PANAMÁ.- La marina mercante de Panamá, la más
grande del mundo, se blinda contra el terrorismo y sus primeros
clientes afectados son cerca de 60 naves de origen iraní a las que se
les retirará la bandera panameña por ser sospechosas de colaborar en
actos terroristas.
El Gobierno panameño emitió el
martes un decreto que ordena a la Autoridad Marítima de Panamá (AMP)
expulsar del registro a los buques señalados por los servicios locales
de inteligencia de estar relacionados con "grupos terroristas y
extremistas violentos que se consideren socavan la estabilidad, la paz y
la seguridad internacionales".
La orden afecta por el momento a 62 barcos iraníes,
dedicados en su mayoría al transporte de combustible, y ha sido muy bien
acogida por Estados Unidos, el gran valedor de Panamá en la región.
El texto también prohíbe a las empresas instaladas en Panamá, un país
con relevancia logística mundial gracias al canal interoceánico, brindar
servicios o hacer negocios con naves que han sido eliminadas del
registro o que se encuentran en proceso de expulsión.
Fuentes del ministerio panameño de Exteriores explicaron que el
decreto se enmarca dentro de los esfuerzos emprendidos en los últimos
años por Panamá para luchar contra el blanqueo de capitales y el
financiamiento al terrorismo.
El presidente de la
Asociación Panameña de Derecho Marítimo (APADEMAR), Francisco Linares,
indicó que se trata de un decreto "sin precedentes", con el que
"se fortalece" la imagen que tiene la marina mercante panameña en el
exterior.
"Panamá está mandando el mensaje de que es
un país responsable y cumplidor de las reglas internacionales. Nuestra
bandera presta un servicio mundial y, como tal, debemos velar por la
seguridad global", apuntó el abogado.
La marina
mercante de Panamá aglutinó el 18 % de la flota mundial en 2016 y
registró un total de 8.094 embarcaciones y 226,6 millones de toneladas. A
Panamá, le siguen Liberia e Islas Marshall, según datos de la AMP.
El registro, que nació en 1925 y lleva liderando el mercado desde los
años 1990, reporta a las arcas públicas unos ingresos directos o
indirectos de entre 125 y 150 millones de dólares al año.
Se trata de un registro abierto, lo que significa que no exige a los
propietarios de los barcos tener nacionalidad ni residencia panameñas y
tampoco impone ninguna restricción de edad a la nave ni de tonelaje.
Los buques iraníes a los que se les va a retirar la bandera panameña,
alertó Linares, tendrán que buscar "inmediatamente" otro registro que
les acepte para poder navegar y atracar en puertos: "Navegar sin bandera
por aguas internacionales es un delito muy grave. Es como ser un
pirata", agregó.
El decreto se publicó en la Gaceta
Oficial justo cuando la vicepresidenta y ministra de Exteriores
panameña, Isabel de Saint Malo, se encontraba reunida en Washington con
el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
"El secretario Pompeo aplaude el decreto presidencial emitido por el
presidente (de Panamá, Juan Carlos) Varela. Es un importante paso en
ayudar a prevenir los grupos terroristas y los Estados que patrocinan el
terrorismo que amenaza la estabilidad y el comercio global", dijo tras
la reunión el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Robert
Palladino.
La prensa local sostiene que fue Estados
Unidos quien pidió expresamente a Panamá expulsar del registro a las
naves iraníes y que, de no hacerlo, podría incluirlo en una lista negra
del Tesoro estadounidense.
La orden, según los
medios, busca cumplir con las medidas aplicadas el 5 de noviembre pasado
por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) contra 700
personas, entidades, aviones y buques de Irán, como parte de la nueva
escalada agresiva de Estados Unidos contra la nación persa.
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