domingo, 14 de abril de 2019

Breve manual de instrucciones para entender la Unión Europea


MADRID.- La Unión Europea es un proyecto político único en su especie. Tanto es así que para muchos su modelo institucional no siempre resulta sencillo de entender. Explicamos brevemente cuáles son y cómo funcionan las principales instituciones europeas y qué perspectivas de futuro presenta la principal organización internacional del Viejo Continente, relata https://elordenmundial.com.

Señalaba Henri Brugmans, uno de los padres intelectuales de la Unión Europea, que en un proyecto como Europa únicamente los visionarios son realistas. Y, efectivamente, a tenor del trasfondo histórico de sus palabras y de la complejidad de la reconstrucción y reconciliación europea que se avecinaba tras el final de la Segunda Guerra Mundial, podría parecer descabellado soñar con algo lejanamente parecido a una unión de los pueblos de Europa. Por ello, para impulsar una iniciativa de este calibre hicieron falta al menos dos grandes ingredientes políticos: pragmatismo y creatividad.
El primer elemento lo ofreció la Declaración Schuman de 1950 y sus ya célebres tesis funcionalistas: “Europa no se hará de golpe, sino mediante realizaciones concretas que den lugar a solidaridades de hecho”. El segundo, más ambicioso si cabe, lo planteó Jean Monnet al introducir la idea de supranacionalidad en un contexto todavía marcado por los debates del Congreso de La Haya de 1948. En este congreso se dieron cita los partidarios de una Europa federal, herederos del Manifiesto Ventotene de 1941 y del espíritu del primer ministro británico Winston Churchill en su célebre discurso de Zúrich en 1946, y los unionistas, defensores de una Europa fundada en la cooperación soberana de los pueblos. Se libraron intensos debates sobre el futuro del continente, hasta el punto de que la tensión entre ambas posturas, enfrentadas por los límites de la soberanía nacional, es considerada como la raíz de muchos debates que todavía se producen. Pero, ante todo, constituiría el origen de la complejidad institucional de la Unión Europea del siglo XXI.

El nacimiento del sistema institucional europeo

La originalidad histórica del modelo institucional europeo tiene su punto de partida en el hecho de que, iniciado como un proceso de paz entre antiguos enemigos, las entonces Comunidades Europeas se irían convirtiendo con el tiempo en algo más que una organización internacional y en algo menos que un Estado nacional clásico. Efectivamente, el sistema institucional comunitario nace en el Tratado de París de 1951 como un intento de reconciliar el continente gracias al establecimiento de una Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) para gestionar bajo una autoridad supranacional la cuenca del Ruhr, epicentro de diversos enfrentamientos franco-alemanes desde el siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de ahí, se desarrollarían nuevas piezas en este incipiente entramado institucional con la adopción del Tratado de Roma en 1958 y la consiguiente creación de las Comunidades Económicas Europeas y Euratom —la Comunidad Europea de la Energía Atómica—, cuyas direcciones se fusionaron posteriormente con la de la CECA en el Tratado de Bruselas de 1965. Se formaba así el antecedente directo de la actual Unión Europea.
El panorama institucional iba haciéndose, de esta forma, poco a poco más complejo. Pero La Haya seguía omnipresente: a principios de los años 60, países recelosos del proyecto supranacional comunitario —caso clásico del Reino Unido— trataban de articular, sin demasiado éxito, un espacio soberano de libre comercio alternativo a las Comunidades Europeas conocido como Asociación Europea de Libre Comercio (AELC o EFTA). Tampoco todos los miembros del proyecto europeo eran necesariamente partidarios de las renuncias a la soberanía, como mostró el rechazo del presidente francés Charles de Gaulle al Plan Pleven y la Comunidad Europea de Defensa o la crisis de la silla vacía de 1966. Pese a ello, las instituciones europeas siguieron evolucionando en los años 70 y 80 creando nuevas estructuras, integrando nuevas ampliaciones —incluida, paradójicamente, la del Reino Unido— y ajustándose institucionalmente al siempre delicado equilibrio entre órganos supranacionales e intergubernamentales. 
Los años 90 y principios de los 2000 fueron una época de bonanza para el espíritu federalista. Pese a que las ampliaciones suponían un reto para continuar profundizando la integración europea, la comunitarización de competencias no hizo sino aumentar gracias a la aplicación del Acuerdo de Schengen en 1990, la adopción del ambicioso Tratado de Maastricht —que, entre otras cuestiones, como el reforzamiento de la cooperación en asuntos de justicia e interior, permitía el establecimiento en 1993 de una Política Exterior de Seguridad Común (PESC)— o la compleción de la última fase de la Unión Económica y Monetaria con la entrada en vigor del euro en 2002, cuyo control recaería desde entonces de forma exclusiva en el Banco Central Europeo. El pulso entre las dos almas europeas, la intergubernamental y la federalista, parecía comenzar a decantarse lenta, pero imparablemente, del lado de esta última. Ello pese a que los tratados de Ámsterdam (1999) y Niza (2001) fueran relativamente modestos en lo que a la profundización de competencias se refiere, lo que se explica en parte por la necesidad de hacer frente al reto de las inminentes ampliaciones hacia el este de 2004 y 2007, las mayores de la Historia de la integración europea.
Sin embargo, el fracaso del Tratado Constitucional de 2005 tras el rechazo en referéndum popular de Francia y Países Bajos pronto se mostró como el preámbulo hacia un cambio de tendencia en el continente. Esto no fue óbice para que se aprobase en 2007 el Tratado de Lisboa —en vigor desde 2009—, pero sin duda constituyó un aviso de que la época dorada del europeísmo federalista podía estar comenzando a llegar a su fin. En la última década, la crisis económica y financiera, los desafíos migratorios, el auge de los nacionalismos o la salida británica del proyecto europeo han favorecido una relativa parálisis del proceso reformista comunitario. Pese a ello, el Tratado de Lisboa lograría introducir algunas novedades importantes en el sistema institucional europeo y profundizar las competencias comunitarias. Además, desde un punto de vista jurídico, sigue siendo la referencia para entender el sistema institucional actual de la UE.
Para ampliar: “Los Estados Unidos de Europa”, Álex Maroño en El Orden Mundial, 2018

