BEIRUT.- Con la tensión nuevamente por las
nubes entre Irán y Arabia Saudita, los ojos de los observadores
internacionales vuelven a apuntar sobre el estrecho de Ormuz,
única salida del Golfo Pérsico hacia el Océano Indico y uno de
los lugares estratégicos más importantes del planeta.
Muchas veces en el pasado los países árabes del Golfo y Estados Unidos y sus aliados temieron que la República Islámica pueda cerrar, al menos temporalmente, el estrecho y bloquear así el vital pasaje de las petroleras.
Hace cuatro años, el general estadounidense Martin Dempsey y comandante del Estado Mayor afirmó que Irán había invertido para lograr bloquear el estrecho y que Estados Unidos estaba trabajando para evitar que eso sucediese.
Consultados por la prensa de Riad sobre esto, analistas sauditas y de Medio Oriente afirman que la República islámica tendría todo para perder por un cierre incluso solo momentáneo de Ormuz.
El coronel de la marina saudita Ibrahim Merei, aseguró que Irán "no amenaza a Ormuz por el simple hecho que el Estrecho es protegido a nivel internacional, en primer lugar por Estados Unidos".
Citado por el diario Al Hayat, Fahd Shulaymi, director del Centro de Estudios sobre la seguridad de Medio Oriente, sostiene que la República Islámica por ahora no está interesada en dañar los intereses de Occidente y de las grandes potencias.
En el verano de 2012 tanto los Emiratos Arabes Unidos como Arabia Saudita tenían todavía refugios seguros, abriendo oleoductos alternativos vía terrestre y circundando de hecho el estrecho.
Según los expertos el alcance de estos conductos no están aún a los niveles de las naves cisterna que cada día surcan las aguas de Ormuz.
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