NUEVA YORK.- El enviado especial de la ONU para Yemen, Ismail Ould Chiekh Ahmed, realiza una gira regional como parte de las gestiones dirigidas a poner fin al conflicto en ese país, señaló hoy la organización.
Según una nota de prensa, el diplomático conversó ayer con autoridades de los Emiratos Árabes Unidos y este viernes llegó a Arabia Saudita, donde tendrá encuentros con altos funcionarios locales y el vicepresidente yemenita, Khaled Bahah.
En Riad, dialogará además con la delegación de Sanaa a las pláticas con los rebeldes chiitas de la tribu huti.
Yemen vive una profunda crisis política y humanitaria, a partir de los combates entre las tropas gubernamentales y los insurgentes, escenario agravado desde marzo de 2015 por los bombardeos que lanzan Arabia Saudita y sus aliados regionales contra los huti.
De acuerdo con Naciones Unidas, Ismail "viajará pronto" a Yemen.
La ONU facilitó el mes pasado una reunión entre los actores del conflicto, la cual aunque no dejó grandes progresos, sentó las bases para nuevas pláticas de paz y los esfuerzos destinados a lograr un alto el fuego, según palabras del propio Ismail.
Estadísticas divulgadas por la organización reflejan que desde marzo, más de ocho mil civiles perdieron la vida o sufrieron heridas a causa de las hostilidades.
Respecto al panorama humanitario, la situación no puede ser peor en el empobrecido país de la Península Arábiga, donde el 80 por ciento de su población, 21 millones de personas, necesitan algún tipo de ayuda.
Para Naciones Unidas la prioridad es alcanzar un alto el fuego creíble y garantizar el acceso humanitario a las víctimas, con particular urgencia, a las 250.000 personas atrapadas por los combates en la suroccidental ciudad de Taiz.
Sin embargo, el cese de las hostilidades parece bien complejo, dadas las diferencias entre las partes y el papel en el conflicto de potencias regionales como Arabia Saudita e Irán.
Riad lidera los bombardeos contra los huti a partir del interés del reino wahabita en alejar la influencia de Teherán, que apoya a los rebeldes chiitas.
Expertos y diplomáticos aseguran que eso explica el respaldo de Arabia Saudita al presidente de Yemen, Abd Rabbu Mansour Hadi, quien el año pasado estuvo refugiado en el reino ante los avances logrados en Sanaa por los insurgentes.
Asimismo, estiman que el gobierno de Hadi guarda lealtad al poderoso vecino, argumento esgrimido para entender la expulsión de Yemen del representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país, George Abu al-Zulof.
El funcionario fue declarado persona no grata pocos días después de que la oficina del Alto Comisionado atribuyera a Riad el empleo de bombas de barril, prohibidas por instrumentos internacionales, en sus incursiones aéreas contra los rebeldes huti.
La víspera, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó la decisión e instó a Sanaa a reconsiderarla.
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