jueves, 6 de diciembre de 2018

La OPEP alcanza un acuerdo provisional para reducir la oferta a la espera de Rusia


VIENA.- La OPEP acordó el jueves de manera provisional un recorte de la producción de petróleo, pero esperaba un compromiso de Rusia -que no es miembro del grupo- antes de decidir los volúmenes exactos de una reducción con la que busca apuntalar los precios del crudo, dijeron dos fuentes del grupo. 

El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, voló a su país desde Viena para conversar con el presidente Vladimir Putin en San Petersburgo. Novak regresará a la capital austriaca el viernes para conversaciones de la OPEP, que lidera Arabia Saudita, y productores aliados del grupo.
El precio del crudo ha caído casi un tercio desde octubre, pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha exigido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se abstenga de recortes de producción.
“Esperamos concluir algo al final del día de mañana (...) Tenemos que involucrar a los países que no pertenecen a la OPEP”, dijo a la prensa el ministro de Energía saudí, Khalid al-Falih. “Si no están todos dispuestos a unirse y contribuir por igual, esperaremos a que lo estén”, añadió.
Cuando se le preguntó si la OPEP podía no llegar a un acuerdo, Falih dijo que todas las opciones están sobre la mesa. Las propuestas de recortes de producción de la OPEP y sus aliados oscilaron entre 0,5 millones y 1,5 millones de barriles por día (bpd), y un 1 millón de bpd fue aceptable, dijo.
La reunión a puerta cerrada de la OPEP comenzó alrededor de las 11.00 GMT y continuaba después de 3 horas y media.
“Un millón de bpd puede decepcionar a muchos. Pero si el recorte es sobre la línea base de septiembre u octubre, en lugar de noviembre, el impacto neto sería suficiente para limitar las acumulaciones de existencias”, dijo Greg Sharenow, vicepresidente ejecutivo de Pimco, en los márgenes de la reunión de la OPEP.
Los delegados de la OPEP han dicho que el grupo y sus aliados podrían reducir la producción en 1 millón de bpd si Rusia contribuye con 150.000 bpd del recorte. Si Moscú aporta unos 250.000 bpd, el recorte general podría exceder los 1,3 millones de bpd.
Los futuros del petróleo Brent cayeron hasta un 5 por ciento, a menos de 59 dólares por barril, ante el temor de que no haya un acuerdo.
“Creemos que la OPEP dedicará un tiempo a elegir qué palabras utiliza. Ser demasiado cauteloso con las palabras, para complacer al presidente Trump, supone el riesgo de diluir el mensaje”, dijo Olivier Jakob, de la consultora Petromatrix.

Acuerdan liberar a miles de prisioneros en el inicio de conversaciones de paz en Yemen

ESTOCOLMO.- Las partes en conflicto de Yemen acordaron liberar a miles de prisioneros el miércoles, en el comienzo de las primeras conversaciones de paz en años para poner fin a una guerra que ha empujado a millones de personas al borde de la inanición. 

El mediador de la ONU, Martin Griffiths, consideró esperanzadora la decisión sobre los prisioneros y dijo en una conferencia de prensa en un castillo en las afueras de Estocolmo que el solo hecho de que los bandos se sentaran a la misma mesa era un hito importante.
En la guerra han muerto decenas de miles de personas y se ha generado lo que las Naciones Unidas considera la peor crisis humanitaria del mundo, desde que una coalición árabe liderada por Arabia Saudí intervino en 2015 para tratar de restaurar un Gobierno derrocado por el movimiento hutí, alineado con Irán.
No se han celebrado conversaciones desde 2016, y el último intento, en septiembre, fracasó por la ausencia de los hutíes.
Griffiths dijo que el intercambio de prisioneros acordado al inicio de las conversaciones permitiría que se reunieran miles de familias. El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que al menos 5.000 serían liberados.
La guerra, ampliamente vista en toda la región como un conflicto indirecto entre Arabia Saudí e Irán, se encuentra en un punto muerto desde hace años, y amenaza las líneas de suministro que alimentan a casi 30 millones de habitantes.
Los hutíes controlan la capital, Saná, y las áreas más pobladas, mientras que el destituido Gobierno, con sede en la ciudad sureña de Adén, se ha encontrado con muchas dificultades para avanzar a pesar de la ayuda de estados árabes.

EE.UU. es exportador neto de petróleo por primera vez en 75 años

AUSTIN.- Estados Unidos se convirtió en un exportador neto de petróleo la semana pasada, con lo que puso fin a sus 75 años de dependencia continua del petróleo extranjero y marcó un momento crucial, aunque sea breve, respecto a lo que su presidente, Donald Trump, calificó de "independencia energética".

