YEDDA.- Twitter ha suspendido de forma permanente la cuenta del señalado como autor intelectual del atroz asesinato de Jamal Khashoggi. Hasta ese incidente, Saud al Qahtani era uno de los más cercanos colaboradores del heredero saudí, el príncipe Mohamed Bin Salmán (MBS).
Poco después fue destituido de sus cargos y dejó de tuitear sin que se
hayan vuelto a tener noticias suyas. La desaparición el viernes de
@saudq1978, como se identificaba en esa plataforma, reabre los
interrogantes sobre su paradero, que desde entonces está envuelto en el
misterio. a juicio del diario español El País.
Al Qahtani, de 41 años, dirigía el área de medios de comunicación de la corte real y un ejército
de soldados en la red creado a su iniciativa para defender la imagen
del reino y atacar a sus potenciales enemigos en el ciberespacio.
Apodado el Steve Bannon saudí, en referencia al controvertido
exconsejero de Trump, era mucho más que un asesor real; estaba
considerado confidente y brazo ejecutor de los deseos de MBS, el
poderoso heredero.
Algunos observadores incluso veían su mano tras la línea dura hacia
Qatar, la seguridad o los derechos humanos. Asociados de los dos
centenares de príncipes, hombres de negocios y altos funcionarios detenidos en el Ritz en 2017, le han mencionado entre quienes les presionaron para que firmaran la cesión de sus haberes.
Las familias de las activistas detenidas el año pasado
también han revelado que Al Qahtani y sus hombres se encontraban
presentes cuando algunas de las mujeres fueron interrogadas y
torturadas.
Pero su estrella ascendente se truncó el día 2 de octubre del año
pasado cuando Khashoggi entró en el consulado saudí en Estambul y no se le volvió a ver (su cuerpo, al parecer descuartizado, no se ha recuperado).
Según las filtraciones de los servicios turcos,
Al Qahtani dirigió el asesinato del periodista por Skype, motivo por el
cual Ankara lo ha reclamado judicialmente. Pero también Estados Unidos y
la relatora de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales, Agnès Callamard, han apuntado a su implicación
El poderoso asesor es clave para determinar la responsabilidad del
príncipe Mohamed en el caso. La CIA, que interceptó un intercambio de
mensajes entre ambos en las horas previas a la muerte en el consulado,
concluyó que era muy probable que el heredero diera la orden. Altos
funcionarios saudíes lo han negado, dando a entender que Al Qahtani se
habría extralimitado en su deseo de mostrar lealtad.
No obstante, el fiscal general saudí solo ha admitido que Al Qahtani
participó en un “plan para repatriar” al periodista. Al anunciar el
procesamiento de 11 sospechosos a mediados del pasado noviembre, su
oficina reveló que se le había prohibido viajar fuera del país
y que seguía siendo objeto de pesquisas.
Sin embargo, ni él ni ningún
otro portavoz han aclarado su situación legal. “Está siendo
investigado”, repitió el embajador saudí en el Reino Unido, el príncipe
Khalid Bin Bandar al Saud, durante una reciente entrevista con la BBC.
No se encuentra entre los encausados. Tampoco hay constancia de que
se halle detenido. Después de algunos rumores en ese sentido, la agencia
Reuters publicó el pasado enero que Al Qahtani seguía manteniendo una
considerable influencia entre bambalinas. Esa falta de transparencia ha
dado lugar a todo tipo de especulaciones.
“No tengo ni idea de dónde está. Tras el asesinato [de Khashoggi], oí
de gente próxima a la que se le habían retirado todos sus cargos y
responsabilidades. Lo que es seguro es que ya no dispone de los
conductores, los guardaespaldas y demás. Pero no descarto que esté
encerrado en un cuarto oscuro, haciendo lo que tenga que hacer fuera de
la vista”, confía a El País una fuente cercana al Gobierno.
El conocido activista Iyad al Baghdadi, un exiliado palestino
refugiado en Oslo y muy crítico con la monarquía saudí, tuiteó a finales
de agosto que había recibido noticias de que Al Qahtani “había muerto
envenenado por orden de Mohamed Bin Salmán”.
Ni el Gobierno saudí ni el
interesado reaccionaron a una información imposible de verificar.
“He oído esos rumores. No lo creo. También se dijo que le iban a
matar y hacer que pareciera un suicidio... Realmente el suicidio parece
su única salida. Su rehabilitación resulta imposible. Con lo que ha
hecho, está marcado de por vida”, añade la fuente citada.
Al Qahtani es
el más destacado funcionario saudí al que se ha prohibido la entrada en
EE UU, Reino Unido y otros países europeos.
A punto de cumplirse un año del asesinato de Khashoggi, Twitter no
explicó el pasado viernes por qué suspendía la cuenta de Al Qahtani
justo ahora, cuando lleva 11 meses inactiva. La plataforma, que cita su
caso entre cientos de otros, dice que ha violado sus “políticas de
manipulación”, pero lo desvincula de una similar medida adoptada contra
media docena de cuentas vinculadas con el Gobierno saudí.