Las instituciones comunitarias

La UE está formada por siete grandes instituciones: la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo, el Consejo de la Unión Europea, el Banco Central Europeo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y el Tribunal de Cuentas. Pero no todas estas instituciones tienen la misma naturaleza. Mientras que algunas a veces se catalogan como instituciones comunitarias por no depender directamente de los Estados miembros, otras se suelen considerar intergubernamentales en tanto controladas por ellos. Sin embargo, pese a sus diferencias, todas las instituciones están en cierto sentido interrelacionadas en un mismo engranaje jurídico-político que comparte valores comunes como la democracia, la libertad o el Estado de derecho y que puede producir normas jurídicamente vinculantes para todos los miembros e instituciones, normas que, además, forman un auténtico ordenamiento jurídico autónomo sometido a órganos jurisdiccionales europeos propios, como el TJUE. Ahora bien, en la actualidad, al hablar de instituciones de origen comunitario, lo habitual es referirse a las dos más relevantes políticamente: el Parlamento Europeo y la Comisión Europea.
El Parlamento Europeo aspira a ser la encarnación asamblearia del pueblo europeo y hoy por hoy, presidido por el italiano Antonio Tajani, del Partido Popular Europeo (PPE), tiene como función principal actuar como colegislador junto con el Consejo de la Unión Europea en la adopción de las distintas leyes comunitarias y aprobar el presupuesto de la UE. Sin embargo, el Parlamento también es el órgano que da voz a los ciudadanos europeos y busca asegurar una representación adecuada del cuerpo electoral de los Estados miembros. Por esta razón, el Parlamento, que consta de 751 escaños —cifra que, cuando se consume el brexit, se reducirá a 705—, es elegido cada cinco años por la ciudadanía europea. Además, aunque iniciativas recientes como la de establecer listas transnacionales o paneuropeas para las elecciones de 2019 hayan sido bloqueadas por el momento, el hecho de que sus diputados se agrupen por familias ideológicas —como el PPE— y no por países de origen muestra a todas luces el espíritu supranacional de esta institución y su voluntad de representar los intereses y las sensibilidades políticas de 500 millones de habitantes.
La Comisión Europea, por su parte, está formada por una secretaría, 28 comisarios —aunque desde 2014 está previsto reducir esta cifra a dos tercios del número de Estados miembros para garantizar su supranacionalidad—, una vicepresidenta —la alta representante de la UE, Federica Mogherini, del grupo socialista-demócrata— y un presidente, el luxemburgués Jean Claude Juncker (PPE), que dirige la institución y fue elegido mediante el novedoso y polémico sistema del spitzenkandidat —’candidato principal’—, en virtud del cual corresponde a los grupos políticos del Parlamento Europeo y no a los Estados miembros proponer a sus candidatos y el más votado obtiene el cargo. La principal función de la Comisión es dar impulso político a la Unión y, en este sentido, dispone de iniciativa ejecutiva, pero ante todo legislativa, es decir, puede proponer proyectos de texto normativo que posteriormente los colegisladores deberán aprobar, modificar o rechazar siguiendo los procedimientos ordinarios o especiales previstos en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que, junto al Tratado de la UE, el de Euratom y la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, configura el marco jurídico del Derecho originario europeo. Además, la Comisión es políticamente responsable ante el Parlamento Europeo, que por mayoría de dos tercios puede presentar una moción de censura en su contra.

