Lo vemos
todos los días en las telenoticias, y no nos damos cuenta de la
causa. De pronto hay personas que pierden la cabeza y cometen
atrocidades. La más común de todas es asesinar a su pareja a
incluso a su propia familia. Antes se llamaba “violencia
doméstica” y ahora la llaman “violencia de género”.
Los menos peligrosos sólo se matan a sí mismos, es decir, se
suicidan, que también es violencia.
La violencia de género es un tipo de violencia física o psicológica
ejercida contra cualquier persona o grupo de personas sobre la base
de su orientación o identidad sexual, sexo o género, que impacta de
manera negativa en su identidad y bienestar social, físico,
psicológico o económico, constituyéndose en una violación
flagrante de los derechos humanos.
VIOLENCIA RELIGIOSA
Otros pierden la cabeza, y se creen con el derecho a asesinar a todas
las personas que no tienen sus mismas creencias. Se llama violencia
religiosa.
Algunos críticos como Christopher Hitchens o Richard Dawkins
argumentan que la religión provoca un tremendo daño a la
sociedad en tres aspectos:
-
Las religiones utilizan la guerra, la violencia y el terrorismo para promover sus objetivos religiosos
-
Los líderes religiosos contribuyen apoyando indirectamente la violencia irreligiosa al respaldar la idea de uso de la violencia.
-
El fervor religioso es explotado por líderes irreligiosos para apoyar la guerra y el terrorismo.
SÍNDROME
Todas estas acciones irracionales se han exacerbado tanto en el mundo
actual que han venido a llamarse el síndrome o la locura del fin
de los tiempos. Algunos lo explican por la elevación de la
frecuencia de la llamada Resonancia Schuman.
Esta energía
produce paz y bienestar en las almas que están maduras, pero provoca
irritación y desarmonía en las personas que no están
preparadas, lo que induce a comportamientos extraños e incluso
aberrantes.
A nivel popular se dice que esa persona ha perdido la cabeza, la
olla o la pinza, pero en el idioma español existen numerosas
expresiones populares eufemísticas para referirse a la locura: estar
como una chota o una cabra, estar como un
cencerro, tener la cabeza como una zambomba, o tener la cabeza como
una jaula de grillos.
Se designó como ‘locura’ hasta final del siglo XIX a un
determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales
establecidas, por culpa de un desequilibrio mental, mediante
el cual una persona padecía de delirios enfermizos, impropios
del funcionamiento normal de la razón, que se identificaban por la
realización de actos extraños y destructivos. El término
locura viene del latín vulgar ‘delirare’ o
“de lira ire”, que significaba en
agricultura “desviado del surco recto”.
Se manifiesta frecuentemente como una pérdida de control, en
la que los sentimientos se muestran desinhibidamente. La conducta se
desplaza fuera de lo racional y las consecuencias de los propios
actos no se tienen en cuenta. Los actos pueden ser objetivamente
absurdos e inútiles. Puede desaparecer la
diferencia entre lo real y lo irreal, al verse perturbada la
percepción de la realidad.
RESONANCIA SCHUMANN
La Resonancia Schumann es la manera en que rebotan varias
frecuencias entre la superficie de la Tierra y la ionosfera,
de acuerdo con su longitud de onda. Consiste en un conjunto de
picos en una banda de frecuencia extremadamente baja del espectro
electromagnético de la Tierra. Lo descubrió el físico alemán
Winfried Schumann (1888-1974), descubridor de la resonancia
electrónica de los relámpagos.
Este fenómeno sucede porque el espacio entre la superficie terrestre
y la ionosfera (que existe entre los 90 y los 500 km de altura) actúa
como una guía de onda o como una jaula de Faraday. Las limitadas
dimensiones terrestres provocan que esta guía de onda actúe como
cavidad resonante para las ondas electromagnéticas, en la banda de
frecuencia extremadamente baja.
La cavidad es excitada de manera natural por los relámpagos, y
también, dado que su séptimo sobretono (armónico) se ubica
aproximadamente en 60 Hz, también influyen las redes de
transmisión eléctrica en los territorios en donde se emplea
corriente alterna en esa frecuencia.
En 2008, el autor estadounidense Gregg Braden afirmó que
desde 1980 la resonancia Schumann habían aumentado desde 7,8
hertzios a 12,0 hertzios.
La resonancia Schumann ha sido de 7,8 hertzios durante miles de años.
Desde 1980 se ha elevado a más de 12 hertzios. Esto significa que
un día de 24 horas equivale ahora a 16 horas debido a que
el tiempo se está acelerando.
APOCALIPSIS
Las religiones abrahámicas o monoteístas mantienen una concepción
lineal del tiempo histórico y la cosmología, en la que el
escenario del fin de los tiempos supone una transformación
espiritual vinculada a la Redención.
Juicio Final, Juicio Universal o Día del Juicio son
expresiones que definen una visión religiosa del fin del mundo o fin
de los tiempos (es decir, la escatología): la que concibe a
éste como un juicio que decidirá el destino final de cada uno para
toda la eternidad.
«Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en
la Tierra, angustia de las gentes, perplejas por
el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres
de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre
el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas» (Lc
21, 25-26).
En un ensayo que tituló “El fin de la Humanidad”, el
investigador cubano Osvaldo de Melo, profesor titular en la
Facultad de Física de la Universidad de La Habana, sostiene, no sin
ironía, que puede asegurarse con certeza que el mundo se va a
acabar, pero “todo parece indicar que falta muchísimo tiempo
para ello.”
Yo pienso lo mismo, por lo que creo que en lugar de hablar del fin
del mundo hay que hablar del fin del sistema. Es decir, el
final de un sistema económico opresivo, y el principio de otro
sistema más justo y equitativo del que ya hemos hablado muchas
veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario