jueves, 13 de julio de 2017

Larga vida al crudo barato / Primo González *

Los intentos de los productores de crudo, y en especial de la OPEP, de levantar los precios de este producto están resultando  menos eficaces de lo que deseaban.  La OPEP acaba de emitir su último informe mensual en el que  hace sus primeras previsiones para el año 2018 y las conclusiones no son nada optimistas para los productores, lo que significa que pueden ser alentadoras para los consumidores, es decir, casi todo el mundo desarrollado. 

Para la economía global es una  buena perspectiva porque apoya el crecimiento de las economías más dinámicas aunque  perjudica a algunos de los países que mayor presencia tienen en los mercados de capitales gracias al empleo de sus excedentes financieros.


Estados Unidos vive además su particular etapa de expansión productiva apoyada en los nuevos yacimientos no convencionales, lo que resta capacidad de maniobra a los productores de otras latitudes y en especial a los de la OPEP, cuya influencia en los mercados se está viendo empequeñecida. 

La prórroga del recorte de producción de mayo hasta marzo del año próximo no está sirviendo de gran cosa, entre otros motivos porque la disciplina de la organización está dejando mucho que desear y porque algunos socios del club, como Nigeria y Libia, con circunstancias especiales, se han lanzado a incrementos de la producción que han dado como resultado que el conjunto de la OPEP acumule ya tres meses consecutivos de subida de la producción y de ruptura de los acuerdos de limitación productiva. 

El acuerdo con Rusia tampoco parece estar funcionando como se había previsto. Desde el lado de la oferta tendrá también influencia la eventual salida de los stocks estratégicos de crudo de Estados Unidos al mercado, aunque se trate de una liberación de inventarios sólo de alcance parcial.


Todo esto coincide con una etapa en la que la demanda de crudo crece pero no con la intensidad que  se había pronosticado, sobre todo porque en Asia hay menos alegría consumista. China ha moderado su demanda de crudo.  Y las nuevas energías alternativas, de carácter renovable,  están añadiendo cada vez más  energía que en buena medida sustituye  al petróleo.


De todo ello se deduce que el precio del petróleo va a tener dificultades para rebasar la barrera de los 50 dólares el barril durante bastantes meses, lo que mejora las expectativas de crecimiento económico de los países desarrollados, básicamente los consumidores europeos.  Este panorama es el que se vislumbra en principio para el año 2018.


España forma parte de ese grupo de economías que tiene en el precio del petróleo uno de sus apoyos principales a la hora del crecimiento. No es sorprendente que las últimas previsiones económica para España estén ya apuntando hacia tasas de crecimiento del PIB este año del 3,3%, lo que  completaría de momento un  trienio glorioso para la economía del país, a falta de que  todo ello se traduzca en un mayor  ímpetu en la creación de empleo.


(*) Periodista y economista español


El petróleo sigue en alza fortalecido por la demanda sostenida

NUEVA YORK.- El petróleo subió el jueves en Nueva York por cuarta sesión consecutiva estimulado por datos que muestran el vigor de la demanda mundial.

El barril de "light sweet crude" (WTI), referencia estadounidense del crudo, ganó 59 centavos a 46,08 dólares en los contratos para entrega en agosto negociados en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
La Agencia Internacional de Energía (AIE) "revisó al alza sus previsiones de demanda y la buena salud de los consumidores fue evidenciada por datos de China", dijeron analistas de PVM.
Señalaron que en julio China aumentó sus importaciones de crudo en 17,9% respecto al mes anterior.
Tras un aumento del consumo en el segundo trimestre, la AIE estima que la demanda mundial para todo el año aumente 1,4 millones de barriles por día a 98 millones de barriles.

La OPEP se aleja todavía más del cumplimiento de su acuerdo, advierte la AIE

PARÍS.- Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) incumplieron en junio el acuerdo que habían establecido para limitar la producción de crudo a un nivel que no se había constatado en los seis meses que lleva en vigor, advirtió la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

En su informe mensual sobre el mercado petrolero la AIE señaló que su grado de cumplimiento fue del 78 %, frente al 95 % en mayo, e hizo notar que incluso los otros países que no son miembros del cártel pero que participan en ese compromiso (como Rusia) lo respetaron en un porcentaje superior (82 %).
Los catorce miembros de la OPEP y diez de sus competidores, entre ellos Rusia, acordaron en noviembre pasado un recorte de 1,8 millones de barriles diarios, vigente desde enero, y que debe prolongarse en principio hasta marzo de 2018, para tratar de poner fin a la caída de precios del barril.
La AIE, que constató que desde comienzos de junio el barril ha estado por debajo de los 50 dólares (netamente por debajo de ese listón en los últimos días), señaló que cada mes aparecen nuevos obstáculos al esperado reequilibrio del mercado.
En junio fueron dos principales: el elevado incumplimiento del compromiso de reducción de la producción y el fuerte incremento de las extracciones de Libia y Nigeria (que aunque pertenecen a la OPEP, están eximidos de atenerse a los recortes), en más de 700.000 barriles diarios respecto al mes anterior.
Al final, dos tercios del esfuerzo de disminución realizado por el cártel se evaporó por las aportaciones de esos dos países y su producción global aumentó en junio en 340.000 barriles diarios hasta 32,6 millones, el nivel más elevado en 2017.
Por si fuera poco, los que no pertenecen a la OPEP sacaron al mercado 380.000 barriles diarios suplementarios y la agencia calcula que en el conjunto del año el incremento será de 700.000 barriles diarios, y de 1,4 millones en 2018.
A todo eso vuelven a contribuir de forma particular los yacimientos de esquistos de Estados Unidos, donde la actividad acumula ya 33 semanas consecutivas de aumento, lo que evidencia su gran resistencia a los bajos precios del barril.
Por el lado de la demanda, la AIE revisó ligeramente al alza sus expectativas, sobre todo a la vista del repunte del segundo trimestre, con 1,5 millones de barriles más que en el mismo periodo de 2016.
La agencia espera ahora que el alza del consumo para todo el ejercicio 2017 será de 1,4 millones de barriles más (hasta 98 millones de barriles al día), es decir, 100.000 más de lo que había anticipado el mes pasado.
Para 2018, el ritmo de ascenso debería ser similar, lo que implicaría una media de 99,4 millones de barriles diarios.

