TEHERÁN.- El ministro iraní de
Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, respondió el lunes a las
últimas amenazas de Donald Trump y afirmó que "las burlas genocidas" del
presidente de Estados Unidos no "pondrán fin a Irán", como lo amenazó
textualmente en tuiter.
Trump "espera lograr algo en lo que
fracasaron Alejando (Magno), Gengis (Khan) y otros agresores" escribió
Zarif en su cuenta Twitter, aludiendo a dos conquistadores extranjeros
que dominaron Persia --antiguo nombre de Irán-- en un período dado de su
milenaria historia.
"Los iraníes permanecieron en pie durante milenios
mientras que todos sus agresores se fueron", indica Zarif. "El
terrorismo económico y las burlas genocidas no pondrán +fin a Irán+"
agrega el ministro, en respuesta a un mensaje publicado la víspera por
Trump en la misma red social.
"Si Irán quiere pelear, ese será el
fin oficial de Irán", había lanzado Trump, antes de advertir: "Nunca
vuelvan a amenazar a Estados Unidos otra vez".
"Nunca amenace a un
iraní. Intente ser respetuoso. ¡Funciona!", replicó este lunes Zarif
sobre este punto el ministro iraní al presidente estadounidense.
La
respuesta de Trump no se hizo esperar, y horas después el mandatario
dijo en un tuit que si Teherán quiere dialogar, tendrá que dar el primer
paso.
"Irán nos llamará cuando estén listos. Mientras tanto, su
economía sigue colapsando, es muy triste para el pueblo iraní", agregó
Trump.
De su lado, el senador estadounidense Lindsey Graham,
cercano a Trump, amenazó con una "respuesta militar aplastante" a
cualquier acción contra los intereses de Estados Unidos.
Las
tensiones entre los dos países son crecientes, particularmente en las
últimas semanas, en las que Estados Unidos ha reforzado su presencia
militar en el golfo Pérsico para hacer frente a presuntas "amenazas"
iraníes.
El gobierno estadounidense envió una flotilla liderada
por un portaaviones y escuadrillas de bombarderos B-52, en respuesta a
supuestas fotografías que mostraban que Irán había cargado misiles en
pequeñas embarcaciones.
Además Estados Unidos
retiró a su personal diplomático no imprescindible de Irak, citando
amenazas de grupos armados iraquíes respaldados por Irán.
Estas tensiones crecientes generan preocupación en la
comunidad internacional. El ministro británico de Exteriores, Jeremy
Hunt, que se hallaba en Ginebra, dio un consejo "a los iraníes: no
subestimen la determinación de la parte estadounidense".
Los
norteamericanos "no buscan el conflicto, no quieren un guerra con Irán,
pero si los intereses estadounidenses son atacados, replicarán, y eso es
algo en lo que los iraníes tienen que reflexionar muy, muy
atentamente", advirtió el secretario del Foreign Office.
"Desde
luego estamos preocupados (...) y queremos una desescalada", agregó, y
responsabilizó de la situación actual a las "actividades
desestabilizadoras" de Irán.
Las relaciones entre Estados Unidos e
Irán, malas desde los años 70, se han deteriorado aún más desde que
Trump decidiera en mayo de 2018 retirarse unilateralmente del acuerdo
internacional alcanzado en 2015 en Viena sobre el programa nuclear
iraní.
Con este acuerdo, que supuestamente debía calmar los
temores de la comunidad internacional sobre un acceso de Irán a la bomba
atómica, Teherán aceptó limitar drásticamente su programa nuclear a
cambio de un levantamiento de las sanciones en su contra.
Pero al denunciar este
texto, Washington ha vuelto a imponer severas sanciones
extraterritoriales a la República islámica, suspendidas o limitadas tras
el acuerdo de Viena.
Esta política de Washington impide a la República islámica
beneficiarse de las ventajas que esperaba se derivasen del acuerdo.
Teherán la ha denunciado de forma reiterada, calificándola de "crimen
contra la humanidad" o de "terrorismo económico".
Por su lado,
Trump, que aboga por una política de "máxima presión" sobre Teherán,
intenta llevar a la República islámica a negociar un "mejor" acuerdo que
el de Viena.
Pero Irán excluye cualquier negociación "con el
actual gobierno estadounidense" y amenaza con desentenderse
progresivamente del acuerdo de 2015 si las demás partes firmantes del
texto (Alemania, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) no le permiten
sortear las sanciones de Washington.