FRÁNCFORT.- El crecimiento de la demanda
agregada de petróleo ha sido más estable en los últimos años, pero se
espera que disminuya en 2019, según un artículo en el último boletín
económico del Banco Central Europeo (BCE), publicado hoy.
En el artículo, Dominic Quint analiza la evolución reciente de los
precios del petróleo y considera que la creciente demanda en las
economías emergentes y en desarrollo se vio contrarrestada por la caída
en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos).
Durante el último decenio, el consumo de energía en China ha sido el principal motor de la demanda mundial de crudo.
"Dado que se prevé que la actividad económica global se modere
levemente en 2019, en los últimos meses la Agencia Internacional de la
Energía ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento de la
demanda de crudo, con lo que los precios se han visto sujetos a
presiones adicionales, especialmente en la segunda mitad de diciembre",
añade Quint.
Constata también que la capacidad de
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para
estabilizar los precios en torno a los niveles deseados ha disminuido.
Así ocurrió en 2014 y 2015, cuando la OPEP redujo los precios con el
objetivo de expulsar del mercado de forma permanente la producción de
petróleo no convencional de Estados Unidos y no lo consiguió.
"La revolución del petróleo no convencional ha cambiado la estructura del mercado de crudo", según el experto.
Ahora, las estrategias de la OPEP deben tener en cuenta la reacción endógena de los productores de petróleo no convencional.
La competencia del petróleo no convencional puede reducir la capacidad
de los productores tradicionales para presionar al alza los precios por
encima de un nivel determinado en horizontes de largo plazo.
"Al mismo tiempo, el proceso de adaptación de las estrategias de la
OPEP a esta nueva competencia ha introducido cierta volatilidad en los
precios del crudo en los últimos años, también durante la segunda mitad
de 2018", añade Quint.
Los factores de oferta han
sido los que más han contribuido a la volatilidad observada
recientemente en los precios del petróleo, mientras que la demanda se ha
mantenido relativamente estable.
Los precios del
Brent aumentaron desde el verano de 2017 y alcanzaron un máximo de 86
dólares por barril a principios de octubre de 2018.
Posteriormente registraron una fuerte corrección y al final del año se habían reducido alrededor de un 40 %.
Cuatro años antes, en 2014, se produjo una corrección similar.
Estos períodos de desplome de los precios del crudo suelen ir unidos a un grado elevado de incertidumbre.
La aparición del petróleo no convencional (shale oil) en Estados
Unidos ha sido determinante en la caída del precio del petróleo.
La contribución de Estados Unidos a la oferta agregada aumentó de forma significativa entre 2011 y el verano de 2014.
A finales de 2014, los miembros de la OPEP modificaron su estrategia y
abandonaron las cuotas de producción para tratar de recuperar cuota de
mercado y, según algunos analistas, expulsar del mercado a Estados
Unidos, ejerciendo presiones para que los precios del petróleo se
situaran por debajo de los umbrales de rentabilidad de la producción de
petróleo no convencional de ese país.
Las medidas de
la OPEP solo provocaron una reducción transitoria de la producción de
este tipo de petróleo, por lo que a finales de 2016 la organización tuvo
que reconsiderar su enfoque porque la preocupación en torno a la
demanda mundial generó nuevas bajadas de los precios del crudo.
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