PARÍS.- Ocho mil millones de
dólares. En plena pandemia del nuevo coronavirus, el fondo soberano de
Arabia Saudita ha invertido esta impresionante cantidad en pesos pesados
de la economía mundial, desde Boeing hasta Facebook, un frenesí que
choca con las medidas de austeridad inéditas aplicadas en el reino.
El
doble impacto de la pandemia covid-19 y del desplome de los precios del
petróleo incitaron al gobierno a triplicar el Impuesto sobre el Valor
añadido (IVA), suspender subsidios y reducir gastos para frenar el
crecimiento de su déficit presupuestario.
Estas drásticas medidas afectan al tipo de contrato social
"rentista" que, gracias a la riqueza petrolera, el reino ha utilizado
ofreciendo a sus ciudadanos generosas subvenciones, empleos, y un modo
de vida confortable. Todo ello, sin impuestos.
Pero,
recientemente, el Public Investment Fund (PIF) ha gastado miles de
millones en comprar partes de empresas extranjeras de primer plano.
"No
vamos a desaprovechar una crisis", ironizó el gobernador del PIF, Yasir
al Rumayyan, en abril, al confirmar que el fondo --de 300.000 millones
de dólares-- aprovecha la ralentización de la economía para comprar
acciones a precios de saldo.
Boeing, Facebook, Total, Walt Disney,
Starbucks, Marriott, Citigroup: en el primer trimestre de 2020, el
organismo público saudí ha comprado por valor de 7.700 millones de
dólares en acciones.
El PIF apoya asimismo un proyecto de compra del club de fútbol británico de Newcastle United por 372 millones de dólares.
"Las
empresas se alegran de que sus acciones sean compradas y que sus
precios aumenten", constata Karen Young, investigadora del
American Enterprise Institute.
Pero en un país donde el IVA se va a
triplicar hasta el 15% a partir de julio "es más importante pensar en
cómo los saudíes ven que se gastan sus ahorros y los del país en los
mercados internacionales", agrega.
En Riad, los comerciantes se
preguntan por qué esas sumas no han servido más bien a apoyar a las
pequeñas y medianas empresas, ahogadas por la pandemia.
"Un club
de fútbol, diversiones, megaproyectos... Tirar el dinero así es
absolutamente inútil en estos tiempos de austeridad", se lamenta un
funcionario, también taxista a tiempo parcial para mejorar los fines de
mes.
Las reservas de divisas del Banco central han sufrido notable
descenso en marzo y abril, pues el gobierno informó que se
transfirieron 40.000 millones al PIF para financiar sus compras.
Las
reservas han caído a 450.000 millones de dólares en abril --su más bajo
nivel en años-- y seguirán bajando para financiar el déficit
presupuestario, según los analistas.
El
príncipe heredero Mohamed bin Salman ha transformado el PIF en poderoso
instrumento para diversificar la economía de este país,
ultradependiente del petróleo.
El organismo asegura buscar
"activamente oportunidades estratégicas, tanto en Arabia Saudita como en
el resto del mundo, que tengan un fuerte potencial para generar
beneficios a largo plazo".
Algunas de estas inversiones "tácticas"
están en la línea del objetivo de desarrollar los sectores aún
incipientes del turismo o del ocio, estima Ali Shihabi, experto saudí.
Pero
otras adquisiciones son "poco susceptibles de producir beneficios
sustanciales a corto plazo", según Robert Mogielnicki, investigador del
Arab Gulf States Institute basado en Washington.
La inversión en
Facebook genera inquietud en Estados
Unidos, donde dos antiguos empleados de Twitter fueron acusados el año
pasado de espiar a favor de Arabia Saudita.
"Ya sabemos que los
saudíes tiene agentes en Twitter para espiar a los disidentes", afirma a
Ben Freeman, director del Center for International Policy en
Washington.
"¿La empresa pondría fin a una campaña de desinformación llevada a cabo por uno de sus accionistas?", se pregunta.
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