero, y vamos a darles ese
tiempo", explicó hoy Pompeo en una entrevista con la cadena Fox News.
Pompeo no identificó los países que se beneficiarán de la exención
durante seis meses, pero se espera que entre ellos estén China, India,
Japón y Corea del Sur, según The New York Times.
Esta
nueva batería de sanciones, la segunda contra Irán por parte del
Ejecutivo estadounidense desde mayo, tendrá en su punto de mira los
sectores energético, financiero y naval de la República Islámica.
"Estas serán las sanciones más duras jamás impuestas a la República Islámica de Irán", advirtió hoy el titular de Exteriores.
En la primera tanda, que entró en vigor el 6 de agosto, se retomaron
las sanciones a la compra de billetes de dólares estadounidenses por
parte del Gobierno de Irán, la adquisición de deuda iraní y al comercio
de oro y otros metales preciosos, entre otros.
Con
motivo de esta segunda ronda, el Departamento del Tesoro estadounidense
incluirá más de 300 nuevas entidades a su lista negra, aparte de otras
400 que volverán a ella tras haber salido en 2015 cuando se puso fin a
las sanciones con Irán, en virtud de la firma del acuerdo nuclear,
conocido como Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en
inglés).
Las presuntas violaciones de ese pacto, así
como la "influencia maligna" que ejerce el "régimen" iraní en Oriente
Medio, han sido los principales argumentos esgrimidos por la Casa Blanca
desde hace meses para justificar las sanciones, que no han contado con
el respaldo de la comunidad internacional.
Por este
motivo, Washington dio en mayo a Teherán seis meses, plazo que se
cumplirá esta medianoche, para cumplir con una docena de condiciones que
le permitirían evitar ese castigo; una oferta que desde el principio
cayó en saco roto.
Sin embargo, como si de una cuenta
atrás se tratara, desde hace doce días el Departamento de Estado ha
venido publicando en su cuenta oficial de Twitter con un goteo diario de
mensajes esos "doce requisitos".
Dichas condiciones
contemplan desde detallar de manera pormenorizada "las dimensiones" del
programa nuclear iraní y su abandono "permanente y verificable", hasta
la liberación de cualquier ciudadano estadounidense o procedente de un
país aliado, pasando por el fin del apoyo a organizaciones consideradas
terroristas por EE.UU.
A pesar de esta campaña de
presión, Irán lejos de amedrentarse puso en duda en la última semana la
viabilidad de las sanciones, y su presidente, Hasan Rohaní, opinó que
Washington podría estar considerando dar "marcha atrás" en su decisión.
"El nuevo plan de EE.UU. contra Irán definitivamente fracasará y están
retrocediendo. Primero dijeron que iban a reducir las exportaciones
petroleras de Irán a cero; después que a cero no era posible en el mes
de noviembre; y luego poco a poco dijeron que quieren disminuirlo", dijo
el Rohani el miércoles pasado.
Hace dos días, Pompeo
recalcó que el objetivo es "privar" al Gobierno iraní de los recursos
necesarios para seguir financiando el terrorismo en el mundo, y subrayó
que el presidente de EE.UU., Donald Trump, no quiere perjudicar al
pueblo iraní.
Por este motivo, dijo, también estarán
exentos de las sanciones algunos productos básicos para la población,
como los alimentos y los medicamentos.
"Contamos con el pueblo iraní y trabajamos para que tengan el Gobierno que quieren", observó Pompeo.