viernes, 1 de febrero de 2019

El OIEA considera que Israel y EE.UU. entorpecen su mandato en Irán

VIENA.- Un veterano oficial de la CIA estaba discutiendo el futuro de Irán en un foro de seguridad internacional en Israel el martes cuando el moderador lo interrumpió para buscar un boletín de noticias de última hora en el monitor gigante.

Irán, anunciaba el Canal 12 de Israel, acababa de abandonar su histórico acuerdo nuclear con las potencias mundiales y comenzaría a expulsar a los inspectores de inmediato. La confusión silenciosa se extendió por el pasillo mientras los participantes, en su mayoría funcionarios actuales y antiguos de países como Francia, Estados Unidos y Rusia, sacaban sus teléfonos en busca de confirmación y detalles.
Tomó aproximadamente 25 minutos para que todos entendieran que eran noticias falsas, lo que los panelistas ya sabían.
Los organizadores del foro en Tel Aviv, copatrocinado por la embajada de Estados Unidos y Lockheed Martin, dijeron que el objetivo era realizar un ejercicio de pensamiento entretenido: los gráficos y el presentador eran reales, pero la transmisión fue en inglés, no en hebreo, lo que debería haber delatado el juego.
Pero nadie en la sede en Viena del Organismo Internacional de Energía Atómica, el órgano encargado de verificar el acuerdo iraní, se está riendo.
El miércoles en la tarde, en una recepción privada para diplomáticos, el director general del OIEA, Yukiya Amano, criticó los esfuerzos por paralizar a una organización que ha estado al frente de la seguridad nuclear durante décadas, según dos funcionarios extranjeros que estaban allí. Sin nombrar a Israel y EE.UU., el diplomático japonés de carrera dejó en claro que esos países eran la fuente de su ira, dijeron.
"La independencia del organismo no debe ser socavada", dijo Amano, según el sitio web del OIEA. "Los intentos de microgestión o presión sobre el organismo en la verificación nuclear son contraproducentes y extremadamente dañinos".
Tres años después de un acuerdo que debía ser un sello distintivo de la administración de Obama, por el cual Irán aceptó frenar sus actividades nucleares a cambio del alivio de las sanciones, los inspectores del OIEA dicen que Teherán está en pleno cumplimiento.
Eso no ha impedido que la administración Trump se retire del acuerdo, acumule nuevas sanciones y trate de usar al organismo para apretar los tornillos, con la ayuda del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
La postura de línea dura del presidente Donald Trump respecto a Irán ha aumentado las tensiones con los otros signatarios del acuerdo: China, Francia, Alemania, Rusia y el Reino Unido. También ha sembrado divisiones entre la Casa Blanca y las agencias de espionaje estadounidenses, con Trump castigando a sus propios funcionarios de inteligencia esta semana por ser "pasivos e ingenuos cuando se trata de los peligros de Irán".
La falsa transmisión noticiosa en Israel se produjo mientras el viceministro de Relaciones Exteriores de Irán se encontraba en Viena para conversar con el OIEA, que está tratando de evitar que el acuerdo se deshaga.
Los líderes iraníes han dicho que el país está listo para reiniciar su programa de enriquecimiento con tecnología más avanzada si el acuerdo falla. El país está considerando fabricar el tipo de combustible nuclear utilizado en la propulsión naval, lo que implica que podría enriquecer el uranio más cerca de los niveles necesarios para las armas.
Mientras tanto, la Unión Europea se está moviendo para ayudar a los países a evadir las sanciones impuestas por la administración Trump a los países que negocien con Irán.
El jueves, el bloque de 28 miembros finalizó un nuevo mecanismo financiero para eludir las restricciones de EE.UU. El vehículo tendrá un "impacto positivo en el comercio y las relaciones económicas con Irán, pero más importante aún, en las vidas de los iraníes", dice un borrador del comunicado conjunto.
La misión de EE.UU. ante el OIEA en Viena dijo en una respuesta por correo electrónico a las preguntas que el organismo de control "puede seguir contando con el apoyo total de EE.UU.", mientras cumple su "importante mandato en Irán".

Barcos con petróleo venezolano estacionados en el Golfo de México

NUEVA YORK.- El Golfo de México se está convirtiendo en un estacionamiento para el crudo venezolano, ya que las sanciones que EE.UU. impuso a Petróleos de Venezuela SA detienen el flujo de petróleo del país latinoamericano.