Las instituciones intergubernamentales

Aunque la Unión Europea tenga por definición una vocación supranacional, sus Estados miembros siguen gozando de importantes poderes y competencias para marcar el rumbo de la organización. Cuando hablamos de instituciones intergubernamentales, las más importantes son dos: el Consejo de la Unión Europea y el Consejo Europeo. Pero, antes de entrar a analizar muy brevemente qué hace cada una, resulta imperativo aclarar previamente que, aunque tengan nombres parecidos, ni son lo mismo ni deben confundirse con el Consejo de Europa, institución que no forma parte del sistema de la Unión Europea, sino que es una organización regional formada por 47 Estados del continente europeo en su conjunto —entre ellos, Rusia—.
Hecha esta distinción, hay que comenzar señalando que el Consejo Europeo es una institución con sede en Bruselas que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de los distintos países que integran la Unión. Desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, dispone además de un presidente permanente —actualmente, el polaco Donald Tusk (PPE)—. El Consejo Europeo tiene funciones especialmente relevantes en materias institucionales, de reforma de los tratados, PESC, gobernanza económica de la Unión Económica y Monetaria, cooperación policial y judicial en el espacio de libertad, seguridad y justicia o en la adopción del marco financiero plurianual, entre otras. Sus decisiones tradicionalmente se han adoptado por unanimidad, lo que ralentiza la articulación de posiciones comunes y, a cambio, las dota de gran legitimidad, aunque en los últimos años se ha flexibilizado este sistema en algunas áreas, como el nombramiento de candidatos para determinados puestos en las instituciones europeas.
La otra gran institución intergubernamental es el Consejo de la Unión Europea. Este órgano, cuya sede también se encuentra en Bruselas, tiene un rango fundamentalmente ministerial —aunque cabe destacar las labores de los diferentes comités y grupos de trabajo integrados por funcionarios de los Estados miembros— y está formado por una presidencia rotatoria que le corresponde ejercer de manera semestral a uno de los Estados miembros de la Unión —actualmente, Rumanía—, una secretaría y distintas formaciones especializadas en asuntos de interés comunitario. Es precisamente en esas formaciones donde se reúnen habitualmente los ministros de cada materia de los países de la Unión. Por ejemplo, en la formación del Ecofin se reúnen los ministros de Economía y Finanzas, en el Consejo de Asuntos Exteriores —presidido por la alta representante de la UE— lo hacen los ministros de Exterior, y así sucesivamente. Como ya se ha adelantado, el Consejo de la UE tiene funciones muy importantes en tanto colegislador al mismo nivel —salvo en los procedimientos legislativos especiales— que el Parlamento Europeo. Al igual que ocurre en tantas otras estructuras comunitarias —véase la figura híbrida de la alta representante—, los puentes entre instituciones de inspiración comunitaria e intergubernamental son muy recurrentes en la arquitectura operativa comunitaria. 

¿De las reformas necesarias a las reformas posibles?

No son pocos los que durante años han lamentado, dentro y fuera de Europa, la complejidad para entender los entresijos del sistema institucional comunitario. “¿A qué teléfono debo llamar si quiero hablar con Europa?”, se preguntaba el entonces secretario de Estado de los EE. UU. Henry Kissinger en la década de los 70 aludiendo a las dificultades para entablar contacto con el complejo aparato institucional de las Comunidades Europeas. Aunque hoy ese teléfono ya existe gracias a la lenta pero progresiva simplificación institucional de la UE y a la creación de figuras como la alta representante para la PESC, es cierto que la arquitectura organizativa europea sigue arrastrando un aura de incomprensibilidad para numerosos observadores internacionales y ciudadanos europeos. Pero la lógica institucional europea es simplemente el reflejo de dos almas que históricamente, y pese a sus diferencias, han sabido conciliarse, aunque generalmente fuese a golpe de crisis.
Sin embargo, en los últimos años la multiplicación y convergencia de crisis económicas, migratorias, sociales, políticas y seguritarias de la Unión y sus regiones colindantes ha complicado como nunca la profundización del proyecto comunitario: desde el de Lisboa no ha habido capacidad política ni indicios que apunten a la posibilidad de alumbrar un nuevo tratado que permita ahondar en la cesión de soberanía de los Estados a favor de instituciones con mayores atribuciones comunitarias. Aunque algunos Estados han reivindicado la necesidad de europeizar, por ejemplo, competencias actualmente compartidas, como la política migratoria, para hacer frente a este desafío de manera europea, las crecientes divisiones entre posiciones soberanistas y federalistas en el seno de la UE limitan cualquier posibilidad de reforma.
El sistema institucional europeo vuelve a enfrentarse, por tanto, a sus viejos debates existenciales: ¿ampliar Europa u optar por profundizarla? ¿Reforzar modelos de cooperación soberana o fomentar una mayor integración? ¿Soberanía nacional o soberanía compartida? La lógica institucional europea, original y compleja por definición, seguirá sujeta sin duda a estos dilemas durante los próximos años. La habilidad para conciliar y, en lo posible, acoplar intereses nacionales y europeos será la clave para asegurar el éxito de las instituciones europeas. Ahora bien, mientras países como Francia, España o incluso Alemania buscan forman un G3 con mayores ambiciones de profundización y fortalecimiento europeísta tras el brexit, otros apuestan por lógicas distintas, como es el caso de los Estados de la denominada Nueva Liga Hanseática —formada por países del norte, Países Bajos e Irlanda—, o directamente opuestas, como el Grupo de Visegrado —formado por Hungría y otros países del este—. 
En este sentido, las próximas elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019 y la gestión institucional de futuras ampliaciones potenciales en los Balcanes revestirán una especial importancia para calibrar la dirección que seguirá el proceso de construcción europea en los próximos años. El lema de la Unión Europea es “Unidos en la diversidad”. Habrá que ver si los países que integran este amplio proyecto están a la altura de este compromiso de unidad y logran reforzar la funcionalidad de las instituciones para gestionar adecuadamente los retos que enfrenta una casa tan plural y heterogénea como la europea.

