lunes, 7 de septiembre de 2015

El giro de Arabia Saudí sobre Irán / Miguel Ángel Rodríguez Mackay *

Un notable giro en su conocida posición contraria al acuerdo nuclear entre los países miembros del Consejo de Seguridad -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia-, más Alemania e Irán, acaba de dar Arabia Saudí. La reciente visita de su monarca -el rey Salmán bin Abdulaziz- a la Casa Blanca es la segunda desde que asumiera el trono a la muerte de su hermano, el rey Abdalá bin Abdulaziz, al comienzo del año.

Resulta interesante el cambio saudí, un país sunita con 30 millones de habitantes tradicionalmente enemigo de Irán, un estado no árabe con una población de 77 millones de personas y esencialmente chiita. Riad actúa en función de sus intereses y Washington también, como suele suceder en las relaciones internacionales. Me explico. 

A Arabia Saudí, que es el mayor productor de petróleo en el planeta, le interesa conservar su alianza con Estados Unidos, que, además de pasarle por alto las denuncias de violaciones de derechos humanos en el país, ha evitado que la ola de la primavera árabe de hace pocos años llegara a prender en Riad. 

Conservando su relación con Washington y ahora masticando a Irán, casi por instinto de conservación, Arabia Saudí quiere que se aplaque a la mayor amenaza común que tienen los dos países: el avance en la región del Estado Islámico, que busca fundar un califato desapareciéndolos junto con Siria e Iraq. 

Los saudíes saben que Irán también deberá coadyuvar para vencer a los yihadistas. Mientras tanto, Obama, que mejora el clima en Medio Oriente -solo Israel se opone al acuerdo-, se refugia en las matemáticas para contar los votos necesarios en el Congreso para vetar cualquier oposición republicana al acuerdo nuclear con Irán. 


(*) Decano de la Facultad de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica del Perú.

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