El cambio a las exportaciones netas es el resultado dramático de un auge sin precedentes en la producción petrolera estadounidense, con miles de pozos en funcionamiento desde la cuenca Pérmica de Texas y Nuevo México hasta Bakken en Dakota del Norte y Marcellus en Pensilvania. Los despachos de crudo de EE.UU. alcanzaron un récord de 3,2 millones de barriles la semana pasada, según datos del gobierno.
La revolución del shale ha vuelto multimillonarios a los pioneros del petróleo y ha convertido a EE.UU. en el mayor productor de crudo del mundo, superando a Rusia y Arabia Saudita. El poder de la OPEP ha disminuido, lo que debilita a una de las principales fuerzas geopolíticas del último medio siglo. 
El cartel y sus aliados se reunirán en Viena esta semana para intentar tomar una decisión difícil de recortar la producción y respaldar los precios a riesgo de perder más participación de mercado en EE.UU.
La semana pasada, EE.UU. vendió en el extranjero una cantidad neta de 211.000 barriles diarios de crudo y productos refinados como la gasolina y el diésel, en comparación con las importaciones netas de más de 2 millones de barriles diarios en promedio en lo que va del 2018, según la Administración de Información Energética (EIA) de EE.UU.
La EIA señaló que EE.UU. ha sido un importador neto de petróleo en los datos semanales que se remontan a 1991 y en los datos mensuales a partir de 1973. Los historiadores del petróleo que han recopilado datos anuales aún más antiguos con estadísticas del American Petroleum Institute dijeron que el país ha sido un importador neto de petróleo desde 1949, cuando Harry Truman estaba en la Casa Blanca.
En el papel, el cambio a las importaciones netas de petróleo significa que Estados Unidos es independiente desde el punto de vista energético, con lo cual logra una aspiración retórica para generaciones de políticos estadounidenses, desde Jimmy Carter hasta George W. Bush. 
Sin embargo, es un logro de tigre de papel: en realidad, EE.UU. sigue expuesto a los precios mundiales de la energía, que siguen bajo la influencia de la antigua geopolítica de Medio Oriente.
Si bien el saldo neto muestra que EE.UU. vende más petróleo de lo que compra, las refinadoras estadounidenses siguen comprando millones de barriles diarios de crudo y combustible en el extranjero.
"Trump le está devolviendo a EE.UU. su grandeza", declaró Joe McMonigle, analista de petróleo de Hedgeye Risk Management LLC y exfuncionario de alto rango en el Departamento de Energía de EE.UU. 
"Es el primer presidente en la época moderna en lograr que EE.UU. sea independiente en términos de energía, aunque solo sea por una semana".

El petróleo 'Brent' baja hasta 60,12 dólares y el 'Texas' cierra en 51,49

LONDRES/NUEVA YORK.- El precio del barril de petróleo Brent para entrega en febrero cerró hoy en el mercado de futuros de Londres en 60,12 dólares, un 2,54 % menos que al finalizar la sesión anterior.

El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un descenso de 1,57 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 61,69 dólares.
El precio del crudo europeo retrocedió ante la ausencia de una decisión definitiva sobre un recorte de producción de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Los miembros del cártel, que se reunieron hoy en Viena, han supeditado su decisión final a la postura que adopten Rusia y otros grandes productores ajenos al cártel, con los que se reúnen mañana.
Arabia Saudí avanzó que los productores evalúan reducir en torno a 1 millón de barriles diarios el conjunto de las extracciones, con el objetivo de tratar de estabilizar los precios.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) bajó hoy un 2,7 % y se situó en 51,49 dólares el barril después de que en su reunión de Viena la OPEP no haya cerrado un acuerdo definitivo sobre cuánto crudo sacará del mercado el cartel para evitar el desplome del barril.
Al final de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en enero restaron 1,40 dólares respecto a la sesión anterior.
La jornada de hoy estuvo marcada así por un desplome de los precios del petróleo cercano al 3 %, ya que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó recortar la producción, pero terminó su reunión de Viena sin una decisión sobre cuánto crudo sacará del mercado el cartel.
El precio del crudo europeo también retrocedió un 2,54 % ante la ausencia de una decisión definitiva sobre un recorte de producción de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Los miembros del cártel han supeditado su decisión final a la postura que adopten Rusia y otros grandes productores ajenos al cártel, con los que se reúnen mañana.
Arabia Saudí avanzó que los productores evalúan reducir en torno a 1 millón de barriles diarios el conjunto de las extracciones, con el objetivo de tratar de estabilizar los precios.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, que tuiteó ayer: "Espero que la OPEP mantenga su flujo de petróleo como está, sin restringir. El Mundo no quiere ver, ni necesita, unos precios del petróleo más altos".
Mientras, los contratos de gasolina con vencimiento en enero restaban 12 centavos, hasta 1,433 dólares el galón, mientras que los de gas natural, con vencimiento el mismo mes, perdieron catorce centavos, hasta los 4,32 dólares por cada mil pies cúbicos.