Según datos de la compañía de inteligencia y rastreo de carga Kpler, los barcos petroleros contienen cerca de 6 millones de barriles de petróleo venezolano y están flotando en la costa del Golfo de EE.UU. o se dirigen hacia allí.
Ocho barcos que señalan destinos en EE.UU., como la refinería de Chevron Corp. en Pascagoula, Mississippi, están inactivos en medio del Golfo de México o justo al norte de la Península de Yucatán, estacionados cerca de la costa o navegando hacia el Golfo.
Chevron tiene planes de contingencia para enfrentar las sanciones de Venezuela, dijo Michael Wirth, director ejecutivo, en la llamada sobre las ganancias de la compañía en el 4T. La refinería de Pascagoula tiene suficiente crudo para durar hasta el primer trimestre y posiblemente un poco más allá, dijo.
"Normalmente no se ven barcos de crudo en el Golfo", dijo Reid I’Anson, analista económico de Kpler.
 "Está claro que las refinerías del Golfo están en aprietos para encontrar crudo pesado. Desde la perspectiva de Chevron, quieren al menos tener este crudo en el Golfo, estacionado allí y tener alguna contingencia u opción si no logran obtener crudo pesado de otra parte".

PDVSA, el pilar de la economía venezolana que se desplomó en 20 años de chavismo

CARACAS.- Pilar de la economía venezolana, PDVSA llegó a ser una de las cinco mayores petroleras del mundo. Hoy, tras 20 años de gobiernos chavistas, está colapsada por el derrumbe de la producción, multimillonarias deudas y sanciones de Estados Unidos.

El sucesor del fallecido líder socialista Hugo Chávez, Nicolás Maduro, entregó el control de Petróleos de Venezuela (PDVSA) al general Manuel Quevedo en noviembre de 2017 con la meta de elevar la producción en un millón de barriles diarios.
Pero desde entonces el bombeo ha bajado en esa misma cantidad.
Cuando asumió el poder Chávez (1999-2013), el país colocaba en el mercado 3,1 millones de barriles por día. La cifra ha caído hasta 1,1 millones, según fuentes de la OPEP.
Tras el último paquete de sanciones de Washington, Quevedo anunció que PDVSA podría declarar "fuerza mayor" para liberarse de responsabilidades por eventuales incumplimientos con clientes en ese país.
La Casa Blanca enmarca esas medidas en su apoyo al jefe parlamentario Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela luego de que la mayoría opositora del Congreso declarara "usurpador" a Maduro.
El gobierno de Donald Trump congeló activos de PDVSA por 7.000 millones de dólares y estableció que Citgo -filial de la petrolera en Estados Unidos- deposite sus ganancias en una cuenta bloqueada.
Maduro y altos funcionarios gubernamentales culpan a las sanciones del colapso, aunque las grietas en la estatal empezaron a abrirse mucho antes del garrote de Trump.
Maduro marca como punto de inflexión la caída de los precios del petróleo en 2014: la cotización del barril, que rompía récords, se desplomó a menos de la mitad. Atrás quedaba una bonanza sin precedentes, en la que Venezuela recibió unos 750.000 millones de dólares por exportaciones de crudo durante una década.
Pero especialistas consideran que el origen de la debacle fue el financiamiento, por parte de PDVSA, de un déficit fiscal que ha rondado anualmente el 20% del PIB.
"PDVSA está quebrada. ¿Por qué? Porque se convirtió en un banco", sostiene José Gonzales, director de la consultora GCG Advisors.
Una década atrás, la agencia Petroleum Intelligence Weekly ubicaba a la compañía por encima de gigantes como Shell o Chevron en su lista de compañías energéticas.
En el marco del férreo control cambiario vigente desde 2003, la petrolera fue obligada a vender al Banco Central divisas a tasas muy bajas. Ello limitó las inversiones en mantenimiento de infraestructura y exploración, mientras la nómina de PDVSA subía de 40.000 a 150.000 empleados.
El control se ha flexibilizado desde 2018 y la semana pasada la tasa oficial superó por primera vez las del mercado negro. La moneda local se ha devaluado 98,18% en cinco meses.
El endeudamiento, mientras PDVSA cubría el déficit, se disparó. Los bonos de la compañía representan un tercio de la deuda externa venezolana, estimada en 150.000 millones de dólares.
Por ello, aunque los precios repuntaron desde 2017, el país atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con hiperinflación proyectada por el FMI en 10.000.000% para 2019 y escasez de alimentos, medicinas y toda clase de productos básicos.
PDVSA enfrenta desde finales de 2017 declaratorias de default por pagos atrasados por parte de calificadoras de riesgo como Standard & Poors o Fitch.
Aunque Maduro ha buscado renegociar la deuda, las sanciones de Washington prohíben a sus ciudadanos y empresas transar nuevos instrumentos.
Bajo esas condiciones es "imposible recuperar la producción", dijo el economista Jesús Casique.
El experto José Toro Hardy calcula que Venezuela necesitaría préstamos por 30.000 millones de dólares y sobre todo un "cambio de políticas" para elevar la producción en 400.000 barriles diarios en un año.
La corrupción ha sido determinante en el desplome de la industria que financia 96% del presupuesto nacional.
Una investigación del Parlamento cifró en 11.000 millones de dólares las pérdidas por malversaciones en PDVSA durante la bonanza (2004-2014). El monto supera las actuales reservas internacionales del país: 8.600 millones.
La Fiscalía abrió múltiples causas que involucran al zar petrolero de Chávez, Rafael Ramírez, exiliado rival de Maduro.
La congelación de los precios de la gasolina -prácticamente gratuita- es otra sangría.
Aún no se concreta un aumento de tarifas anunciado por Maduro en agosto, y con lo que vale medio kilo de carne pueden pagarse más de 500 millones de litros de nafta.
Sin capacidad para cubrir la demanda, Venezuela importa combustible desde Estados Unidos, además del petróleo liviano indispensable para procesar su crudo pesado.
Eso hizo a PDVSA más vulnerable a las sanciones. Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, estima que 80% de la liquidez por ventas de crudo proviene de exportaciones a Estados Unidos, pues los envíos a aliados de Maduro como Rusia o China se dedican principalmente a pagar deuda.

