WASHINGTON.- Para los inversionistas, la inclusión de los Estados árabes ricos en recursos en los índices de mercados emergentes incrementará su vulnerabilidad a las fluctuaciones en los precios de la energía. La deuda soberana de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo ahora representa 30 por ciento de las emisiones de los países emergentes.
¿Esta
vulnerabilidad motivará a los inversionistas a escrutar, por ejemplo,
los informes de presupuesto y los activos estatales? ¿Pondrán más
atención a las revelaciones definitivas de las compañías que cotizan en
bolsa y los esfuerzos de los gobiernos por facilitar el acceso de las
firmas más pequeñas a los mercados?
Probablemente
no. En lugar de flujos pasivos, los gobiernos necesitan impulsar la
inversión directa tanto de fuentes locales como internacionales,
comprometiéndose con las reformas que apoyen la creación de empresas y
empleos. Mientras tanto, los inversionistas extranjeros irán a tientas,
guiados por los índices.
Los
grifos del capital extranjero están a punto de abrirse para los Estados
de Oriente Medio, gracias a su inclusión en índices del mercado claves.
Se espera que el próximo año Arabia Saudita y Kuwait se unan a Egipto,
Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Catar en el índice de mercados emergentes
de MSCI.
A la vez, se espera que Arabia Saudita, Catar, EAU, Baréin y
Kuwait se unan a Omán en el índice de deuda soberana para los mercados
emergentes de J.P. Morgan. Kuwait fue clasificado como "emergente
secundario" en el índice Russel FTSE, y se espera que Arabia Saudita sea
incluida en marzo.
La
inclusión en estos índices enviará miles de millones de dólares a sus
mercados de deuda y acciones, sin mucho esfuerzo de los gobiernos.
Pero
el dinero fácil puede impedir la reforma económica, por lo que el
crecimiento en 2019 podría deberse menos a la liberalización, el buen
gobierno y los mercados regidos por la ley, y más al capital que
simplemente va a donde los índices le dicen que vaya: donde el estado es
grande, con amplios ingresos por los recursos naturales y con políticas
adversas a la inversión extranjera, pero los mercados de acciones y
deuda están integrados a los flujos financieros globales.
El
acceso a este capital motivará a los gobiernos a seguir financiando sus
déficits mediante la emisión de deuda internacional y hacer poco para
propiciar un crecimiento más orgánico de las empresas privadas locales.
Aunque los gobiernos deben hacer algo del trabajo preparatorio para
ingresar en los índices, regulando sus mercados y bolsas de capital, las
reformas estructurales más profundas para abrir las economías y crear
un campo de acción para las empresas están lejos de lograrse.
Entre
los perdedores estarán los jóvenes emprendedores que intenten competir
con las empresas estatales o vinculadas al estado y las nuevas firmas
que busquen capital de riesgo. Esta es una mala noticia para la
generación de jóvenes árabes que todavía están furiosos por las
injusticias que motivaron los levantamientos de 2011: la falta de
movilidad económica, el afianzamiento de los sistemas de élite y
privilegio y las malas perspectivas de empleo en el sector privado.
¿Cuáles
países atraerán los mayores flujos de capital relacionado con los
índices? Ya están apareciendo algunos favoritos en la región, y no son
necesariamente los que están trabajando en verdaderas reformas
económicas.
En
lugar de premiar los esfuerzos de diversificación, la inclusión en los
índices puede tener el efecto de dejarlos de lado. Los flujos hacia
Dubai, un modelo de apertura económica en la región, son relativamente
bajos, mientras que sus vecinos considerados refugios seguros, o al
menos fáciles, reciben más.
Kuwait y Egipto están recibiendo mayores flujos de capital extranjero. Arabia Saudita ha estado muy variable, como resultado de la purga de la corrupción en 2017 y la reacción negativa al asesinato de Jamal Khashoggi.
Kuwait y Egipto están recibiendo mayores flujos de capital extranjero. Arabia Saudita ha estado muy variable, como resultado de la purga de la corrupción en 2017 y la reacción negativa al asesinato de Jamal Khashoggi.
Para
octubre del año pasado, Kuwait había recibido más de 700 millones de dólares en
flujos extranjeros netos en 2018, más que nunca antes, según una
investigación de EFG-Hermes SAE. Estos flujos fueron liderados por
flujos pasivos de seguidores del FTSE.
Otras razones para el incremento de la inversión fueron una proporción de deuda respecto al PIB baja, un presupuesto nacional en equilibrio aun en caso de precios bajos del petróleo, un programa del gobierno para incrementar la inversión en infraestructura y un entorno sin problemas de política exterior (en comparación con algunos de sus vecinos).
Otras razones para el incremento de la inversión fueron una proporción de deuda respecto al PIB baja, un presupuesto nacional en equilibrio aun en caso de precios bajos del petróleo, un programa del gobierno para incrementar la inversión en infraestructura y un entorno sin problemas de política exterior (en comparación con algunos de sus vecinos).
Los flujos que entran a Egipto
también están relacionados con ingresos por los recursos
(específicamente, el desarrollo de la producción de gas natural para
exportación), un mejor turismo y el simple tamaño de su mercado de
consumidores. Se espera que la inclusión de Arabia Saudita genere 16.000 millones de dólares en flujos pasivos entrantes al país a partir de
marzo.
Para
los inversionistas, la inclusión de los Estados árabes ricos en
recursos en los índices de mercados emergentes incrementará su
vulnerabilidad a las fluctuaciones en los precios de la energía. La
deuda soberana de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo
ahora representa 30 por ciento de las emisiones de los países
emergentes.
¿Esta
vulnerabilidad motivará a los inversionistas a escrutar, por ejemplo,
los informes de presupuesto y los activos estatales? ¿Pondrán más
atención a las revelaciones definitivas de las compañías que cotizan en
bolsa y los esfuerzos de los gobiernos por facilitar el acceso de las
firmas más pequeñas a los mercados?
Probablemente
no. En lugar de flujos pasivos, los gobiernos necesitan impulsar la
inversión directa tanto de fuentes locales como internacionales,
comprometiéndose con las reformas que apoyen la creación de empresas y
empleos. Mientras tanto, los inversionistas extranjeros irán a tientas,
guiados por los índices.
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