BARCELONA.- El caso de la joven saudí, Rahaf Mohammed Al-Qunun, que se atrincheró este fin de semana en la habitación de un hotel en el aeropuerto de Bangkok para evitar su deportación a su país de origen ha levantado otra vez la más que cuestionada falta de derechos y libertades que padecen las mujeres en Arabia Saudí, según constata el periódico español La Vanguardia.
Aunque desde junio de 2018 las mujeres pueden conducir por primera vez, las restricciones a las saudíes siguen siendo muy importantes. La existencia del sistema de tutela masculina determina que el padre, hermano, esposo o hijo de una mujer tiene la autoridad de tomar decisiones en su nombre.
Cualquier mujer saudí necesita la aprobación de un pariente masculino para
solicitar un pasaporte, viajar fuera del país, estudiar en el
extranjero con una beca del gobierno, casarse, salir de la cárcel o
incluso salir de un refugio para víctimas de abuso.
Por esa razón hay muchas mujeres que sueñan en dejar atrás su país y ven en el exilio el único modo para poder liberarse del régimen del tutelaje masculino.
Agitación en las redes
El caso de Rahaf Al-Qunun ha tenido una fuerte repercusión en las redes. El hashtag
traducido del árabe “End Guardianship or we will all migrate” (Acabad
con el sistema de tutela masculina o todas emigraremos) se ha
convertido en tendencia en las últimas horas en Arabia Saudí.
La periodista egipcio-estadounidense Mona Eltahawy, defensora
de la abolición del sistema de tutela masculina, ha publicado un vídeo
en Twitter donde predice que va a comenzar una revolución en Arabia
Saudí a raíz del caso de Rahaf Al-Qunun, quien dice haber demostrado que
es posible la liberación de las mujeres saudíes.
“Las mujeres y hombres que están luchando por los derechos de la
mujer y que están encarcelados en Arabia Saudí son los líderes de una
revolución que liberará a las mujeres y acabará para siempre con el
sistema de tutelaje masculino”.
El hashtag se convirtió en el trending topic número 2 en el
país, levantando una ola en favor de la liberación de Rahaf Al-Qunun
(#SaveRahaf) y extendiéndolo a todas las mujeres saudíes.
Eltahawy también apuntaba a la importancia de las redes sociales. Rahaf Al-Qunun consiguió paralizar su deportación a Arabia Saudí porque lo denunció en Twitter.
Pocas horas después de publicar su situación en la red, una campaña
difundida por activistas en todo el mundo permitió que en 36 horas el
gobierno de Tailandia decidiera revertir la decisión de deportarla.
Human Rights Watch informó en 2016 que el régimen saudí “hace cumplir de manera clara y directa los requisitos de tutela en ciertas áreas”, y que varias mujeres que han desafiado el sistema se han enfrentado a la detención y al procesamiento.
En los últimos años, algunas mujeres saudíes fugitivas que huyen del abuso de sus familias han sido sorprendidas tratando de buscar asilo en el extranjero.
Activistas saudíes afirman que el régimen, a través de sus embajadas en
el exterior, a veces ha presionado a los agentes de la patrulla
fronteriza en países extranjeros para que deporten a las mujeres a
Arabia Saudí.
En 2017, Dina Ali Lasloom provocó un fuerte revuelo cuando la
detuvieron en Filipinas en su camino hacia Australia, donde planeaba
buscar asilo. Fue devuelta por la fuerza a su familia en Arabia Saudí,
de quien escapaba por un matrimonio forzado. No se volvió a saber de
ella, según los activistas que rastrearon su paradero.
Los expertos de la ONU expresaron su preocupación en febrero de 2018
por el hecho de que el país no haya adoptado una ley específica que
prohíba la discriminación contra las mujeres como también la ausencia de
una definición legal de la misma.
Rahaf Al-Qunun se encuentra de momento en Tailandia, bajo tutela de la ACNUR. Australia ya ha avanzado que concederá asilo a la joven
si la agencia de las Naciones Unidas le asigna el estatus de refugiada,
aunque esta decisión puede llevar días y habrá que estudiar también el
destino que se le asigne.
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