El mensaje de Trump en Twitter no le desea mal a legisladora musulmana

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump no le deseó mal a nadie en su mensaje en Twitter en el que criticó los comentarios de la congresista demócrata Ilhan Omar sobre los ataques del 11 de septiembre, dijo el domingo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

“Ciertamente el presidente no desea mal, ciertamente no incita a la violencia hacia alguien”, dijo Sanders al programa “This Week” de la cadena ABC News. “Pero el presidente absolutamente está cuestionando, y debería hacerlo, a la congresista por su historia de comentarios antisemitas”, sostuvo.
Legisladores del Partido Republicano de Trump han acusado a Omar de minimizar los ataques del 11 de septiembre, mientras que los críticos del presidente dicen que ha sacado las palabras de Omar de contexto para avivar el resentimiento hacia los musulmanes.
El sábado, Trump publicó un video que sugiere que Omar, representante estadounidense por Minnesota, ha minimizado los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El video monta imágenes de noticieros sobre los ataques del 11 de septiembre con un discurso que Omar pronunció el mes pasado en el que los describió como que “algunas personas hicieron algo”.
Varios demócratas de alto rango, incluidos los senadores aspirantes a la presidencia Bernie Sanders y Elizabeth Warren, criticaron el mensaje de Trump, afirmando que estaba incitando al racismo y la violencia contra Omar con su video.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, condenó al presidente por utilizar la “sagrada” memoria del 11 de septiembre para un ataque político.
En su discurso ante un grupo de derechos civiles y defensa de los musulmanes, Omar dijo que los musulmanes “han vivido incómodos por de ser ciudadanos de segunda clase y, francamente, estoy cansada de eso, y todos los musulmanes en este país deberían estar cansados de eso”.
Sarah Sanders calificó los comentarios de Omar de “vergonzosos e impropios” y preguntó por qué, a su juicio, los demócratas no han tomado medidas. “Creo que es bueno que el presidente la esté cuestionando por esos comentarios y la gran pregunta es por qué los demócratas no lo están haciendo”, dijo.

Condenada a un año de cárcel una mujer por quitarse el velo en Irán

TEHERÁN.- La iraní Vida Movahed ha sido condenada a un año de cárcel por quitarse el velo en público, en el marco de las protestas contra la obligatoriedad del hiyab en Irán, e indultada posteriormente por el líder supremo, según informó hoy su abogado.

El letrado Payam Derafshan explicó que la sentencia, emitida el pasado marzo y que ya es definitiva, condena a Movahed por “alentar a las personas a cometer actos de corrupción mediante la eliminación del hiyab”.
La mujer fue detenida por primera vez en enero de 2018, después de que el vídeo de su acción de quitarse el velo en la calle Enghelab de Teherán se hiciera viral, y liberada tiempo después.
A finales de octubre de ese año, volvió a la plaza Enghelab con varios globos de colores y, debido a que la gente se congregó a su alrededor y se interrumpió el tráfico, fue arrestada de nuevo, según el informe policial.
Aunque Movahed ha llevado a cabo dos acciones similares de protesta, su abogado defendió en declaraciones a la agencia oficial IRNA que la mujer se ha comprometido a no reincidir.
“Debido a las consecuencias negativas que ha tenido este acto para ella y para su hijo de dos años, (Movahed) acepta que esta forma de expresar su opinión no ha sido correcta“, agregó Derafshan.
La mujer fue indultada el pasado 3 de abril por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, quien en esa fecha perdonó a cientos de presos con motivo del aniversario de la elección de Mahoma como profeta.
Sin embargo, todavía no se ha ejecutado la aplicación del indulto y Movahed sigue en la cárcel.
Vida Movahed fue la primera mujer que se subió a una caja de electricidad en el centro de Teherán y tras quitarse el hiyab lo colgó en un palo, agitándolo como una bandera.
Su ejemplo fue seguido por decenas de mujeres en diferentes ciudades del país entre enero y febrero de 2018, lo que llevó a la detención de muchas de ellas.
Las que participaron en este modelo de protesta fueron denominadas “las chicas de la calle Enghelab”, ya que en ese lugar del centro de Teherán ocurrieron varias de las acciones.
El velo es obligatorio en Irán desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979, que instauró en el país un régimen teocrático que impuso una serie de restricciones como la segregación de sexos y la prohibición del consumo de alcohol.

'Shell' triplicará la producción de petróleo en 2019 en Vaca Muerta

BUENOS AIRES.- El gobernador de Neuquén , Omar Gutiérrez, anunció desde Houston el pase a desarrollo masivo de tres nuevas áreas hidrocarburíferas operadas por la empresa Shell en Vaca Muerta , un plan que triplicará la producción actual de petróleo y duplicará los puestos de trabajo hacia fin de año. 

