VIENA.- Frente a una demanda en
declive y el auge del petróleo de esquisto estadounidense, la OPEP
formalizó el martes sus relaciones con Rusia, en una alianza que
refuerza la influencia de Moscú en la política del cartel.
Los 14
miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y
sus 10 países socios, liderados por Rusia, adoptaron el martes un
acuerdo de "cooperación permanente", calificado de "histórico" por
Arabia Saudita.
La medida se aprobó con un voto a mano alzada durante una reunión en la capital austriaca, donde la OPEP tiene su sede.
Su
alianza, hasta ahora informal, remonta a finales de 2016, cuando,
debido a la caída vertiginosa de los precios del petróleo, los miembros
de la OPEP se pusieron de acuerdo con otros 10 países petroleros, entre
ellos Rusia, México y Kazajistán, para limitar su producción de crudo.
Los 24 países, agrupados bajo la sigla OPEP+, producen la mitad del petróleo del mundo.
Como
era previsible, estos países también prolongaron el martes, durante
otros nueve meses, su acuerdo del pasado diciembre para bajar su oferta
acumulada de 1,2 millones de barriles diarios (mbd) para estimular las
cotizaciones del crudo.
Esta prolongación hasta marzo de 2020
tiene lugar mientras los precios siguen bajo presión entre una oferta
abundante alimentada por el auge del petróleo de esquisto estadounidense
y un consumo mundial a la baja.
En este
contexto, este acuerdo de cooperación del martes crea de facto una
especie de OPEP ampliada, lo que consolida su bloque frente a Estados
Unidos, primer productor de petróleo del mundo.
Esta carta establece "una
plataforma que nos da la posibilidad de reuniones regulares para
vigilar el mercado, pero también para reaccionar si es necesario"
coordinando más estrechamente la producción de los Estados miembros, se
felicitó el ministro ruso de Energía, Alexander Novak.
Es "una base sólida para un futuro de cooperación a largo plazo", estimó.
Una evolución indispensable para frenar la marginalización del cartel, según el ministro saudita de Energía, Jaled al Falih.
"La
volatilidad de los precios no desaparecerá tan pronto", y para
intervenir de forma eficaz sobre la oferta, "era necesario un marco
institucional (...) integrando la influencia de otros países productores
y no solo los miembros de la OPEP", argumentó.
"La OPEP sola, es
menos de 30% de la producción mundial. La influencia de Rusia, gran
exportador, es bienvenida", había dicho el lunes Al Falih. Rusia es el
segundo productor de petróleo en el mundo, por detrás de Estados Unidos y
por delante de Arabia Saudita.
El
acuerdo estará además abierto a otros países productores que lo deseen,
insistió el ministro saudita, asegurando que había "hablado con algunos
de ellos".
La decisión fue sin
embargo compleja. "Las discusiones fueron acaloradas" entre los miembros
del cartel, reconoció Al Falih, pero los 14 miembros finalmente
aprobaron el documento, tras largas horas de negociaciones.
Esta
alianza refleja la creciente influencia de Rusia en la política del
cartel, a pesar de la oposición de Irán, que se dijo totalmente en
contra de la cooperación permanente, aunque al final aceptó el acuerdo.
"Se hicieron algunas modificaciones (...) Insistimos en el
hecho de que la OPEP tal como está subsistirá, que esta carta no tendrá
impacto en la OPEP y sus tomas de decisión", justificó el ministro
iraní de Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh.
A su llegada a la
reunión de Viena el lunes, el ministro denunció sin embargo el carácter
unilateral del acuerdo entre Moscú y Riad, y predijo que la OPEP como
tal podría "morir".
Rusia
y Arabia Saudita se pusieron de acuerdo la semana pasada, al margen del
G20 en Osaka, sobre la prolongación de la baja producción de crudo de
la OPEP+, antes de las reuniones de Viena.
Irán, que decidía
tradicionalmente la política del cartel junto a Riad, se encuentra ahora
marginado, por la caída de sus exportaciones, debido a las sanciones
estadounidenses.
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