ANKARA.- El G-20 consideró este sábado
insuficiente el crecimiento mundial, en un contexto de preocupación por
la ralentización económica de China, pero se comprometieron a coordinar
su política monetaria y cambiaria.
"El crecimiento mundial está
por debajo de nuestras expectativas", afirma un borrador del comunicado
final de la reunión que durante dos días sostuvieron en Ankara los
ministros de Finanzas y directores de bancos centrales de ese grupo de
potencias industrializadas y emergentes.
"Nos hemos comprometido a
adoptar medidas decisivas para que el crecimiento se mantenga
encaminado y confiamos en que la reactivación económica se acelerará",
afirma el documento.
El G-20 prometió
además "abstenerse de cualquier devaluación competitiva", un mensaje
para China cuya reciente devaluación del yuan conmmocionó a los mercados
financieros mundiales en las últimas semanas.
"Reiteramos
nuestro compromiso de avanzar hacia sistemas cambiarios determinados por
el mercado y la flexibilidad de las tasas cambiarias", subraya el
proyecto de declaración final.
Estados Unidos, que insistió mucho
para que la expresión "devaluación competitiva" aparezca en el texto
final, también recibió un toque de atención del G-20, aunque siempre con
palabras veladas.
Los países
del G-20 se comprometieron a "evaluar y comunicar cuidadosamente sus
iniciativas, sobre todo en el contexto de decisiones importantes de
política monetaria y demás, a fin de minimizar los efectos secundarios,
reducir las incertidumbres y promover la transparencia", como claves de
un crecimiento vigoroso.
El mensaje parece ir claramente dirigido a
la Reserva Federal estadounidense, que mantiene en vilo a los mercados y
a los países emergentes sobre la fecha en que volverá a subir los tipos
de interés tras años de expansión monetaria.
Muchos mercados
emergentes ven con preocupación un posible aumento de la tasa básica de
interés en Estados Unidos, que llevaría a los inversores a colocar
capitales en marcados seguros con la esperanza de mayores réditos que
los actuales.
El G-20 llama a los gobiernos y a los bancos
centrales a evitar el uso exclusivo de las tasas de interés como
incentivo del crecimiento, aplicando en cambio políticas fiscales
susceptibles de apuntalar el dinamismo económico y de crear empleos.
Depender exclusivamente de instrumentos de política monetaria "no conducirá a un crecimiento equilibrado", advierte.
El Banco Central Europeo (BCE) volvió a asegurar la semana pasada que no se fijaba "ningún límite"
para apoyar la economía europea y, de forma general, las políticas
monetarias nunca han sido tan generosas en el mundo.
El borrador
de declaración final es el resultado de un equilibrio sutil entre el
bando de los optimistas, Estados Unidos y en menor medida Europa, y el
de los prudentes, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los
países emergentes.
El
anfitrión de las reuniones del G-20, Turquía, que el presidente
islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan quiere convertir en una de las
diez mayores economías mundiales antes de 2023, está en recesión al
igual que Brasil y Rusia, otros dos grandes países emergentes.
La
tasa de cambio turca acaba de alcanzar un nuevo mínimo ante la moneda
estadounidense y un dolar vale ahora tres liras turcas.
Por otra
parte, el borrador promete dar un mayor protagonismo a los países pobres
en las decisiones que buscan impedir que las multinacionales eludan el
pago de impuestos, la llamada optimización fiscal.
El G-20 encargó
a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)
que dirigiera esas negociaciones, pero varias ONG y activistas como el
premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz han criticado que ese tipo de
decisiones se tomen en un grupo tan reducido.
La organización
también prevé frenar la financiación del terrorismo, "facilitando", por
ejemplo, los procedimientos de congelación de bienes.
El grupo de
20 países, que supone el 85% de la economía mundial, anima por último a
los países ricos a "ampliar sus esfuerzos de financiación" en la lucha
contra el calentamiento climático, con vistas a la conferencia
internacional que se celebrará a finales de año en París.