LONDRES.- Un agente del Gobierno de Arabia Saudí que ha hablado con Reuters bajo
condición de anonimato ha proporcionado este domingo una nueva versión
sobre la muerte del periodista Yamal Khashoggi en el consulado saudí de
Estambul que contradice el relato oficial en puntos clave.
Al tratarse de un objetivo importante, ha contado la fuente, el ‘número dos’ de la Inteligencia saudí, Ahmed al Asiri, reunió a un equipo de 15 personas procedentes de la comunidad de Inteligencia y de las fuerzas de seguridad de Arabia Saudí para que viajaran a Estambul para convencer a Khashoggi.
De acuerdo con la fuente, Al Asiri pidió específicamente que entre
estas 15 personas estuviera un agente dependiente del asesor principal
para la Casa Real, Saud al Qahtani, porque había estado en contacto con
Khashoggi durante la reciente visita del príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, a Londres.
Otra fuente ha confirmado a Al Arabiya que el asociado de Al Qahtani era Maher Mutreb, un coronel de la Inteligencia saudí muy cercano a Bin Salmán. El New York Times le identificó como una de las personas que acompañaron al príncipe heredero en sus viajes a Estados Unidos, Francia y España, gracias a las fotografías realizadas durante las visitas.
El plan inicial, ha contado el agente gubernamental a Reuters, era reunirse con Khashoggi con el consulado y convencerle de que regresara a Arabia Saudí.
Si oponía resistencia, le trasladarían a una ‘casa segura’ a las
afueras de Estambul por “un tiempo” hasta tener éxito. De no
conseguirlo, lo liberarían y pasarían a otro objetivo.
Sin embargo, las cosas no salieron como estaba previsto. Khashoggi
acudió el 2 de octubre a la oficina consular para tramitar los papeles
para poder casarse. Su prometida, Hatice Cengiz, no pudo pasar y se quedó fuera con los dos móviles del periodista e instrucciones de que, si en una hora no tenía noticias suyas, diera aviso a un asesor del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El equipo saudí interceptó a Khashoggi en el interior del consulado
para llevar a cabo la maniobra de persuasión, pero el periodista rechazó
firmemente la propuesta de los agentes saudíes. “¿Qué estáis haciendo
conmigo? ¿Pretendéis secuestrarme?”, espetó a Mutreb, tal y como ha relatado dicha fuente a Reuters.
Los agentes amenazaron, efectivamente, con drogarle y secuestrarle.
“Sí, te drogaremos y secuestraremos”, le contestó Mutreb. Khashoggi
respondió airado, elevando el tono para que se le pudiera escuchar más
allá de la habitación donde le retenían, lo que hizo que los agentes
entraran en pánico.
Para evitar que Khashoggi les descubriera ante las demás personas del consulado –desde empleados a visitantes– le ataron el cuello y le taparon la boca. “Intentaban evitar que gritara pero murió”,
ha revelado la fuente. “La intención no era matarle”, pero “si pones a
alguien de la edad de Khashoggi en esa posición probablemente morirá”,
ha apostillado.
El equipo, asustado por la muerte de Khashoggi, siempre según la versión de esta fuente gubernamental, ideó un plan para encubrirla. Enrollaron el cadáver en una alfombra y lo sacaron de las instalaciones con un coche del consulado para entregárselo a un “colaborador local” que se deshizo del cuerpo de Khashoggi.
El mismo tiempo, uno de los agentes, Mustafá Madani, se vistió con la ropa de Khashoggi,
se puso sus gafas y su reloj –un Apple Watch que ha resultado ser clave
en la investigación de las autoridades turcas–, y se fue del consulado
por la puerta de atrás para aparentar que el periodista salió con vida.
A continuación, el equipo redactó un informe falso sobre lo sucedido diciendo que habían
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