La OPEP cierra su reunión sin un acuerdo que queda pendiente de sus aliados no OPEP

VIENA.- La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cerró hoy su 175 conferencia ministerial sin acuerdo sobre el esperado recorte de producción, lo que queda supeditada a un pacto con los países aliados no miembros del grupo, con Rusia a la cabeza, con los que se reúne mañana.

Los ministros de la OPEP se reunieron a puerta cerrada durante unas seis horas con el objetivo de consensuar una medida para estabilizar los precios, que se encuentran a la baja desde hace unos dos meses.
Al final, un portavoz de la organización anunció que las negociaciones continuarán mañana y comunicó la cancelación de la rueda de prensa prevista inicialmente tras el encuentro.
Según las declaraciones de los delegados antes de iniciarse la conferencia, los socios están a favor de rebajar los suministros, pero exigen que a esa dolorosa medida se adhieran sus aliados, sobre todo Rusia.
El ministro saudí de Petróleo, Jalid al-Falih, abogó por un recorte de las oferta conjunta de los quince miembros de la organización en torno al millón de barriles diarios (mbd).
"Creo que un millón sería adecuado (...) Queremos que sea un recorte suficiente, pero no excesivo", y que no cause "un shock", dijo el responsable de Arabia Saudí, el mayor productor del grupo y, por ello, líder de la organización.
Reconoció que sobre la mesa de negociaciones había varias peticiones, de recortes de entre 0,5 y 1,5 mbd, y destacó que aún no había un acuerdo con los nueve productores externos que cooperan con el cártel desde hace dos años, en una alianza conocida ya como "OPEP+".
Aparentemente, Rusia prefiere una limitación más moderada.
Tras reunirse ayer en Viena con Al-Falih, el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, regresó a su país para consultar con el presidente, Vladímir Putin, los próximos pasos a dar.
Se espera que Novak vuelva mañana a Viena con la respuesta, de la que dependerá en gran medida la decisión definitiva sobre los niveles de extracciones que mantendrán los veinticuatro países de la OPEP+ en el primer semestre del año próximo.

Arabia Saudí defiende un recorte de 1 millón de barriles diarios para la OPEP

VIENA.- El ministro saudí de Petróleo, Jalid al-Falih, consideró hoy "adecuado" un recorte de la producción de crudo de la OPEP de un millón de barriles diarios (mbd) para evitar un exceso de oferta en el primer semestre de 2019.

"Creo que un millón sería adecuado", declaró Al-Falih a la prensa antes del inicio de la 175 conferencia ministerial de los quince socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
"Queremos que sea un recorte suficiente pero no excesivo" y que se distribuya entre los socios de la OPEP "de forma equilibrada", agregó.
"Queremos equilibrar el mercado pero no causar un shock", aseguró el responsable de Arabia Saudí, el mayor productor del grupo y, por ello, líder de la organización.
Además, recordó que en algunos productores existe una "caída involuntaria de la producción", que se sumaría al recorte, en una alusión a casos como el de Venezuela, donde el bombeo se ha desplomado por la crisis económica del país, o el de Irán, afectado por las sanciones de Estados Unidos.
Al-Falih, en cualquier caso, indicó que la OPEP adoptará una decisión que genere "un equilibrio entre la oferta y la demanda" tras escuchar todas las posiciones de sus miembros.
Precisó que tenía constancia de peticiones de recorte desde 0,5 hasta 1,5 mbd.
"Vamos a escuchar las posiciones de los miembros y mañana la de los países no OPEP", afirmó.
Por su parte, el ministro de Hidrocarburos de Ecuador, Carlos Pérez, indicó que aunque hay un consenso sobre que debe haber una reducción del recorte, aún se debe discutir de cuánto.
Manuel Quevedo, ministro de Petróleo de Venezuela, opinó que el principal resultado de la reunión de hoy debe ser la unidad, tanto entre los miembros de la OPEP como con sus aliados fuera del grupo.
Quevedo elogió el trabajo realizado desde 2016 para lograr "una estabilidad de los precios del petróleo que conviene a los países productores y a los países consumidores" y destacó que "a nadie le conviene la inestabilidad".
En cualquier caso, aseguró que lo que se decida hoy debe ser por consenso.
"Que sea una decisión colectiva, no una decisión que beneficie a un país. Todos debemos hacer un esfuerzo colectivo para la estabilidad del mercado petrolero mundial", declaró.
El ministro venezolano dijo que esa es la estrategia a seguir también el próximo año.
Sobre el encuentro de mañana con productores aliados de la OPEP, como Rusia y México, Jalid al-Falih indicó que no descartaba ningún resultado, ya que aún no se ha alcanzado un acuerdo con esos países.
"Todas las opciones están sobre la mesa", concluyó.
Después de que la OPEP advirtiera del riesgo de que en 2019 el crecimiento de las extracciones supere al de la demanda global, en los mercados se espera que en las citas vienesas se anuncie una nueva limitación de suministros.
Sin embargo, el plan no gusta al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien advirtió el miércoles de que el mundo "ni quiere ni necesita" un aumento de los precios del petróleo e instó a la OPEP a mantener sin cambios su producción actual.
Pese a ello, los ministros de la OPEP y sus aliados coinciden en reconocer la necesidad de restringir la oferta en los próximos meses.

