BRATISLAVA.- Eslovaquia, a través del operador de
oleoductos Transpetrol, ha anunciado hoy que paraliza la importación de
petróleo ruso contaminado, y se une a países como Bielorrusia, Polonia y
Alemania, que también rechazaron esta semana crudo de los Urales por
temor a que dañe sus refinerías.
"En base al rechazo a
recibir este crudo por parte de (la refinería eslovaca integrada en el
grupo petroquímico húngaro MOL) Slovnaft, Transpetrol ha decidido de
inmediato la puesta fuera de servicio del oleoducto entre Eslovaquia y
Ucrania hasta que se resuelva la situación", ha indicado Transpetrol en
un comunicado.
La entidad eslovaca no volverá, según dijo en un
comunicado, a abrir la llave de paso al crudo que fluye por el oleoducto
"Druzhba" hasta que "no se tomen las medidas adecuadas para mejorar los
parámetros del crudo transportado".
Según el diario
"Právda", se han detectado en el crudo ruso que llega de los Urales una
alta concentración, de hasta 300 partes por millón, de cloruros
orgánicos, utilizados para mejorar la producción del petróleo.
Estos componentes de aditivos y disolventes, en el caso de no ser
eliminados, pueden convertirse durante el proceso de refinado en ácido
clorhídrico o cloruro de amonio, y dañar las instalaciones refineras.
El operador ruso de oleoductos Transneft PJSC ha reconocido, según el
rotativo eslovaco, que el país bombea "por problemas técnicos" crudo
contaminado de los Urales.
Bielorrusia fue el primer
país que detectó la presencia de crudo contaminado en el ramal norte del
oleoducto "Druzhba", y optó por cortar el flujo, decisión a la que el
miércoles se sumó también Polonia y Alemania.
Eslovaquia anunció que cuenta con reservas de petróleo para 90 días. La
refinería Slovnaft refina 5,6 millones de toneladas de crudo ruso al
año.
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