TEHERÁN.- El primer ministro
japonés, Shinzo Abe, pidió este miércoles a Teherán tener un "papel
constructivo" para la paz en Oriente Medio, en una inusual misión
diplomática a la República Islámica, en medio de tensiones entre Irán y
Estados Unidos.
Abe, cuyo avión aterrizó poco antes de las 09:30
GMT, según imágenes de la televisión iraní, es el primer jefe de
gobierno japonés que visita Irán desde la Revolución de 1979 que derrocó
al sah.
Japón es un aliado clave de Estados Unidos, rival de Irán,
y el país asiático tuvo tradicionalmente buenas relaciones con los
iraníes.
Su visita coincide con el exacerbamiento de las tensiones
entre Irán y Estados Unidos, que hacen temer por el futuro del acuerdo
internacional sobre el programa nuclear iraní, concluido en Viena en
2015, tras la retirada unilateral de Estados Unidos en mayo de 2018.
"Es
esencial que Irán ejerza un papel constructivo en el establecimiento de
una paz sólida y de estabilidad en Oriente Medio", declaró Abe en rueda
de prensa, tras un encuentro con el presidente iraní, Hasan Rohani.
"Nadie quiere una guerra. Japón quiere tener un papel de primer plano para hacer reducir la tensión", añadió.
Un
enfrentamiento armado "se tiene que evitar como sea", aseguró. "La paz y
la estabilidad en Oriente Medio son indispensables para la prosperidad
no solo para esta región, sino para todo el mundo".
Tokio,
que importaba hasta hace poco 5% de su petróleo a Irán, tuvo que
renunciar a ello para plegarse a las últimas sanciones estadounidenses
contra la República Islámica.
Rohani, por su parte,
estimó que la "raíz" de las tensiones en la región se tiene que buscar
en "la guerra económica de Estados Unidos contra Irán".
"En cuanto acabe, veremos un cambio muy positivo en la región y en el mundo", aseguró.
"Nosotros no desencadenaremos nunca una guerra, ni contra
Estados Unidos, pero opondremos una respuesta demoledora si somos
atacados", advirtió sin embargo Rohani.
El dirigente iraní
también destacó que coincidía con su huésped sobre la cuestión de las
"armas nucleares": "los dos países están en contra", afirmó.
Abe
expresó su "profundo respeto por el hecho de que el guía supremo
(iraní) el ayatolá (Alí) Jamenei haya repetido la fetua diciendo que 'el
arma nuclear y las otras armas de destrucción masiva son contrarias al
islam'".
Está previsto que el primer ministro japonés se reúna con Jamenei el jueves por la mañana.
Según
el portavoz del gobierno japonés, Abe habló con Trump por teléfono el
martes, con quien abordó entre otras cuestiones la "situación de Irán".
Varios
responsables japoneses explicaron sin embargo que Abe no iba a Teherán
con una lista de demandas o con un mensaje de Washington.
Abe no
viene a Irán a "hacer de mediador entre Irán y Estados Unidos", dijo el
martes a la prensa un responsable japonés. "El primer objetivo es de
rebajar tensiones", aseguró.
Desde el punto de vista iraní, Japón
tiene una imagen de país que logró modernizarse sin renunciar a sus
tradiciones y conservando su identidad cultural.
La visita de Abe fue precedida por la de su ministro de Exteriores, Taro Kono, que mantuvo una reunión con su homólogo iraní.
Ante
las consecuencias de la política estadounidense de "máxima presión"
contra su economía, Irán amenazó en mayo con dejar de cumplir
progresivamente el pacto nuclear a menos que sus socios, en particular
los europeos, le ayuden a evitar las nuevas sanciones económicas.
Junto a Abe, Rohani puso de relieve sin embargo su interés en continuar el acuerdo de Viena.
"Mi preocupación principal es que Irán respete este acuerdo", declaró Abe.
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