jueves, 17 de abril de 2014

El rey de España debe afianzar ahora el AVE Medina-Yeda-La Meca / Francisco Poveda*

Tras el inoportuno episodio (aunque felizmente salvado desde Madrid y Washington) del Canal de Panamá y, coincidiendo con las grandes expectativas de presente y futuro despertadas sobre España por ilustres prescriptores para grandes inversores internacionales, se ha detectado ahora sobre el terreno cierta inquietud y reservas en saudíes del más alto nivel y sensibilidad sobre la capacidad tecnológica española para hacer funcionar un AVE en el implacable desierto arábigo sin importantes sobrecostes añadidos a la cifra contratada de 6.736.000.000 €.

Aparte de esa duda razonable, ahora pendiente de despejar desde España tras el compromiso público de la ministra de Fomento contando con el Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), hay quien aquí está en condiciones de afirmar que los autores del proyecto han obviado definitivas condiciones ambientales extremas de sol, arena y polvo del desierto, resistencia y fatiga de materiales frente a las altas temperaturas gran parte del año, y no han integrado, además, los factores culturales inherentes a su utilización ni sopesado, por supuesto, aspectos más políticos e internos, con las consecuencias fatales que acarrearía un eventual fracaso sonado, para opciones de futuro de la 'marca España' y el AVE en todo el mundo, especialmente el árabe y musulmán.

Estando en condiciones de adelantar que, seguro, negociado por un grupo hispano-saudí, existiría cofinanciación o financiación saudí para el I+D+i más elemental, que posibilitaría alcanzar suficiente excelencia tecnológica como para hacer funcionar un AVE en condiciones ambientales tan extremas y con plena seguridad para sus usuarios, hay quien puede ofrecer esta necesaria probabilidad, incluso, tras conversaciones previas con miembros españoles de ese grupo hispano-saudí, y hasta de hacer viajar a Madrid, si se estima oportuno, a un consultor saudí clave y de altura en cuestiones de transporte en aquel reino, muy bien conectado por su condición técnica con los máximos responsables políticos saudíes para el éxito final del proyecto Medina-Yeda-La Meca.

Aspectos más complejos de esta cuestión, que no se pueden pasar por alto si se pretende alcanzar en serio todas las metas propuestas y lograr con rigor el objetivo de ser líderes mundiales indiscutibles en la ingeniería de la alta velocidad ferroviaria bajo el paraguas de la 'marca España', deben abordarse por el rey Juan Carlos en su próxima visita a Riad en mayo, para total tranquilidad de los saudíes y, consecuentemente, el afianzamiento del proyecto sobre el que la ministra Ana Pastor no ha dicho todavía en público toda la verdad en espera de poder salvar a tiempo el enorme problema dejado por su antecesor en el cargo.

* Periodista y profesor

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