El conflicto entre Irán y Arabia Saudí parece haber echado por tierra
los acuerdos de hace algo más de un mes en el seno de la OPEP, cuando
los países miembros decidieron ir ajustando a la baja su producción de
petróleo para tratar de frenar el endiablado retroceso de los precios
del crudo.
Irán está en condiciones de aumentar en breve plazo sus exportaciones
en torno a un millón de barriles diarios por encima de lo que exporta
en la actualidad. Una vez suavizadas las sanciones a causa de la
querella nuclear, Irán puede normalizar poco a poco sus ventas de crudo,
de modo que el acuerdo de la OPEP de hace un mes ya nacía con escasa
virtualidad. Ahora, la afirmación iraní de que va a utilizar el petróleo
como parte principal de su enfrentamiento con Arabia Saudí, puede echar
más leña al mercado, es decir, más crudo al flujo comercial
internacional, lo que agudizará la presión de los precios a la baja.
De momento, el conflicto entre Irán y Arabia, quinto y primer
productor de crudo de la OPEP, no se está traduciendo en encarecimiento
del precio, como se había temido en unos primeros momentos. Arabia ha
lanzado de forma automática una oferta de precios más bajos a algunos de
los principales clientes potenciales de Irán, lo que corta por lo sano
la posible estrategia belicista de Irán en los mercados mundiales. De
momento, lo más probable es que este conflicto sirva para abonar las
razones por las que cabe esperar un precio del crudo a niveles
históricamente bajos, los más bajos desde los primeros años de la década
del año 2000. Este miércoles, el crudo ha llegado a cotizarse en los
mercados internacionales a algo más de 36 dólares por barril. Nada que
ver con los 115 dólares que se exigían a los compradores de petróleo a
mediados del año 2014.
Las bajas cotizaciones del crudo han sentado, por ello, las bases
para una etapa posiblemente más prolongada de petróleo barato. En los
últimos meses, algunos acontecimientos de los que ha vivido el mercado
petrolero abonan esta expectativa. Por un lado, la demanda mundial de
petróleo se ha debilitado en consonancia con la menor intensidad de la
actividad económica, a lo que se ha sumado en las últimas semanas la
gradual caída de la intensidad de la economía de China y la persistencia
de la crisis en los países emergentes.
La segunda razón que apoya la hipótesis de precios bajos persistentes
es el elevadísimo nivel de existencias almacenadas en diferentes países
consumidores. Los stocks de crudo e incluso de productos terminados han
alcanzado cotas desconocidas hasta ahora. Esta acumulación de c
existencias sigue en aumento porque en la actualidad la producción de
petróleo está claramente por encima del consumo.
Y, como tercer factor, la producción de petróleo por métodos no
convencionales en Estados Unidos, con las nuevas técnicas de extracción,
sigue alcanzando cifras bastante elevadas, a pesar de que la estrategia
saudí de tirar los precios para que los productores estadounidenses
entrasen en quiebra no ha dado ningún resultado significativo.
(*) Periodista y economista español
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