La AIE prevé un aumento de cerca del 10 % de la demanda de gas para 2022

PARÍS.- La demanda global de gas está previsto que crezca a un ritmo anual del 1,6 % entre 2016 y 2022, lo que implica un avance total de cerca del 10 % en ese periodo impulsado por los bajos precios, la amplia demanda y su menor efecto contaminante que el carbón, indicó hoy la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

El informe 2017 del organismo eleva en una décima la previsión anual respecto a la lanzada el año pasado e implica un consumo total de gas de 3,986 billones de metros cúbicos para finales de 2022, frente a los 3,630 billones registrados en 2016.
La demanda industrial, según sus datos, es el principal impulsor del aumento de la demanda, con un creciente uso en el sector químico o en el transporte.
La AIE precisó que casi el 90 % del crecimiento de la demanda parte de países que no pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y que China acapara cerca del 40 % del incremento global.
En su informe constata que muchos países están reformando sus mercados del gas para incrementar el uso de esa fuente de energía y atraer nuevos inversores. Entre ellos, México, China y Egipto, dijo la AIE, según la cual si esos cambios se implementan de forma rigurosa pueden suponer un mayor equilibrio entre oferta y demanda.
Para el organismo, la disponibilidad de un suministro amplio y a precios competitivos ayuda a expandir las posibilidades del gas en Asia y a hacer que este mercado en términos generales vaya a crecer más que el del petróleo o el del carbón en los próximos cinco años.
En muchas partes del mundo desarrollado, no obstante, se está rozando la saturación.
EEUU, el mayor consumidor de gas del mundo, mantiene su crecimiento, aunque a un ritmo menor que el experimentado entre 2010 y 2016.
Ese país es también el mayor productor de gas y para 2022 de él partirá una quinta parte de la producción; en Oriente Medio habrá también un crecimiento destacable; en Rusia, será menor por su acceso limitado a los mercados; y China pasará a convertirse en el cuarto mayor productor.
"Las ventajas medioambientales del gas natural, en concreto a la hora de reemplazar al carbón, merecen mayor atención por parte de quienes definen las políticas", señaló en el análisis el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
La agencia destacó, además, el crecimiento constatado en el gas natural licuado, con la aparición de nuevos países exportadores e importadores, que en este último caso han pasado de 15 en 2005 a 39 actualmente.
La AIE apuntó que su amplia disponibilidad está añadiendo presión al mercado del gas natural. El liderazgo de las exportaciones del licuado se lo reparten Australia y Qatar, con un protagonismo cada vez mayor de EEUU de cara a 2022.

La demanda mundial de gas se acelerará, impulsada por la industria

PARÍS.- El consumo de gas aumentará más rápidamente que el de petróleo y carbón en los próximos cinco años, impulsado por el sector industrial y la demanda procedente de países emergentes, anticipa la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en un informe publicado este jueves.

"La industria surge como el principal motor del crecimiento de la demanda, representando la mitad de ese aumento", precisa el informe.
Con menos emisiones de gases de efecto invernadero que las otras energías fósiles -petróleo y carbón- y con precios más bajos, siguiendo la tendencia a la baja de los precios del oro negro, el gas ve así por ejemplo como su uso se desarrolla en el sector químico o en los transportes.
El recurso al gas para la producción de electricidad sigue creciendo, pero a un ritmo más lento frente a la competencia de las energías renovables.
En total, el consumo de gas podría alcanzar 4 billones de metros cúbicos en 2022 frente a 3,63 billones de m3 el año pasado.
Y 90% del alza de la demanda provendrá de las economías emergentes, especialmente de China, impulsada por la lucha contra la polución del aire, aunque Estados Unidos siga siendo el país con mayor consumo.
En Europa, la demanda debería estabilizarse tras dos años de crecimiento, y se prevé que baje en Japón y Corea del Sur, gran consumidor de gas natural licuado (GNL).
En cuanto a la oferta, Estados Unidos, primer productor mundial desde el auge del gas de esquisto, producirá aún más llegando a representar él solo 40% del alza prevista a nivel mundial.
Más de la mitad de esta producción adicional será exportada en forma de GNL, y el país se acercará en 2022 a los niveles exportados por Australia y Qatar.
El GNL continuará así su rápida expansión, con la aparición de nuevos países importadores y exportadores. Las capacidades de licuación deberían aumentar en 160.000 millones de m3 en 2022, incrementado la presión en los circuitos clásicos de transporte vía los gasoductos.
En un contexto de precios bajos, la competencia será "dura", advierte la AIE.
La producción aumentará también con fuerza en Oriente Medio y China, mientras que la progresión será más tímida en Rusia.