jueves, 20 de junio de 2019

Irán expone cambio de petróleo en el golfo Pérsico

NUEVA YORK.- "No es tarea de Estados Unidos liderar la protección de los envíos neutrales en el golfo [Pérsico]".Eso dijo George Shultz, secretario de Estado del presidente Ronald Reagan, cuando a principios de 1987 argumentaba en contra de una solicitud de Kuwait de cambiar la bandera de sus petroleros por la estadounidense para quedar protegido contra Irán durante la llamada "Guerra de los Petroleros". 

Shultz perdió. La operación de cambio de banderas y convoy de la Marina estadounidense, conocida como Earnest Will, empezó unos meses después.
Las tensiones en el golfo Pérsico están altas otra vez; el incidente más reciente involucra el derribo de un dron no tripulado. A principios de esta semana, el General de la Fuerza Aérea Paul Selva, vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, dijo algo a reporteros reunidos en Washington que hacía eco de Shultz, como informó Defense News:
"...en el estrecho de Ormuz y en el Golfo, hemos tomado una responsabilidad internacional de garantizar la libertad de navegación y el movimiento de petróleo dentro y fuera del Golfo. Eso no quiere decir que sea un problema exclusivo de EE.UU. Si lo vemos como una responsabilidad exclusiva de EE.UU., los países que se benefician de ese movimiento de petróleo a través del golfo Pérsico cargan poca o ninguna de la responsabilidad por el beneficio económico que obtienen por el movimiento de ese petróleo".

La posición de Selva será más fuerte
El petróleo es la gran variable, aunque no la única ni de manera directa. En una entrevista publicada el miércoles en Time, el presidente Donald Trump señaló que mientras otros países "obtienen vastas cantidades de petróleo" de Medio Oriente, EE.UU. obtiene "muy poco". Selva se mostró de acuerdo cuando dijo: "no somos totalmente dependientes de los movimientos del petróleo saudí, kuwaití, qatarí o de los Emiratos que entra y sale del Golfo para sostener nuestra economía".
En realidad, EE.UU. recibió más importaciones de petróleo del golfo Pérsico en 2018 que en 1987 o, de hecho, en casi toda la década de 1980, tanto en términos absolutos como de participación en las exportaciones y el consumo.
Lo que ha cambiado, y dramáticamente, es la relación de EE.UU. con el comercio global de petróleo en general:
El auge del shale ha transformado la actitud de Washington respecto a la energía. Lejos de preocuparse por la "adicción al petróleo", en palabras de George W. Bush en 2006, la administración Trump cree que EE.UU. está dejando atrás su vieja obsesión con la dependencia energética y pasando al sueño del "dominio energético". 
Ahora se llama al gas licuado exportado "moléculas de libertad estadounidense", y la promoción del brillante carbón como "bolitas de libertad" con seguridad no está lejos.
Aun cuando la realidad es que EE.UU. sigue siendo energéticamente interdependiente –aun importa aproximadamente 9 millones de barriles de petróleo al día, en total–, esos matices tienden a perderse cuando acaba de obtener el mayor incremento anual en producción para cualquier país del mundo y las importaciones netas se dirigen a cero.
Los cambios en el contexto geopolítico general también son importantes. La operación Earnest Will se trataba de escoltar a los petroleros. Pero también tenía que ver con bloquear la influencia soviética en la región y con restaurar la credibilidad, luego del escándalo Irán-Contra de Reagan. 
Además de sus propias necesidades, EE.UU. tenía que considerar las necesidades de sus aliados en Europa y Asia durante la Guerra Fría, los cuales dependían de los barriles de Medio Oriente.
Hoy, el juego ha cambiado en todos los aspectos. La Casa Blanca parece más preocupada por Teherán como amenaza directa que como aliada o blanco de Moscú. Los aliados, incluso en la OTAN, se ven a sí mismos amenazados por las sanciones. El petróleo del shale puede proporcionar una herramienta importante, pero se está dando un cambio más amplio en las actitudes de Washington hacia el resto del planeta. 
El libre comercio, el orden mundial con libertad de navegación que se ha mantenido más o menos desde 1945 –el cual coincidió con el ascenso del petróleo a la preponderancia energética– está perdiendo a su principal patrocinador.
Selva señaló que la mayor parte del petróleo del golfo Pérsico se dirige ahora a Asia, y que "ninguno de esos países ha mostrado ninguna predilección por presionar a Irán para que se detenga". Los números lo apoyan. Es el Lejano Oriente el que ahora depende excesivamente del petróleo de Medio Oriente:
Más allá de que las viejas certezas sobre la siempre creciente demanda del petróleo están siendo cuestionadas por el cambio climático, los otros fundamentos del libre comercio y el músculo militar estadounidense para respaldarlos ya no pueden darse por hechos. Washington por fin parece estar de acuerdo con Shultz, aunque en circunstancias que habrían parecido inconcebibles en ese entonces.

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