Guinea Ecuatorial desea un precio de 60 dólares para el barril de crudo

VIENA.- Guinea Ecuatorial dijo hoy que está conforme con el actual precio del petróleo, en torno a los 60 dólares/barril, y espera que la decisión que adopte la OPEP este jueves sirva para evitar que el "oro negro" caiga a menos de 50 dólares.

Así lo explico hoy en Viena el ministro de Minas, Industria y Energía del país africano, Gabriel Mbaga Obiang Lima, poco antes de iniciarse la 175 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Destacó que el objetivo principal de un recorte de suministros debe ser evitar una gran volatilidad de la cotización del "oro negro", como la que se ha visto en los últimos meses.
Tras alcanzar picos máximos en cuatro años, de más 86 dólares a principios de octubre, el precio del petróleo Brent cayó en torno al 30 % en dos meses, hasta rondar actualmente los 60 dólares.
"Insistimos en que la estabilidad es muy importante, no queremos las fluctuaciones", subrayó el ministro, y vaticinó que el resultado de la reunión de la OPEP será un "ajuste" que evite esos altibajos.
En cuanto a las necesidades de su país para cuadrar el presupuesto de 2019, Obiang explicó que el barril debería moverse en una franja de entre "cincuenta y pico, a 70 dólares", aunque lo idóneo sería una cotización estable en torno a los 60 dólares.
"Son los precios que están permitiendo la inversión, con una media de 60 estamos bastante contentos, con algo por debajo (de esa cifra) podemos sobrevivir un poco, pero si ya empiezan a caer cerca de los 40 es un problema", precisó.
Guinea Ecuatorial es uno de los productores menores de la OPEP.
Frente a los más de 11 millones de barriles de crudo que bombea Arabia Saudí cada día, el país africano extrae 120.000, un volumen que asciende a 300.000 barriles diarios si se incluye la producción de "todos los líquidos", como metanol y gas natural licuado (GNL), indicó el ministro.

La OPEP supedita a Rusia el recorte de producción y pospone la decisión definitiva

VIENA.- La OPEP dejó hoy a los mercados petroleros sin la esperada noticia de que recortará sus suministros al supeditar su decisión a la adhesión de Rusia y otros aliados, con los que se reunirá mañana.

Tras unas seis horas de sesión a puerta cerrada, la 175 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) concluyó de forma inusual: sin declaración final y sin rueda de prensa.
"Seguimos deliberando", dijo a los periodistas el ministro saudí de Energía, Jalid al-Falih, tras el encuentro de este jueves.
Nada más conocerse la decisión los precios del crudo acentuaron su caída y el petróleo de Texas (WTI), referencia en Estados Unidos, perdía más del 4 % hasta los 50,61 dólares.
La negociación sobre un recorte de la oferta para apuntalar el precio del barril quedó así pospuesta hasta la reunión de la llamada OPEP+, la alianza de la organización con nueve productores externos que hace dos años se sumaron a la estrategia de recortes de suministros, convocada para este viernes.
Según Al-Falih, la opción que más aceptación encontraría entre todos sería una reducción en el orden de 1 millón de barriles diarios (mbd) del conjunto de las extracciones de los 25 países participantes.
Pero hasta el momento no se divisaría un acuerdo sobre el grado de "participación" de cada uno, es decir, cómo se debe distribuir la carga de tener que extraer y vender menos crudo.
Ante la situación, el ministro de Arabia Saudí -líder natural de la OPEP por ser de lejos su mayor productor- dijo no tener mucha confianza en que se logre el consenso necesario y estimó que las negociaciones de mañana podrían durar "todo el día".
Desde que varios comités internos de la organización advirtieran del riesgo de que un exceso de suministros cause un desplome de los "petroprecios" y aconsejara limitar la producción en cerca de 1,3 mbd, en los mercados se espera un recorte.
Solo el hecho de que esta mañana llegaran rumores de que la reducción podría ser menor de la esperada bastó para impulsar a la baja la cotización del crudo.
Aparentemente, Rusia, líder de los "No-OPEP", solo habría aceptado reducir de forma muy moderada su bombeo, en torno a unos 150.000 mbd (de un total de más de 11 mbd), cerca de la mitad de lo planteado inicialmente.
Pero según se ha filtrado a la prensa, también en el seno de la OPEP hay problemas, con algunos socios, como Venezuela o Irán, que se niegan a modificar su cuota de producción debido a la caída involuntaria que sufren sus industrias petrolíferas.
Además, hay miembros que consideran que quienes más deben cerrar ahora los grifos son aquellos que más los han abierto en los últimos meses (como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos), contribuyendo así a la creciente oferta mundial.
Tras reunirse este miércoles en Viena con Al-Falih, el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, regresó a su país para consultar con el presidente, Vladímir Putin, los próximos pasos a dar.
Se espera que Novak vuelva mañana a Viena con la respuesta, de la que dependerá en gran medida la decisión definitiva sobre los niveles de extracciones que mantendrá la OPEP+ en 2019.
En todo caso, cabe suponer que una eventual falta de acuerdo le vendría como anillo al dedo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ayer pidió que nada cambie.
"Esperemos que la OPEP mantenga el flujo de crudo tal y como está, sin restricciones. El mundo ni quiere ni necesita un aumento del precio del petróleo", escribió Trump en un tuit.
Por otro lado, la conferencia ha estado marcada por la decisión de Qatar de abandonar la OPEP el próximo 1 de enero, anunciada por Doha el lunes de forma sorpresiva.
El ministro qatarí de Energía, Saad al Kaabi, justificó la decisión de abandonar la OPEP con los planes del país de concentrarse en el negocio del gas, y aseguró que nada tenía que ver con el aislamiento regional que sufre, orquestado por Riad.
Pero sí comentó luego que la OPEP está de facto "controlada por un solo país", en clara alusión al papel dominante de los saudíes.
"Qatar es uno de los países hermanos, con una larga trayectoria en la OPEP", dijo hoy el ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, quien el próximo año ocupará la presidencia rotativa y anual de la organización.
"Siempre están invitados a seguir permaneciendo en la organización, a que regresen", añadió.
También su homólogo ecuatoriano, Carlos Pérez, lamentó la retirada del socio y dijo que confía en que continúe la cooperación.