El precio del petróleo de Texas sube un 2,7 % hasta 55,26 dólares el barril

NUEVA YORK.- El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) subió hoy un 2,7 % y se situó en 55,26 dólares el barril, cerrando la semana con un alza del 3 % tras la imposición de sanciones por parte de EE.UU. al sector energético de Venezuela.

Al final de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del WTI para entrega en el mes de marzo sumaron 1,47 dólares con respecto a la sesión anterior.
Al movimiento al alza de hoy contribuyeron una mezcla de factores, entre ellos la situación geopolítica en Venezuela, el descenso en la producción de la OPEP y una bajada semanal en el número de plataformas petrolíferas operando en EE.UU.
El Gobierno de EE.UU. impuso esta semana restricciones a la petrolera estatal de Venezuela, aunque hoy especificó que el país caribeño podrá exportar crudo a EE.UU. hasta el 28 de abril.
Los analistas apuntan que las sanciones a Venezuela empiezan a notarse en la oferta de petróleo y han presionado al alza los precios, un movimiento al que se suman los recortes en la producción de Arabia Saudí y las bajadas en la de Libia.
Algunas plataformas de EE.UU. han empezado a procesar menos crudo y, de acuerdo a la firma privada Baker Hughes, esta semana había 15 plataformas petrolíferas en activo menos que la anterior, con lo que suman en total 847.
Por otra parte, los inversores reaccionaron positivamente a los últimos datos sobre el mercado de trabajo en el país, que creó 304.000 puestos el mes pasado, y a los resultados corporativos de las grandes petroleras, ExxonMobil y Chevron.
La semana cierra con una subida del 3 % en el precio del petróleo de referencia en EE.UU.
En este contexto, los contratos de gasolina con vencimiento en marzo sumaron casi seis centavos, hasta 1,44 dólares el galón, y los de gas natural, con vencimiento el mismo mes, descendieron ocho centavos, hasta 2,73 dólares por cada mil pies cúbicos.

El petróleo Brent sube un 1,40 %, hasta 62,77 dólares

LONDRES.- El precio del barril de petróleo Brent para entrega en marzo terminó hoy en el mercado de futuros de Londres en 62,77 dólares, un 1,40 % más que al finalizar la sesión anterior.

El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un incremento de 0,87 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 61,90 dólares.
El optimismo respecto al avance de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China impulsó el precio del Brent, según los analistas.
La preocupación por una posible disminución de la oferta ante las sanciones estadounidenses al petróleo venezolano espoleó asimismo las operaciones en el mercado de futuros de Londres.

El crudo OPEP se encarece un 0,43 % y cotiza a 61,19 dólares

VIENA.- El barril de referencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cotizó el jueves a 61,19 dólares, tras apreciarse un 0,43 % respecto a la jornada anterior, informó hoy en Viena el grupo energético.

Con esa apreciación de 26 centavos, el precio del crudo OPEP suma tres subidas consecutivas y está en su valor más alto de los últimos once días.
El precio medio del barril OPEP en enero fue de 58,74 dólares, un 3,16 % más que el promedio del mes anterior.