El gobierno neuquino informó a última hora del jueves que el desarrollo comprende las áreas Cruz de Lorena, Sierras Blancas y Coirón Amargo Sur Oeste, y se extenderá durante el período 2019-2025 con el objetivo de perforar 304 pozos en 38 locaciones.
Asimismo, anunció la construcción de una planta de procesamiento de crudo, instalaciones de superficie para las 38 locaciones, 100 kilómetros de caminos internos, 75 kilómetros de oleoductos y gasoductos, líneas eléctricas, tres reservorios de agua y un acueducto secundario que se conecta con el ya construido.
Los socios en los tres bloques son la petrolera estatal Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), con una participación del 10% en las tres áreas; Vista Oil and Gas (la empresa del ex CEO de YPF, Miguel Galuccio) con un 10% de participación en Coirón Amargo Sur Oeste; Shell, con el 90% de las áreas Sierras Blancas y Cruz de Lorena, y el 80% de Coirón Amargo Sur Oeste. 
Según informaron fuentes gubernamentales, la producción actual ronda los 4.500 barriles por día, y el objetivo es llegar a 40.000 barriles diarios en 2021 y 70.000 en 2025.
Del encuentro en Houston participaron el vicepresidente de Aguas Profundas de Royal Dutch Shell, Wael Sawan; el gerente técnico de Shell para la Argentina, Ed Kruijs; y el gerente general de Operaciones No Convencionales del área de Pozos y Logística, Shayne Dustin.
Gutiérrez estuvo acompañado por el ministro de Energía y Recursos Naturales de Neuquén, Alejandro Monteiro; y el presidente de GyP, Alberto Saggese.

Europa no tiene "excusa" para retrasar el canal de pagos con Irán, según Zarif

TEHERÁN.- El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, dijo hoy que Europa ya no tiene "excusa" para seguir retrasando la implementación del mecanismo especial de pagos Instex, que pretende facilitar el comercio con Irán pese a las sanciones estadounidenses.

"Para implementar el mecanismo, Irán necesitaba lanzar un canal similar, que comenzó (a funcionar) la semana pasada. Ahora los europeos no tienen excusa para un mayor retraso", señaló Zarif, citado por las agencias oficiales iraníes.
El Instrumento de Apoyo al Intercambio Comercial (Instex, en sus siglas en inglés) fue diseñado para mantener el comercio con Irán, pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos tras su retirada unilateral el año pasado del acuerdo nuclear de 2015 con Teherán.
Francia, el Reino Unido y Alemania lo presentaron en enero pasado y el 19 de marzo Irán registró la compañía correspondiente necesaria para su funcionamiento, pero el mecanismo europeo todavía no se ha puesto en marcha.
Por ello, el jefe de la diplomacia iraní subrayó que los europeos deben "esforzarse mucho para cumplir sus compromisos".
"Son muy lentos y no deben asumir que Irán los esperará para siempre", subrayó Zarif, quien agregó que ya han lanzado mecanismos similares con países vecinos que están funcionando "bien".
"No tenemos idea de cuánto tiempo necesitan los europeos para lanzar un mecanismo rudimentario", criticó.
La Unión Europea (UE) afirmó tras una reunión el pasado marzo que se seguirá trabajando para que Instex sea operativo "lo antes posible".
Además del retraso en su implementación, otro problema es que en su primera fase se va a limitar al comercio de productos farmacéuticos, dispositivos médicos y alimentos, lo que no cubre las expectativas creadas, ya que en un principio se anunció que iba a incluir las exportaciones petroleras.
EEUU impuso en agosto y noviembre del año pasado sanciones a numerosos sectores económicos de Irán, entre ellos el bancario y el energético, con la idea de impedir las exportaciones petroleras de Irán.
El resto de firmantes del acuerdo nuclear de 2015 (Rusia, China, Francia y Reino Unido mas Alemania) siguen apoyando el pacto y han desplegado esfuerzos para contrarrestar las sanciones estadounidenses, aunque no todas las medidas han dado por ahora sus frutos.

John Rockefeller: las dos caras del hombre que creó un monopolio petrolero

LONDRES.- En Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XIX, un grupo de hombres extraordinarios y controvertidos encabezaron la transformación de ese país de una república de granjeros y comerciantes a una superpotencia propulsada a vapor. Sus nombres -Vanderbilt, Carnegie , J.P. Morgan- siguen siendo sinónimos de fortunas colosales, recuerda la BBC