Venezuela y Ecuador lamentan salida de Qatar de la OPEP y reclaman unidad

VIENA.- Venezuela y Ecuador lamentaron hoy la decisión de Qatar de abandonar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y coincidieron en resaltar la necesidad de mantener la unidad del grupo.

"Lo primero que hacemos es un llamado a la unidad y Qatar es uno de los países hermanos, con una larga trayectoria en la OPEP", dijo el ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, minutos antes de abrirse en Viena una reunión clave en la que los productores debaten un posible recorte de su oferta de crudo.
La 175 conferencia ministerial es la última que cuenta con la presencia de Qatar, ya que el pequeño emirato del Golfo Pérsico anunció el lunes pasado, de forma sorpresiva, su decisión de abandonar a partir del próximo 1 de enero la organización a la que perteneció en los últimos 57 años.
El ministro de Venezuela, quien en 2019 asumirá la presidencia rotativa de la OPEP, resaltó que Caracas "respeta" la decisión de Doha, al tiempo que mantiene sus esperanzas de un regreso.
"Respetamos las decisiones. Siempre mantendremos la comunicación con ellos, siempre están invitados a seguir permaneciendo en la organización, a que regresen; esa es la invitación (...) En un futuro cercano, a lo mejor vemos a Qatar de nuevo", indicó Quevedo.
También su homólogo ecuatoriano, Carlos Pérez, dijo confiar en que continúe la cooperación.
"Lo lamento porque lo que veo es que se debe mantener la unidad entre los países (...), y preocupa eso (que Qatar se vaya), pero obviamente, son decisiones que cada país debe tomar en base a sus necesidades e intereses", declaró Pérez.
"Creemos que deberíamos continuar trabajando juntos", añadió el ministro tras recordar que el nivel de producción del emirato "no es muy grande", en torno a los 600.000 barriles al día (bd), comparable al de Ecuador (515.000 bd).
Por ello, estimó, la decisión de Doha se debe a estrategias propias y "no debería tener un impacto" en el mercado "ni afectar" la posición de la OPEP.
"Estoy triste por perder a un amigo tan cercano a Irán en la OPEP", dijo el titular de Petróleo de la República Islámica, Biyan Zanganeh.
Arabia Saudí, líder natural de la OPEP por ser de lejos el mayor productor de crudo de la organización (con más de 11 mbd), ha aislado a Qatar en la región tras imponerle un bloqueo político y diplomático junto con otros países vecinos.

Venezuela dice que "EEUU no está para darle instrucciones a la OPEP"

VIENA.- El ministro de Petróleo de Venezuela y futuro presidente de la OPEP, Manuel Quevedo, dijo hoy en Viena que "Estados Unidos no está para darle instrucciones" a la organización, en una reacción al intento del presidente estadounidense, Donald Trump, de influir en las decisiones del grupo petrolero.

