TEHERÁN.- Irán probó con "éxito" un
misil de crucero de alcance superior a 1.350 km, según anunció este
sábado, coincidiendo con el 40 aniversario de la Revolución islámica. Esta
nueva prueba puede provocar más tensiones con Estados Unidos, que aboga
por una prohibición a Irán de los disparos de misiles y cohetes
espaciales.
"El misil de crucero Hoveizeh fue probado con éxito tras
haber recorrido una distancia de 1.200 kilómetros y alcanzó su objetivo
fijado" declaró el ministro iraní de Defensa Amir Hatami.
"Puede
estar listo en el más corto lapso de tiempo posible, y vuela a muy baja
altura" agregó el ministro, en la presentación de una exposición en
Teherán dedicada a las armas y titulada "40 años de proezas defensivas".
El ministro calificó el misil Hoveizeh de "éxito defensivo" y de "brazo de la República islámica de Irán".
Según
él, este misil tierra-tierra forma parte de la serie de misiles de
crucero Sumar, cuyos primeros modelos --de un alcance de 700 km-- fueron
presentados en 2015.
Según un
informe publicado en 2017 por el Instituto internacional de estudios
estratégicos (IISS) de Londres, Irán desarrolla una docena de tipos de
misiles de un alcance de 200 a 2.000 km, que pueden llevar cargas de 450
a 1.200 kg.
Estos programas preocupan
a los occidentales, que acusan a Irán de desestabilizar a Medio
Oriente, y amenazar a Israel, el enemigo declarado de la República
islámica.
Algunos generales iraníes afirman regularmente desear la destrucción del Estado hebreo.
Sin embargo Irán afirma no tener intenciones agresivas y
asegura que sus programas de misiles responden a necesidades de
seguridad nacional, y tienen un carácter defensivo.
Según la
resolución 2231 del Consejo de seguridad de la ONU, Irán no debe llevar a
cabo "ninguna actividad vinculada con misiles balísticos concebidos
para poder transportar cargas nucleares, ni con disparos que usan la
tecnología de misiles balísticos".
Pero los occidentales, que acusan a irán de violar el texto, y los iraníes interpretan diferentemente este texto.
Teherán
asegura que no busca obtener misiles nucleares, y que su programa
balístico es "puramente defensivo" por lo que se ajusta a la resolución.
El martes, el almirante Ali Shamkhani, secretario del Consejo
supremo de seguridad nacional en Irán, afirmó que su país no tenía
"ninguna voluntad" de aumentar el alcance de sus misiles.
Ello se
produce mientras Teherán es objeto de nuevas presiones occidentales
debido a sus programas de desarrollo balístico.
A
mediados de enero, tras el fracaso de intentar poner en órbita a un
satélite, el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo acusó a
Irán de "provocación", y de intentar "mejorar sus capacidades balísticas
que amenazan Europa y Medio Oriente".
En diciembre, Estados
Unidos exhortó al consejo de Seguridad de la ONU a que adopte medidas
punitivas contra Irán para limitar su programa de misiles balísticos,
pero Rusia y Francia insistieron más bien en la instauración de un
"diálogo" con Teherán.
Washington ha convertido a Irán en su
principal enemigo, y adoptó duras sanciones económicas contra Teherán
tras haberse retirado en 2018 del acuerdo sobre el programa nuclear
iraní, considerado demasiado permisivo por la administración Trump.
Este
sábado, el Departamento de Estado criticó las "promesas incumplidas" de
la Revolución islámica que cumplió 40 años el viernes.
"Cuando el
ayatolá Jomeini regresó a #Irán en 1979 prometió muchas cosas a los
iraníes, incluidas justicia, libertad y prosperidad. 40 años después, el
régimen iraní ha roto todas esas promesas, y solo ha producido
#40añosdefracaso", dijo el Departamento de Estado estadounidense en su
cuenta de Twitter.
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