DUBÁI.- Al competir por la lealtad de Iraq, la geografía nos muestra que es irresistible. Se
está instando a Bagdad a tomar partido en la confrontación entre EE.UU.
e Irán, que se ha convertido en uno de los puntos más importantes del
Medio Oriente. El presidente Donald Trump está presionando a Iraq para
que deje de comprar gas natural y electricidad a su vecino. El
presidente Hassan Rouhani quiere que compre más para aliviar la carga
que representan las sanciones estadounidenses.
Hasta
ahora, Rouhani está ganando, ha realizado una conferencia de prensa
junto a su homólogo iraquí, se dirigió a empresarios, visitó importantes
santuarios musulmanes y conversó con líderes tribales. En diciembre,
después de una presencia militar estadounidense de 16 años, Trump causó
furor diplomático al llegar sin previo aviso en medio de la noche a una
base estadounidense, hablar con las tropas y marcharse sin reunirse con
altos funcionarios.
"La
parte esencial del mensaje de Rouhani está dirigida a EE.UU.: Irán está
en lo cierto en gran medida", dijo Ihsan Al-Shammari, analista político
iraquí. Teherán "está reforzando sus relaciones en una forma amplia
para apoyar su posición política dentro de Iraq".
Visas, comercio
Los
dos países firmaron acuerdos de transporte y comercio, entre ellos uno
para la construcción de un enlace ferroviario entre la ciudad iraní de
Shalamcheh y el centro petrolero de Iraq en Basora. A partir del próximo
mes, los vecinos retirarán los cargos de visado para los ciudadanos de
cada país, informó la televisión estatal iraní Press TV. Rouhani dijo
que los funcionarios planeaban aumentar el comercio bilateral a 20.000 millones de dólares, en lugar de los actuales 12.000 millones.
Los
obstáculos a la banca entre las dos naciones también fueron eliminados,
dijo el secretario de la Cámara de Comercio para Irán e Iraq, Hamid
Hosseini, a la agencia estatal de noticias Tasnim.
Los respectivos
gobernadores de los bancos centrales firmaron un acuerdo el mes pasado
para realizar pagos por el comercio de petróleo y gas a través de
cuentas bancarias que no estén en dólares estadounidenses, utilizando
euros y dinares iraquíes para evitar las sanciones estadounidenses.
"Estuvimos
junto a la nación iraquí en las buenas y en las malas", dijo Rouhani en
comentarios el lunes, según los medios estatales iraníes.
El
secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó Iraq en enero en medio de
dudas árabes sobre el compromiso de EE.UU. con su región, luego de que
Trump anunciara que quería retirar tropas de Siria.
Si bien esas
conversaciones se centraron en temas de seguridad, Pompeo también habló
sobre la reducción de la dependencia de Iraq de la energía importada que
proviene principalmente de Irán.
No
llegó muy lejos, parece. En una entrevista realizada en febrero en
Moscú, Abdulkarim Hashim Mustafa, asesor especial del primer ministro de
Iraq, aclaró la situación. "Estas son las sanciones estadounidenses y
tenemos el derecho de proteger nuestros intereses nacionales", dijo.
"Siempre les decimos: somos sus amigos pero no formamos parte de sus
políticas en la región".