Para algunos, estos hombres fueron los heroicos empresarios que hicieron grande a EE UU.
Para otros, fueron plutócratas que llevaron a mujeres y hombres que alguna vez fueron independientes a depender del tedioso trabajo asalariado: los "barones ladrones" que se robaron el sueño americano.
"Yo era un hombre joven cuando vi por primera vez un billete de dinero. Trabajaba como empleado en The Flats (en Cleveland) y un día mi empleador recibió una nota de un banco del estado, por 4000 dólares".
"Me lo mostró y luego lo puso en la caja fuerte. Tan pronto como se fue, abrí la caja fuerte y, sacando el billete, lo miré con los ojos y la boca abiertos. Lo volví a guardar y cerré la caja fuerte. Me pareció una suma tremendamente grande, una cantidad inaudita, y muchas veces durante el día abrí esa caja fuerte para mirar con anhelo ese billete".
John Davison Rockefeller fue criado por su severa madre baptista en un pequeño pueblo de Ohio. Su padre, semipresente, era un carismático estafador y bígamo.
John D. heredó la religión de su madre y, según algunos, la moralidad de su padre. Era un abstemio que leía la Biblia al principio y al final de cada día, pero desde una edad temprana se propuso ser rico. Como dijo sobre él su socio de negocios Maurice Clerk: "John tenía fe absoluta en dos cosas: el credo baptista y el petróleo".
El joven Rockefeller comenzó a buscar formas de conseguir algunos de esos tentadores billetes de dólar, ¿pero cómo?
Los "barones ladrones" que lo antecedieron, como Cornelius Vanderbilt, habían hecho su fortuna en una economía repleta de anarquía dinámica.
"Es probablemente la tasa de industrialización más rápida que haya visto el mundo, hasta que llegó China", dice el historiador Steve Fraser.
"Empezaron a surgir ciudades de un millón de habitantes o más, de un extremo del país al otro".
"Esta es una economía que está creciendo a una escala extraordinaria. Es una transformación total de un mercado fragmentado, impulsada por intereses separados o por regiones diferentes, a una economía nacional", agrega la profesora Joanna Cohen, de la Universidad Queen Mary de Londres.
"Hay energía inquieta en esta economía y la gente es muy consciente de que puede 'irse a la quiebra', como le decían entonces: tienes que tener éxito o fracasaste. Es una verdadera economía de auge y caída".
En medio de todo esto, la gran innovación de Rockefeller fue la gigantesca corporación moderna, tan grande que podía aplanar a toda la competencia y amortiguar todos los golpes de la economía.
Evadiendo el servicio militar durante la Guerra Civil, Rockefeller invirtió en el negocio de la refinería de petróleo en Cleveland.
Era una industria completamente nueva con un potencial evidente, pero al igual que otras refinerías a pequeña escala, Rockefeller se encontraba totalmente dependiente de los ferrocarriles para llevar petróleo crudo desde donde se perforaba, en el oeste de Pensilvania, y transportar el producto terminado hasta el mercado en la costa este.
Rockefeller se dio cuenta de que podía negociar algo mejor. ¿Qué pasaría si prometiera a los ferrocarriles envíos masivos y regulares a cambio de pagos secretos?
Y así, en el año de 1868, hizo un trato con la Línea Central de Nueva York. Ese ferrocarril pertenecía al primer "barón ladrón", Cornelius Vanderbilt, quien ya tenía 74 años, y durante mucho tiempo aterrorizó a muchos hombres de negocios más pequeños.
Rockefeller solo tenía 29 años, pero era un joven muy seguro de sí mismo:
"El señor Vanderbilt nos mandó a llamar ayer a las 12 y no fuimos. Está ansioso por obtener nuestro negocio y dijo que podría aceptar nuestros términos. Le enviamos nuestra tarjeta a través de un mensajero, para que Vanderbilt sepa dónde encontrar nuestra oficina".
A diferencia de sus rivales, que no podían ver más allá de las puertas de sus refinerías, Rockefeller comprendió cómo encajaban todas las partes y cómo podría dominarlas.
Al igual que los otros "barones ladrones" como Andrew Carnegie y J.P. Morgan, Rockefeller había entendido algo sorprendente, como explican los historiadores Joanna Cohen y Steve Fraser.
"Se dieron cuenta de que si se le daba licencia al mercado libre para hacer lo que hace, iba a ser muy autodestructivo. Desde el año de 1857, más o menos cada 10, 15 o 20 años como máximo, había un grave pánico financiero, que generaba caos comercial y anarquía ", sostiene Fraser.
"Inspiró la agitación social porque muchos trabajadores no pudieron sobrevivir a esos auges y caídas. Hubo una enorme agitación social y política causada por este carácter anárquico del libre mercado, por lo que buscaron estabilidad".
"Las industrias no debían especializarse simplemente en una parte del negocio, sino en reunir todas las partes del negocio y brindar un servicio completo a las personas que necesitaban estos productos y servicios", afirma Cohen.
