MADRID.- Aún no ha sido designado oficialmente como nuevo consejero delegado del consorcio Al-Shoula, encargado de construir la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, pero Santiago Ruiz ha empezado prácticamente a ejercer como tal. Le
ha obligado a ello la la urgencia de apagar fuegos tanto en el grupo de
empresas, la mayoría de ellas españolas, como en la relación con el
cliente, el Gobierno de Arabia Saudí.
Por ello, Ruiz mantuvo, antes de
fin de año, al menos dos encuentros informales en Riad, la capital del
país, con el ministro saudí de Transportes, Abdullah bin Abdulrahman Al-Muqrib,
que fue el encargado de expresar en la semana de Navidad el malestar de
su Gobierno con el retraso de las obras por parte del consorcio, y que además deslizó la amenaza de sanciones e incluso la revocación del contrato.
Fuentes conocedoras de las reuniones señalaron a Vozpópuli que Ruiz ha podido constatar de primera mano el monumental enfado de Al-Muqrib con los retrasos que se están produciendo en los trabajos de la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, un contrato valorado en más de 6.000 millones de euros. Salvo contadísimas excepciones, la irritación se extiende al comportamiento individual de las empresas que componen el consorcio.
El Gobierno español tampoco escapa de la indignación del responsable saudí de Transportes, toda vez que una parte importante del consorcio está compuesto por compañías públicas: Renfe, Adif e Ineco. Esta última, por cierto, figura en el ojo del huracán de todas las críticas hacia el trabajo de las compañías españolas.
"No quiero hablar más con políticos, quiero soluciones", ha sido el mensaje que Al-Muqrib ha trasladado al que será nuevo consejero delegado del consorcio, en clara referencia a los viajes realizados por la ministra de Fomento, Ana Pastor, a Riad para tratar de tranquilizar al cliente de la obra, la Organización Saudí de Ferrocarriles
(SRO, por sus siglas en inglés), ante los retrasos que llevan tiempo
generándose, e incluso para negociar alguna extensión de plazos para
finalizar la construcción.
Los responsables de la SRO han llevado a cabo viajes a Madrid con mayor frecuencia para manifestar su enfado con los retrasos en las obras y las discrepancias internas en el consorcio. El mensaje de Al-Muqrib también alude a los dirigentes de las empresas públicas del consorcio, cuya labor, hasta ahora, ha sido mucho más política que ejecutiva.
Primeros pasos de una nueva etapa
Además de la presencia de empresas públicas, el Ejecutivo también ha tratado de poner paños calientes a la situación, porque una hipotética revocación del contrato sería un golpe mortal para la 'marca España'. No obstante, parece que a partir de ahora la mediación política quedará definitivamente aparcada.
Sin embargo, no todo son malas noticias para el AVE de La Meca. Las citadas fuentes indican que los encuentros mantenidos entre el ministro saudí y Santiago Ruiz se han desarrollado en un clima de relativa cordialidad, toda vez que ambos se conocen de la etapa de Ruiz en FCC, en la que estuvo al frente del proyecto de la construcción de tres líneas del metro de Riad, precisamente cuando Al-Muqrib fue alcalde de la capital saudí.
Las quejas manifestadas por Al-Muqrib provocaron una reacción inmediata en el consorcio, que esa misma semana convocó un consejo extraordinario para proponer a Ruiz como consejero delegado y tratar de aunar voluntades y dejar atrás viejos enfrentamientos para completar cuanto antes los trabajos.
En el seno del consorcio el clima es de preocupación, aunque esperan
que el cliente recoja de modo positivo los movimientos de Al-Shoula para
profesionalizar la gestión. "El enfado es real, no se trata de ninguna
pose. Si no reaccionamos pronto, el contrato correría serio peligro", señalan desde uno de los componentes del consorcio.
Para Al-Shoula ya trabaja también su nuevo director general, Álvaro Senador-Gómez, que será mano derecha de Ruiz, con quien ya trabajó durante un buen número de años en FCC tanto en proyectos nacionales como internacionales, entre estos últimos el citado contrato del metro de Riad.