OSLO.- Noruega
dio un paso parcial en la desinversión de acciones de petróleo y gas en
su enorme fondo de riqueza de 1 billón de dólares, al aprobar la venta de
compañías de exploración más pequeñas y salvando a los productores más
grandes, como Royal Dutch Shell Plc y Exxon Mobil Corp.
Después
de más de un año de deliberaciones, el gobierno aprobó el viernes la
exclusión de 150 empresas que son del fondo y que han sido clasificadas
como compañías de exploración y producción por FTSE Russell. Estas
incluyen a Cairn Energy Plc, Anadarko Petroleum Corp., Chesapeake Energy
Corp., Cnooc Ltd. y Tullow Oil Plc. La propuesta implica que el fondo
venderá aproximadamente 7.500 millones de dólares en acciones.
"Refleja
en mayor medida el riesgo que tenemos nosotros mismos -la mayor parte
de la exposición del estado en Noruega es la actividad en sentido
ascendente", dijo la ministra de Finanzas, Siv Jensen. "Estamos
reduciendo nuestra vulnerabilidad al elegir retirar el fondo
gradualmente de este segmento".
El
gobierno avanza parcialmente para cumplir con una propuesta de 2017 del
fondo, que sacudió los mercados globales al defender una desinversión
total del sector para limitar la exposición general de Noruega al
petróleo.
El plan fue considerado como un gran paso potencial por los
activistas por el clima, algunos de los cuales el viernes lamentaron el
alcance limitado de la decisión. Ha sido un tema candente en Noruega,
que busca proyectar una imagen de responsable ambiental mientras bombea
petróleo y gas a gran velocidad.
Jensen
defendió su decisión de mantener a las grandes petroleras en la
cartera, citando el aumento de sus inversiones en energía renovable. La
propia estatal petrolera de Noruega, Equinor ASA, también está
aumentando las inversiones en energías renovables, e incluso
recientemente cambió su nombre de Statoil.
"Sería triste si el fondo de pensiones no pudiera invertir en estas compañías en el futuro", dijo Jensen en una entrevista.
La
decisión parcial resalta el cambio de clima político en Noruega, donde
aumenta la oposición a la exploración de petróleo y gas. El partido
conservador de la primera ministra, Erna Solberg, ha sido amistoso desde
hace mucho tiempo con la industria petrolera.
El socio menor de la
coalición de gobierno, los liberales, brindaron su apoyo a pesar de que
habían respaldado una mayor desinversión.
El
partido laborista de Noruega, el más grande de la oposición, también
expresó su apoyo. "Están dando un paso más cauteloso de lo que aconsejó
Norges Bank", dijo Svein Roald Hansen, un legislador del partido
laborista.
"Pero es mejor que ningún paso en absoluto. Parece que ha
habido un tirón de guerra dentro del gobierno".
El
fondo de 1 billón se ha acumulado en las últimas dos décadas a
partir ingresos por petróleo y gas, y Noruega también utiliza grandes
porciones de ingresos de sus campos en alta mar cada año para pagar su
lujoso sistema de beneficios sociales.
Por lo tanto, los gestores del
fondo, supervisado por el banco central, argumentaron en su propuesta
que no tiene mucho sentido que Noruega esté doblemente expuesta al
petróleo, tanto en su flujo de ingresos como a través de sus
inversiones.
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