"El genio de estos hombres es que pudieron ver que no se trataba solo de poner una parte de la producción bajo su control, sino también poner la distribución y la comercialización bajo su control".
En 1872, Rockefeller vio su oportunidad. El frágil y novedoso negocio petrolero había sufrido su primera caída. La sobreproducción había obligado a bajar los precios, pero los productores y refinadores tuvieron que seguir pagando lo mismo de siempre a los ferrocarriles.
Así que Rockefeller decidió crear un cartel que él, por supuesto, manejaría. Hizo un acuerdo con el Ferrocarril de Pensilvania, garantizándole carga a cambio de costos de transporte mucho más bajos.
Luego fue a los refinadores que competían con él y les dijo lo que estaba a punto de hacer: si le vendían sus refinerías, podían obtener el beneficio de las tarifas reducidas. Si no, enfrentarían un costo de transporte incluso más alto que el que ya venían pagando.
¿Chantaje? ¿O simplemente un negocio inteligente?
Según la periodista Ida Tarbell, la mayor crítica de Rockefeller, esta era la propuesta que le hacía a sus rivales:
"Este esquema es infalible. Significa que controlaremos totalmente el negocio petrolero. No hay posibilidades para alguien de afuera. Pero le daremos a todos la oportunidad de entrar. Usted debe entregar su refinería a mis tasadores y le pagaré en efectivo o con acciones de la Standard Oil Company, lo que prefiera, por el valor que le demos. Le aconsejo que tome las acciones. Será por su bien".
Finalmente todos aceptaron, renunciando a sus negocios a precios de liquidación. Y esto fue solo el comienzo.
Rockefeller pasó a convertir su compañía Standard Oil en la primera corporación verdaderamente gigantesca del mundo, el epítome del nuevo y controvertido tipo de negocio monopólico conocido como un Trust.
La empresa absorbió a muchos rivales, como los refinadores de Cleveland, y llevó a la quiebra a muchas otras refinerías. Una de ellas pertenecía al padre de Ida Tarbell.
Fue así como Rockefeller se convirtió en una figura pública -y odiada- en EE UU. Generó un aluvión de protestas y muchos lo consideraron un monstruo.
Pero lo que sus críticos llamaron la "Masacre de Cleveland" fue considerada por Rockefeller como una victoria para todos. Estaba convencido de que sus rivales habrían quebrado sin él y se consideraba una especie de ángel de la misericordia y no un Mefistófeles, como lo llamaban sus críticos.
Esta es su versión de lo que les decía a sus rivales cuando se ofrecía a comprar sus refinerías:
"Tomaremos tus cargas. Utilizaremos tu habilidad; te daremos representación; nos uniremos y construiremos juntos una estructura sustancial sobre la base de la cooperación. Acepta las acciones de Standard Oil y tu familia nunca sabrá lo que es no tener".
Fue así cómo empezó a haber enormes concentraciones de poder en manos de un pequeño número de hombres. Ida Tarbell lo llamó la maldición de lo grande.
"Son millonarios en una escala nunca antes vista, pero Estados Unidos no es una tierra donde se aprecie ese tipo de escala. El pequeño agricultor terrateniente era el ciudadano ideal de la antigua república", dice Cohen.
"Estos hombres operan a una escala tan enorme que hay preocupación sobre cómo puede funcionar la república en una era en la que estos hombres ejercen tanto control y pueden influir en el Estado en formas que no deberían ser posibles".
"Esto causa verdadera ansiedad en muchas partes diferentes de la sociedad estadounidense", señala la académica.
Y, sin embargo, para Rockefeller, la escala, la "grandeza" que él había promovido,era algo bueno para EE UU porque traía orden, estabilidad y crecimiento.
Además, él utilizó su inmensa riqueza para crear una fundación filantrópica en una escala que se ajustó al tamaño de su corporación.
Según Standard Oil, Rockefeller fue "el Moisés que liberó [a los refinadores] del disparate que había causado estragos en sus fortunas...".
"No fue un proceso de destrucción y desperdicio; fue un proceso de construcción y conservación de todos los intereses, en un esfuerzo heroico, bien intencionado y casi divino de salvar a esta industria destruida".
Rockefeller, el gran titán de los negocios, no creía que los mercados libres, sin restricciones, fueran algo bueno. Para él, Standard Oil desempeñó un papel similar en la racionalización de la economía como el que las industrias nacionalizadas intentarían desempeñar en el siglo XX.
La estrategia de consolidación que Rockefeller desarrolló surgió de su ansiedad de que la prosperidad de EE UU pudiera ser vulnerable a su propio caos energético.
Hacer que esa consolidación fuera una realidad en la economía estadounidense, a comienzos del siglo XX, fue la gran ambición de nuestro próximo "barón ladrón": J.P. Morgan, sobre quien les contaremos más en el próximo episodio de esta serie.

