VIENA.- El precio del crudo de la OPEP ha
iniciado la semana al alza, al situarse el lunes en una media de 72,44
dólares por barril, un 2,27 % más que el viernes y su cota máxima en lo
que va de 2019, informó hoy el grupo petrolero con sede en Viena.
Esta
subida de 1,61 dólares en el valor del barril referencial de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue paralela a la
del Brent y del petróleo intermedio de Texas (WTI), que se apreciaron
un 2,82 % y un 2,7 % en Londres y Nueva York, respectivamente, hasta
quedar en 74 y 65,70 dólares/barril.
El fuerte aumento es atribuido al inesperado anuncio de
Washington de poner fin el próximo día 2 a las exenciones de las
sanciones a los países que aún importaban petróleo de Irán.
Según los analistas, la medida amenaza con eliminar del mercado petrolero internacional cerca de un millón de barriles por día.
Con
la apreciación de ayer, el barril OPEP ha recuperado el nivel que tenía
a principios de noviembre pasado, antes de caer en picado hasta poco
más de 50 dólares a fines de diciembre.
El
abaratamiento de entonces había sido atribuido precisamente a las
exenciones de las sanciones impuestas a Irán y a quien haga negocios con
Teherán, que Washington concedió inesperadamente a ocho países para
darles tiempo a reducir sus compras de crudo persa.
El
embargo petrolero a Irán entró en vigor el 1 de noviembre de 2018, como
parte de la segunda tanda de sanciones, después de que la primera parte
se impusiera en mayo del año pasado.
El temor a que
las previstas sanciones provoquen una escasez en un entorno marcado ya
por los recortes de suministros de la OPEP y Rusia, así como la caída de
las extracciones en Venezuela, había disparado en los meses anteriores
los "petroprecios", que llegaron a superar los 80 dólares en octubre.
Pero
se desplomaron luego, tras conocerse que Teherán seguiría vendiendo su
crudo a China, India, Turquía, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Grecia e
Italia, los países que más crudo iraní importaban.
La
OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, reaccionaron a la caída de los
precios con un nuevo recorte de sus suministros que, sellado en
diciembre y vigente en los primeros seis meses de este año, volverá a
ser estudiado en junio en Viena.
El renovado temor a
la ausencia de barriles iraníes se suma ahora a otros factores alcistas
relacionados con la oferta, como el citado recorte de producción, el
agravamiento de la crisis de la industria petrolera de Venezuela y la
escalada de violencia en Libia.
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