"Nosotros somos una organización independiente, respondemos a los fundamentos del mercado petrolero mundial, (...) no respondemos a ninguna instrucción política, venga de donde venga", resaltó el ministro poco antes de abrirse en Viena la última reunión del año de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
"El imperio norteamericano tiene que bajarse de esa posición. Ellos (los gobernantes de EEUU) no están para darle instrucciones a la OPEP, ni a la No-OPEP (productores aliados), ellos tienen que concentrarse en gobernar su país", subrayó.
Con esas declaraciones, Quevedo, quien es también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), reaccionó a las presiones de Trump para que los productores socios, liderados por Arabia Saudí, mantengan bajos los "petroprecios".
"Esperemos que la OPEP mantenga el flujo de crudo tal y como está, sin restricciones. El mundo ni quiere ni necesita un aumento del precio del petróleo", escribió ayer el jefe de la Casa Blanca en su cuenta personal de Twitter.
Pese a ello, el plato principal de la reunión de la OPEP es un probable recorte de la oferta de petróleo, con la posibilidad de que mañana se adhieran otros productores externos, como Rusia y México.
Al respecto, el ministro de Hidrocarburos de Ecuador, Carlos Pérez, estimó que en el seno de la organización habría un consenso para rebajar las extracciones, aunque falta un acuerdo sobre el volumen del recorte y otros detalles.
Y también rechazó que los socios tengan en cuenta las petición de Washington a la hora de tomar una decisión.
"Yo creo que la OPEP no se puede manejar en base a ese tipo de presiones, tiene que analizar sus intereses y los de sus miembros, y en base a eso tomar las decisiones, no en base a pedidos externos de la organización", declaró Pérez.

La cercanía de Putin con los saudíes tiene más implicaciones


NUEVA YORK.- El saludo de amigos entre el ruso Vladimir Putin y el saudí Mohammad bin Salman en la cumbre del G-20 la semana pasada estuvo cargado de simbolismo.

