lunes, 24 de junio de 2019

¿Puede el dinero, base del plan de Trump para Oriente Próximo, allanar el camino a la paz?

JERUSALÉN.- Más de dos años después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propusiera por primera vez un plan para reanudar el proceso de paz israelí-palestino, su primera fase será presentada formalmente el martes en un seminario económico en Bahrein. 

La cumbre económica ‘Paz para la Prosperidad’, cuyo objetivo es fomentar la inversión en los Territorios Palestinos, fue propuesta como el primer eslabón del amplio plan político de la Casa Blanca para poner fin al conflicto.
El yerno de Trump, Jared Kushner, el principal arquitecto del plan, dio el sábado un avance exclusivo de las propuestas económicas.
Sin embargo, el proyecto económico de la Casa Blanca no hace mención alguna a la condición de Estado de Palestina. Y poco se ha revelado hasta ahora sobre siguiente fase del plan, que tendrá que abordar ésta y otras cuestiones que desbarataron décadas de esfuerzos de los anteriores pacificadores.
Estas cuestiones incluyen:
-El estatuto de la ciudad de Jerusalén, que abarca lugares sagrados para el judaísmo, el islam y el cristianismo.
-Establecimiento de fronteras mutuamente acordadas.
-Encontrar las debidas condiciones de seguridad para evitar los temores de Israel sobre los ataques palestinos y de sus hostiles vecinos.
-Abordar las demandas de los palestinos sobre la creación de un Estado y el fin de la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel desde hace décadas.
-Encontrar una solución a la difícil situación de millones de refugiados palestinos.
-Acuerdos sobre el uso compartido de recursos naturales escasos, como el agua.
-Los palestinos exigen que Israel desmantele los asentamientos en Cisjordania de los más de 400.000 israelíes que viven entre aproximadamente 3 millones de palestinos, y los otros 200.000 colonos israelíes en Jerusalén Oriental.
¿Qué sabemos del plan?
El grupo de trabajo ‘Paz para la Prosperidad’ en Manama adoptará un enfoque de “la economía es lo primero” ante el conflicto político y religioso.
Esto refleja un nuevo enfoque pragmático, o por el contrario, las raíces empresariales de sus arquitectos neoyorquinos, dependiendo de si se habla con partidarios o con críticos.
Reclama un fondo de inversión de 50.000 millones de dólares para impulsar las economías de Palestina y los estados árabes vecinos, según el documento examinado por Reuters.
Entre los 179 proyectos de infraestructura y negocios propuestos se encuentra un corredor de transporte de 5.000 millones de dólares para conectar Cisjordania y Gaza.
Más de la mitad de los 50.000 millones de dólares se gastarán en los territorios palestinos durante 10 años.
El resto se dividiría entre los países vecinos como Líbano, Egipto (cuya península del Sinaí linda con Gaza) y Jordania, país que ha acogido el mayor número de palestino y que teme que se asienten permanente allí.
¿Quién pagará?
La administración Trump espera que otros (principalmente los ricos estados del Golfo y los inversores privados) paguen gran parte de la factura.
¿Cuáles son sus posibilidades?
Las expectativas son bajas. No habrá representantes de los gobiernos israelí o palestino en el grupo de trabajo dedicado a promover la paz entre israelíes y palestinos.
Además, el plan de reactivación económica sólo se implementará si se alcanza una solución política en uno de los conflictos más difíciles del mundo.
Las últimas negociaciones de paz fracasaron en 2014, aunque las esperanzas eran pocas incluso entonces, después de dos levantamientos palestinos durante las últimas tres décadas, la expansión de los asentamientos israelíes y el ascenso al poder de Hamás, un movimiento armado islamista que sigue oponiéndose implacablemente a la existencia de Israel.

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