JERUSALÉN.- El rabino estadounidense Marc Schneier, conocido
informalmente como "el rabino del Golfo" o "el rabino del mundo árabe",
asegura en una entrevista con Efe en Jerusalén que Israel establecerá
relaciones diplomáticas en 2019 con algún país del Golfo Pérsico.
"En los últimos tres o cuatro años han tenido lugar avances
significativos en las relaciones entre Israel y los seis países del
Golfo", afirma con rotundidad este rabino, una de las personalidades
judías más conocidas en el mundo árabe por su trabajo desde hace dos
décadas en encuentros interreligiosos.
Schneier, que vive en Nueva York pero es un habitual en
Jerusalén porque desde aquí -a través de Ammán (Jordania)- le resulta
más fácil viajar a los países del Golfo, donde pasa buena parte de su
tiempo, cree que Bahrein será el primer país de esa región en establecer
relaciones con Israel, y que lo hará el próximo año.
"De los seis caballos en la carrera -Arabia Saudí, Emiratos Árabes
Unidos (EAU), Catar, Kuwait, Omán y Bahrein-, creo que Bahrein será el
primero y el segundo podría ser Catar", avanza.
Este
religioso, de la sinagoga del privilegiado enclave The Hamptons,
mantiene relaciones muy cercanas con las distintas casas reales de la
zona y no duda en afirmar que, en cada visita que hace, nota más
claramente "un deseo de establecer relaciones" con el estado judío.
Muchos atribuyen este viraje en la política tradicional de los países
árabes a la visión de Irán como un enemigo común con Israel, pero
Schneier reduce el peso de esta cuestión.
"Muchos creen que Irán es el factor número uno y yo creo que no, que es el segundo. El primero es la economía", asevera.
Los estados del Golfo "tienen dos amenazas existenciales, una es Irán,
pero la otra es la amenaza de las economías decrecientes, en términos de
la bajada de la demanda de petróleo. Líderes prominentes de Arabia
Saudí están muy centrados en transformar su economía antes de 2023 y
creen que no podrán hacerlo sin Israel".
Altos cargos
de Catar también le han transmitido que creen que "con su dinero y la
tecnología israelí podrían crear la región más poderosa del mundo".
Un tercer factor para el acercamiento es el deseo de esos países de
"hacer más sólida su relación con Estados Unidos, y en particular con la
Administración Trump", algo a lo que creen puede ayudar Israel, en gran
sintonía con la Casa Blanca.
Un cuarto aspecto
relevante es, a su entender, un "deseo genuino" de acercamiento
interreligioso en el que líderes islámicos del Golfo tratan de superar
la división con el judaísmo.
Según él los líderes de estos países "ya no diferencian entre Israel y el judaísmo", sino que lo ven como una misma cosa.
"Ya nunca oigo la manida expresión de: no tenemos nada contra los
judíos, es solo contra el sionismo", asegura, y añade que cada vez es
mayor la conciencia de que judíos y musulmanes tienen "una fe común y un
futuro común, como hijos de Abraham".
Respecto a los
palestinos, el cambio fundamental que ve en el Golfo es que, hasta
ahora, los países árabes creían que israelíes y palestinos tenían que
alcanzar la paz primero y luego ellos establecerían relaciones
diplomáticas, mientras que "ahora valoran que si ambas partes inician
conversaciones, ellos pueden hacer simultáneamente el reconocimiento".
El presidente palestino, Mahmud Abás, instó recientemente a los países
árabes y musulmanes a mantener su posición de no reconocer a Israel
hasta que no haya un acuerdo que ponga fin al conflicto.
Schneier sin embargo opina que la normalización de relaciones entre el
mundo árabe e Israel puede beneficiar e incluso posibilitar un futuro
acuerdo de paz.
Y cree que ese es el camino que se ha iniciado, demostrado en pasos muy visibles en los últimos seis meses.
Entre ellos, enumera el viaje a Omán del primer ministro israelí,
Benjamín Netanyahu, los mensajes en Twitter del ministro de Exteriores
de Bahrein (Jalid bin Ahmed al Jalif) bendiciendo una operación militar
israelí contra túneles de ataque de Hizbulá desde Líbano y aplaudiendo a
Australia por su reconocimiento de Jerusalén Oeste como capital de
Israel.
También menciona la cooperación de Catar con
Israel en Gaza, o el reciente viaje de la ministra de Justicia de Israel
a Abu Dhabi (EAU) y las declaraciones del príncipe saudí Mohamad bin
Salman, que dijo "muy públicamente" en abril que Israel tiene derecho a
existir, en unas declaraciones nada habituales en la región.
"De todos los países del Golfo, el más visible y más público en su
apoyo a Israel es Catar", asegura el rabino, que mantiene una relación
de más de una década con las familias reales saudí, qatarí y de Bahrein,
y desde hace varios años con las casas reales de EAU y Omán.
Schneier es asesor del Centro Interreligioso del rey Abdala en Viena,
también del centro similar en Doha y hace dos semanas el rey de Bahrein
nombró "asesor especial" a este judío, que afirma sin dudas que "se
siente más cómodo con la kipá (solideo judío que cubre la cabeza) en
Kuwait que en Berlín".