Ese apretón de manos fue, sin duda, un recordatorio a Washington de que los saudíes están dispuestos a explorar otras opciones geopolíticas si Estados Unidos se pone difícil en respuesta al asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Sin embargo, también fue indicativo de una tendencia más amplia que está reconfigurando la política mundial.
Día tras día, se hace cada vez más evidente que una línea divisoria central –quizás la más importante– en los asuntos mundiales es la lucha entre las formas de gobierno liberales y antiliberales. 
Y mientras esto sucede, los alineamientos geopolíticos están cambiando de manera sutil pero trascendental. En particular, los lazos entre EE.UU. y muchos de sus aliados autoritarios se están debilitando, ya que esos países descubren que tienen menos en común ideológicamente con EE.UU. que con sus rivales revisionistas.
Durante décadas, sin duda EE.UU. ha trabajado estrechamente con dictadores amigos por necesidad geopolítica. Durante la Guerra Fría, no fue fácil contener a la Unión Soviética sin la cooperación de autócratas estratégicamente ubicados en Turquía, Arabia Saudita, Corea del Sur, Filipinas y muchos otros países. 
Sin embargo, el pegamento geopolítico en estas relaciones siempre se vio reforzado por una capa de adhesivo ideológico.
Cualesquiera que fueran sus diferencias en la forma en que manejaban su política interna, Washington y sus aliados autoritarios compartían una afinidad ideológica básica arraigada en un intenso anticomunismo. El vasto abismo entre el comunismo soviético y el autoritarismo de derecha, además, significaba que había muy pocas posibilidades de que un dictador amigo cambiara de bando en la Guerra Fría. 
La dictadura argentina puede haber coqueteado con la Unión Soviética a fines de la década de 1970, en un momento en que el gobierno de Jimmy Carter estaba arrojando luz sobre las violaciones de los derechos humanos de esa junta. Pero nunca hubo una posibilidad real de que uno de los gobiernos más virulentamente anticomunistas del mundo se fuera a meter de lleno en la cama con el líder del comunismo global.
Hoy en día, la situación no es tan simple. El anticomunismo perdió su valor cuando terminó la Guerra Fría, la Unión Soviética se derrumbó y China pasó de ser una autocracia comunista a una autocracia capitalista. Como resultado, las diferencias ideológicas entre los aliados autoritarios de EE.UU. y algunos de sus principales rivales ya no son tan marcadas.
Lo que Mohammad bin Salman, el egipcio Abdel-Fatteh El-Sisi, el húngaro Viktor Orban, el turco Recep Tayyip Erdogan y el filipino Rodrigo Duterte tienen en común –además de ser aliados de EE.UU.– es que dirigen sistemas políticos basados en la corrupción, la coerción y/o otros enfoques autocráticos. 
Creen que la disidencia abierta y el debate, la protección de los derechos de las minorías y las restricciones a la autoridad gubernamental debilitarían las políticas antiliberales que tratan de construir y que amenazarían su propio poder personal. 
En este sentido, estos "buenos" autoritarios no son tan diferentes de los "malos" autoritarios como Putin y Xi Jinping. Como mínimo, todos ellos caen en el mismo lado del debate sobre si las sociedades modernas deben ser libres y abiertas o cerradas y controladas desde arriba.
Dado que hay pocas cuestiones de política exterior más importantes que la creación de un entorno en el que pueda florecer el propio sistema nacional, y dado que los pájaros del mismo plumaje vuelan juntos, es natural que esta convergencia ideológica tenga efectos geopolíticos reales.
En el Medio Oriente, Rusia no está simplemente desarrollando su asociación con el enemigo jurado de EE.UU.: Irán. También está haciendo avances con los socios estadounidenses Arabia Saudita, Egipto e incluso Jordania, basándose en la percepción de esos países de que el régimen autoritario de Putin puede actuar de manera decisiva en apoyo de sus amigos y evitar que el estilo estadounidense se inmiscuya en su política interna. 
Orban dirige un país que pertenece a la OTAN, pero tiene una relación de amistad con Putin y su gobierno y es generalmente percibido como completamente comprometido en asuntos relacionados con Rusia.
Turquía también es miembro de la OTAN, pero Erdogan ha cultivado cada vez más a Rusia como socio y contrapeso de EE.UU., en parte en respuesta a temores exagerados de que EE.UU. esté aliándose con los enemigos internos de su régimen. El gobierno turco incluso compró sistemas antiaéreos avanzados S-400 rusos, y se jactó de su capacidad para derribar aviones estadounidenses.
En Filipinas, Duterte ha intentado acercar su país tanto a China como a Rusia, no sólo con fines geopolíticos, sino también por su simpatía hacia sus compañeros dictadores. Como dijo en 2016, su objetivo era posicionar a Manila en el "flujo ideológico" de Pekín. 
Finalmente, Arabia Saudita y otros aliados autoritarios de EE.UU. han cooperado con los esfuerzos de Rusia y China para debilitar las normas internacionales de derechos humanos en las Naciones Unidas y otros foros. En cada vez más casos, la colaboración autoritaria está cruzando las líneas geopolíticas tradicionales.
Es importante no exagerar este fenómeno; las asociaciones de EE.UU. con estos países no están a punto de colapsar. Turquía no dará su total apoyo a Rusia, porque todavía necesita a EE.UU. como contrapeso del expansionismo de Moscú en el Mar Negro. Arabia Saudita todavía depende en gran medida de EE.UU. como socio antiterrorista y para controlar la influencia iraní.
También hay algunas excepciones obvias a esta tendencia. Vietnam reprime a fondo la disidencia, pero se está acercando a EE.UU. por miedo a China. Polonia es una democracia en retroceso, pero un socio sólido en Europa del Este. 
Sin embargo, en términos generales, a medida que crece la distancia ideológica entre EE.UU. y sus aliados autoritarios, y que se estrecha el vínculo entre esos aliados y las potencias revisionistas, habrá consecuencias estratégicas.
Putin lo entiende perfectamente: es una de las razones por las que financia a políticos y socios antiliberales en toda Europa. También es una de las razones por las que tanto Rusia como China están trabajando para fortalecer el autoritarismo y debilitar la democracia en países de todo el mundo.
Entonces, ¿cómo debería responder EE.UU.? Una estrategia sería purgar las consideraciones ideológicas de la política exterior de EE.UU. Washington podría dejar de hablar de abusos a los derechos humanos por parte de dictadores amigos; podría definir sus relaciones de acuerdo únicamente con la lógica de la balanza de poder. Este parece ser el enfoque básico del presidente Trump con respecto a la geopolítica. 
Sin embargo, aunque este enfoque probablemente aliviará las tensiones actuales con Arabia Saudita, Turquía y otros países de su calaña, también agravará las presiones globales sobre la democracia y socavará la idea de que la política de EE.UU. representa algo más que simple pragmatismo político.
Un segundo enfoque sería aceptar el desafío ideológico. EE.UU. podría mejorar sus relaciones con las democracias liberales, reparando las alianzas básicas que Trump ha dañado y cultivando lazos más estrechos con potencias democráticas desde Colombia hasta India e Indonesia. 
Podría redoblar las inversiones para proteger la democracia allí donde está en peligro y promoverla –en países como Malasia– donde se están llevando a cabo procesos de liberalización. 
Podría empujar a sus aliados autoritarios a ser modestamente más respetuosos de los derechos humanos y las libertades políticas, utilizando palancas como la restricción de la venta de armas o la interrupción de los ejercicios militares. 
Como mínimo, dejaría claro que sus relaciones con esos aliados son más transaccionales y menos especiales que las que tiene con sus colegas democráticos.
En el corto plazo, este último enfoque podría agitar aún más las aguas turbulentas en las relaciones de EE.UU. con algunos de sus amigos autocráticos. Pero tendría el considerable beneficio de reconocer que, en una época en la que el liberalismo y el antiliberalismo están cada vez más en conflicto, EE.UU. está bajo la presión de defender sus intereses sin defender también sus ideales.

