Mientras al redactar esta nota cientos de miles de británicos
afluían, a la manifestación de este sábado en Londres para pedir otra
votación popular sobre el Brexit, en demanda de otra consulta que lleve
a la derogación de la primera final de una“larga pesadilla”.
La última prueba demoscópica arroja la salida estimación de que
serían cuatro millones los británicos que votarían contra el anterior
veredicto: el que se pronunció por la escisión del Reino Unido de la
Unión Europea.
La tan enérgica inflexión demoscópica parecería estar traduciendo en
sentido inverso el calvario político que han supuesto para la ‘Premier’
sus últimas visitas al otro lado del Canal.
Por la misma regla de tres,
tal cosa cabría entenderla como el Waterloo de los enemigos británicos
de la causa de la Unidad Europea.
Aunque también de todos de cuantos en
el seno de naciones creadoras de la vieja Europa se empeñan en
descoyuntarlas, ebrios de burricie mental y onanismos sin tasa,
al compás de chistus y tenoras.
(*) Periodista y abogado español
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