DUBÁI.- Además de permitir conducir a sus mujeres y bailar a sus jóvenes,
Arabia Saudí está haciendo otros cambios menos ruidosos. Cristianos
residentes en Yeddah se han atrevido este año a difundir un vídeo de su
fiesta navideña y la reciente visita del obispo copto Ava Morcos se
cerró con una misa en Riad, la primera que se celebra abiertamente en
ese país, donde está prohibida cualquier manifestación religiosa ajena
al islam. Casi al mismo tiempo, en el vecino Emiratos Árabes Unidos
(EAU), donde hace tiempo que se toleran iglesias cristianas y templos
hindúes y sijs, se ha roto el último tabú al salir a la luz la rumoreada
sinagoga de Dubái, según crónica hoy de la corresponsal de El País, de Madrid
La misa de Morcos ha sido muy comentada en la prensa árabe, y sobre
todo en Egipto, lugar de origen de los coptos, la principal minoría
cristiana de Oriente Próximo. Era la tercera vez que el obispo de Shubra
el Kheima visitaba Arabia Saudí, pero no hay precedentes documentados
de que hubiera oficiado una misa con anterioridad.
Los cristianos
residentes en el reino, como el resto de los no musulmanes, se veían
obligados al culto clandestino en casas privadas o sedes diplomáticas.
Ahora, las fotos en las que el prelado da de comulgar a sus fieles se han difundido sin temor a las consecuencias.
Arabia Saudí,
donde se estima que residen 1,5 millones de cristianos, todos ellos
trabajadores extranjeros, es el único país de la península Arábiga que
prohíbe la construcción de iglesias (y otros oratorios no islámicos),
después de que Qatar inaugurara su primer templo católico en 2008.
No está claro desde cuándo se veda la celebración de misas. Las ruinas de una iglesia anglicana
en el centro de Yeddah apuntan a una mayor flexibilidad a principios
del siglo XX, cuando los británicos ayudaban al rey Abdelaziz a combatir
a los otomanos.
También hay constancia de oficios cristianos celebrados
dentro del recinto de Aramco, al menos antes de que Riad se hiciera con
el control de la petrolera en 1980, justo un año después de que la
revuelta de La Meca y la revolución iraní motivaran un giro
ultraconservador.
El publicitado viaje de Morcos no ha sido un hecho aislado. La pasada primavera el cardenal francés Jean-Louis Tauran fue la más alta autoridad católica en pisar la cuna del islam, y pocos meses antes, visitó el país el patriarca maronita, el cardenal libanés Bechara Butros Al Rahi.
Estos gestos, impulsados por el controvertido príncipe Mohamed bin Salmán, heredero y gobernante de hecho de Arabia Saudí, quieren mejorar la imagen internacional del Reino del Desierto y dejar atrás las acusaciones de que su estricta interpretación del islam, el wahabismo, ha inducido al terrorismo islamista y el sectarismo regional.
Todo ello ha suscitado la esperanza de que se relaje la prohibición a la
práctica de otras religiones. Incluso en algún momento se ha especulado
con la posibilidad de que Riad autorice la construcción de alguna
iglesia. De momento, sin embargo, no se han producido cambios concretos.
El País ha preguntado al respecto al secretario general de la Liga
Mundial Musulmana, el jeque Mohamed Abdulkarim al Isa, quien ha
acompañado a todos los dignatarios cristianos en sus entrevistas con el
rey Salmán y el príncipe Mohamed. A través de un asesor, el jeque Al Isa
ha remitido al Ministerio de Exteriores, dando a entender que se trata
de un asunto político más que teológico.
Prohibido importar árboles de Navidad
La grabación de Yeddah muestra a Santa Claus repartiendo regalos
entre un grupo de niños en vísperas de que muchas familias aprovechen
las vacaciones de invierno para viajar a sus países a celebrar la
Navidad. Lo sorprendente no es el contenido, sino que los organizadores
invitaran como maestro de ceremonias a un presentador saudí, se
atrevieran a difundir el vídeo y la prensa local diera noticia del
evento.
“Aunque una minoría lo malinterpretó y lo criticó, [otros] saudíes defendieron la celebración (…) y declararon que les hacía felices ver ceremonias de otros credos”, informó el diario Arab News.
Para comprender lo que significa este pequeño gesto hay que tener en mente que Arabia Saudí, con el pretexto de albergar los lugares santos del islam, prohíbe la menor expresión de cualquier otra religión.
No se trata sólo de no poder celebrar misas o festividades como la Navidad, sino que veda la exhibición de símbolos como cruces o imágenes de santos, la entrada de Biblias e incluso la venta de tarjetas navideñas. Todavía este año, el departamento de aduanas ha recordado en respuesta a una consulta que “está prohibida la importación de árboles de Navidad”.
“Aunque una minoría lo malinterpretó y lo criticó, [otros] saudíes defendieron la celebración (…) y declararon que les hacía felices ver ceremonias de otros credos”, informó el diario Arab News.
Para comprender lo que significa este pequeño gesto hay que tener en mente que Arabia Saudí, con el pretexto de albergar los lugares santos del islam, prohíbe la menor expresión de cualquier otra religión.
No se trata sólo de no poder celebrar misas o festividades como la Navidad, sino que veda la exhibición de símbolos como cruces o imágenes de santos, la entrada de Biblias e incluso la venta de tarjetas navideñas. Todavía este año, el departamento de aduanas ha recordado en respuesta a una consulta que “está prohibida la importación de árboles de Navidad”.
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