EL CAIRO.- Los países de la Liga Árabe expresaron este domingo en El Cairo su solidaridad con Arabia Saudita en la crisis diplomática que la opone a Irán y que amenaza con hacer fracasar los esfuerzos para resolver los conflictos en Oriente Medio, incluyendo la guerra en Siria.
Irán
por su parte acusó a Arabia Saudita de intentar socavar las
conversaciones de paz sobre el conflicto sirio, que en teoría deben
comenzar a fines de enero, una acusación que Riad rechazó tajantemente.
Riad
y Teherán, dos potencias implicadas en la guerra en Siria y en otros
conflictos en la región, atraviesan una grave crisis diplomática desde
que Arabia Saudita ejecutó a un clérigo chiita -figura de la oposición
saudí- a comienzos de enero.
Su
ejecución provocó manifestaciones y ataques contra las representaciones
diplomáticas sauditas en Irán, tras lo cual Riad decidió romper
relaciones con Teherán.
Los
ministros de Exteriores de los países de la Liga Árabe, que se dieron
cita el domingo en El Cairo para una reunión de urgencia solicitada por
Riad, expresaron su "solidaridad total" con Arabia Saudita ante a los
"actos hostiles y provocaciones de Irán".
La
organización panárabe condenó "las declaraciones hostiles de Irán"
contra Arabia Saudita, en reacción al "cumplimiento de decisiones de
justicia que conciernen a un grupo de terroristas". El clérigo chiita
Nimr al Nimr fue ejecutado junto a otras 46 personas por "terrorismo".
La
Liga Áraba calificó además a las declaraciones de Irán, una potencia
chiita, de "injerencia" en los "asuntos internos del reino" saudita
sunita.
Arabia
Saudita recibió además el sábado el apoyo del Consejo de Cooperación
del Golfo (CCG), que amenazó a Irán con "tomar medidas" si continúa con
sus "agresiones".
Y,
en tanto los jefes de la diplomacia de los países árabes estaban
reunidos en El Cairo, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán
acusaba a Riad de utilizar la crisis diplomática para "crear tensiones" e
"influenciar negativamente" las negociaciones sobre la guerra en Siria.
La
ONU espera concretar a partir del 25 de enero en Ginebra negociaciones
entre el régimen sirio de Bashar al Asad, que cuenta con el apoyo de
Teherán, y los insurgentes, respaldados por Arabia Saudita.
"No
permitiremos que las acciones sauditas tengan un impacto negativo en la
resolución de la crisis siria", declaró el ministro iraní de Asuntos
Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, en un comunicado.
Su homólogo saudita, desde El Cairo, respondió que su país "apoya plenamente" las negociaciones sobre el conflicto sirio.
"Creemos
y apoyamos plenamente (el proceso), a pesar de nuestras diferencias con
Irán", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al
Jubeir.
Por
su parte, el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, de
visita en Teherán, aseguró también que la crisis diplomática entre ambas
potencias de la región no afectará a las negociaciones.
Arabia
Saudita rompió relaciones diplomáticas con Irán el pasado 3 de enero.
Baréin le siguió los pasos y también rompió relaciones con la República
Islámica.
Emiratos
Árabes Unidos decidió reducir las relaciones diplomáticas con Teherán
mientras que Kuwait, Qatar y las islas Comores llamaron a consultas a
sus embajadores en Irán.
Irán,
por su parte, acusó a la aviación saudita de haber bombardeado su
embajada en Yemen. La coalición árabe, liderada por Arabia Saudita,
rechazó esta acusación.
En
El Cairo, el ministro de Exteriores saudí acusó a Irán de "interferir
en los asuntos de los países árabes, para fomentar las tensiones
sectarias y desestabilizar su seguridad y estabilidad."
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