Los 'chalecos amarillos' resisten 22 semanas / Guillermo Herrera *

Los llamados “Chalecos Amarillos” se concentraron de nuevo ayer sábado en París para la 22ª ronda de protestas desde que comenzara el movimiento. El Gobierno francés reveló que la gran exasperación sobre el nivel de impuestos era una de las principales preocupaciones de un gran debate de tres meses. Las protestas han continuado a pesar de que el Gobierno francés suspendiera el aumento de impuestos, y anunciara un aumento del salario mínimo.

Los chalecos amarillos son un movimiento social de protesta que se formó en Francia a partir del mes de octubre del 2018. El movimiento también se extendió, en menor medida, a otros países vecinos principalmente Bélgica, Holanda, Alemania, Italia y España.

ORIGEN
Esta movilización tiene su origen en la difusión en las redes sociales de llamadas de los ciudadanos a protestar contra el alza en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal, y la pérdida de poder adquisitivo. El movimiento se presenta a sí mismo en los medios de comunicación como espontáneo, transversal y sin portavoz oficial, es decir, anarquista.

Inicialmente se centra en el rechazo al alza del impuesto sobre el carbono, pero se amplía rápidamente a otras reivindicaciones como el aumento del poder adquisitivo de las clases medias y clases bajas, la dimisión del presidente Enmanuel Macron o la organización de un referéndum de Iniciativa Ciudadana.

El movimiento se organiza en torno a los bloqueos de carreteras y rotondas, y varios eventos nacionales llamados ‘actos’ que tienen lugar todos los sábados a partir del 17 de noviembre del 2018. Al encontrar una fuerte participación en las diferentes regiones, las protestas luego se extendieron a las ciudades más grandes.

PETICIONES
Más gasto social, menos impuestos, intervención bancaria y ‘Frexit’: así son las peticiones de los Chalecos Amarillos franceses. Son 25 propuestas que van desde apostar por más gasto en protección social, a la vez que se pagan menos impuestos, es decir, un manifiesto de 25 puntos con los que buscan cambios en lo laboral, en lo político, en lo ecológico y hasta en lo geopolítico.

El Gobierno de Macron ha dado marcha atrás, congelando primero la puesta en marcha de ese impuesto durante seis meses, retirándolo por completo después, y aún así las protestas continúan. Ahora mismo, el manifiesto contempla algunas de las peticiones económicas como reducir los impuestos a un máximo del 25% de PIB (la mitad del nivel actual en Francia) o aumentar el gasto social y la contratación de funcionarios.

Menos inmigración y más estatalización.- Uno de los puntos finales incluye “evitar los flujos migratorios imposibles de integrar que han acabado por crear la profunda crisis de civilización”. Eso al mismo tiempo que proponen intervenir para hacer los bancos más pequeños protegiéndolos de la crisis, y evitar los monopolios bancarios, construir cinco millones de viviendas de protección oficial, anular la deuda y re-estatalizar sectores privatizados en las últimas décadas, como las autopistas o los aeropuertos.

ESPAÑA
España tiene problemas parecidos a los de Francia. El Índice de Precios de Consumo en España subió un 0,4% en el mes de marzo, con lo cual se elevó la tasa interanual hasta el 1,3%, dos décimas por encima de la registrada el mes anterior.

Según los datos oficiales, esta subida se debe, principalmente, a que los precios de los carburantes suben este mes, mientras que bajaron el año pasado. También el crecimiento del PIB español se ralentizó hasta el 2,6% en 2018. Además, la vivienda, por el aumento de los precios de la electricidad, es otra de las causas del alza.

Por su parte, la ministra española de Economía, Nadia Calviño, dijo ayer que España es una de las grandes economías que resiste, a pesar de un entorno difícil y de una ralentización mundial, durante su participación en la asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI).

BREXIT
Por otro lado Francia, Alemania y España están siendo los grandes ganadores del ‘Brexit’, y muy especialmente la ciudad de París, que se ha convertido ya en la primera plaza financiera europea, según la directora de Business France para la Península Ibérica, Géraldine Filippi.

“Ahora, París es la primera plaza financiera europea y también es la primera plaza de empresas emergentes de Europa, más que en Silicon Valley,” asegura Filippi.

El retraso de seis meses en la salida de Reino Unido de la Unión Europea ha evitado un resultado terrible de un Brexit sin acuerdo que agravaría la desaceleración de la economía mundial, pero no sirve para eliminar la incertidumbre sobre el desenlace final, dijo el jueves la directora del Fondo Monetario Internacional. Además, el acuerdo recién alcanzado, no resuelve los problemas entre Reino Unido y la UE, opinó.

La incertidumbre a la que se enfrentan las empresas británicas se ha disparado por el Brexit, perjudicando la inversión, y planteando desafíos a largo plazo para la productividad económica, según dijo el Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, en un evento al margen de las reuniones del FMI y el Banco Mundial.

DESACELERACIÓN
Alrededor del 70% de la economía mundial entrará en desaceleración sincronizada en 2019, pronostica el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los analistas advierten que puede ser un presagio ominoso para muchas economías del mundo. Hace un año, la actividad económica se aceleraba en casi todas las regiones del mundo, pero un año después, mucho ha cambiado.

La escalada de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China, el necesario endurecimiento del crédito en China, el estrés macroeconómico en Argentina y Turquía, las perturbaciones en el sector automotriz en Alemania y el endurecimiento financiero, junto con la normalización de la política monetaria en las grandes economías avanzadas, han contribuido a debilitar la expansión mundial, especialmente en la segunda mitad de 2018.

Los analistas del Instituto Brookling y el diario “Financial Times”, observan, a su vez, que los indicadores de confianza y los datos económicos de las economías avanzadas y emergentes se han ido deteriorando desde el otoño pasado, lo que sugiere que se está desvaneciendo el impulso en el crecimiento mundial y es necesario recurrir a nuevas formas de estímulos económicos.

A mi juicio, esta decadencia financiera no es otra cosa que el síntoma del cambio hacia un Sistema Financiero Cuántico QFS mucho mejor que lo que tenemos hasta ahora. Por lo tanto no hay ningún motivo para alarmarse sino más bien para tener esperanza en que lo que va a venir es mucho mejor que lo antiguo.




(*) Periodista español