El número de trabajadores migrantes crece un 9% en cinco años, según la OIT

GINEBRA.- En 2017, 164 millones de personas en el mundo eran trabajadores migrantes, un aumento del 9% desde 2013, según las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, órgano de la ONU).

En el informe, la OIT revela que los trabajadores migrantes representan 4,7% de la fuerza de trabajo mundial, y que la inmensa mayoría encontraron un trabajo en los países donde los ingresos son altos o medios.
El informe, basado en cifras del año 2017, define a un trabajador migrante como a una personas de más de 15 años que viajó a un país extranjero para buscar trabajo, o bien una persona que ya está en el extranjero y que busca o encontró trabajo en el país de destino.
Los 164 millones de trabajadores migrantes registrados en 2017 representan un importante aumento con respecto a los 150 millones de 2013.
Las cifras incluyen a los refugiados que encontraron trabajo en el país de acogida, según la OIT.
El número total de migrantes creció por su parte de 232 millones en 2013, a 277 millones en 2017.
Manuela Tomei, directora del departamento de la OIT encargado de las condiciones de trabajo, indicó que las migraciones no se detendrán y pidió a los países de la ONU que adopten el pacto mundial de esta última sobre la cuestión, que debería firmarse en una cumbre en Marruecos el 10 y 11 de diciembre.
Según el informe de la OIT, el 58% de los trabajadores migrantes, unos 96 millones de personas, son hombres, lo que supone un aumento del 2% en relación a 2013.
"Cada vez más mujeres buscando trabajo migraron de manera autónoma en las últimas dos décadas, pero las discriminaciones que sufren, muchas veces a causa de su sexo o de su nacionalidad, reducen sus posibilidades de empleo en los países de destino en comparación a los hombres", explicó Tomei.

Bruselas pide a los países de la Unión Europea que usen euros para comprar energía

BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) instó hoy a los Estados miembros y actores económicos de la Unión Europea (UE) a utilizar el euro como divisa para sus transacciones energéticas, con el fin de potenciar el papel internacional de la moneda única frente al dominio del dólar.

Esta recomendación es la principal iniciativa dentro de un paquete de medidas presentado hoy por el Ejecutivo comunitario para que el euro, que en 2019 cumplirá 20 años y es ya la segunda divisa más usada del mundo, gane peso a nivel global y los europeos ganen independencia con respecto a las decisiones de terceros países, especialmente Estados Unidos.
La UE es el principal importador energético del mundo, con una factura de unos 300.000 millones de euros en los últimos cinco años, pero la mayor parte de estas compras se realizan en dólares, incluso cuando se da entre miembros del bloque comunitario.
Así, en 2017 solo se facturó en euros el 10 % de los 181.000 millones de euros en importaciones de petróleo y el 30 % de los 75.000 millones de importaciones de gas natural a los Veintiocho.
"Esto expone a las empresas a riesgos asociados a las divisas y riesgos políticos, como decisiones unilaterales que afecten directamente a las transacciones denominadas en dólares", dice en su propuesta la Comisión Europea, que hace referencia también al efecto de posibles sanciones extraterritoriales impuestas por terceros países.
Aunque no menciona directamente a Estados Unidos, la propuesta llega en un momento en que la administración de Donald Trump ha empezado a hacer del dólar una herramienta de política exterior y ha reintroducido sanciones a Irán, así como en un contexto de volatilidad en el mercado de divisas que genera riesgos para la economía europea.
Bruselas, que reconoce que la decisión de utilizar el euro corresponde a los actores del mercado, consultará también sobre las posibilidades de ampliar su uso en el comercio de petróleo, productos refinados y gas.
Asimismo, consultará sobre un posible mayor uso en el comercio de materias primas (metales y minerales) y productos agroalimentarios, así como en el sector de la manufactura de medios de transporte aéreo, marítimo y por ferrocarril.
Los resultados se darán a conocer en el verano de 2019.
Más allá de fomentar el uso del euro en sectores estratégicos, la Comisión llama a mejorar la integración del sector financiero en Europa y adoptar iniciativas a nivel internacional.
En este sentido, insta a aumentar las emisiones de deuda denominada en euros por parte de instituciones europeas y a utilizar "diplomacia económica" para fomentar su uso para constituir reservas de divisas y en pagos internacionales.
Actualmente, un 20% de las reservas de divisas mundiales están en euros, frente a un 62 % en dólares, mientras que los pagos internacionales en euros suponen un 40 % y en dólares un 36 % (ninguna otra divisa supera el 5 %).
Los jefes de Estado y de Gobierno abordarán estas propuestas en su cumbre de la semana próxima.