RIAD.- El nuevo rey saudí, Salman bin Abdelaziz al Saud, ha anunciado en su
primer discurso como monarca que continuará con las mismas políticas que
sus antecesores, y ha aludido a la necesidad de la unidad entre árabes y
musulmanes.
"Seguiremos aferrados al enfoque tradicional sobre el que fue creada
esta nación por su fundador el rey Abdelaziz al Saud y posteriormente
por sus hijos. No nos alejaremos nunca de esa línea, pues nuestra
Constitución es el libro de Alá (el Corán) y los actos del profeta
Mahoma", ha sentenciado.
La monarquía absoluta de Arabia Saudí se remonta al año 1923 y este
país, donde rige la ley islámica y los derechos fundamentales están
gravemente restringidos, es también conocido como "el lugar de las
mezquitas sagradas" de La Meca y Medina, cuyo guardián es el monarca.
El nuevo soberano, de 81 años, ha advertido de que las naciones
árabes e islámicas están en "extrema necesidad de unidad y solidaridad" y
ha asegurado que, desde Arabia Saudí, "elegido por Alá como plataforma
del islam y guiados por las enseñanzas de la verdadera religión",
seguirán velando por esa cooperación y por los intereses nacionales.
Sobre su hermano Abdalá, fallecido tras sufrir una
neumonía que lo mantuvo ingresado desde principios de este mes, ha
afirmado que dedicó su vida "a servir a su Dios, su religión y su
pueblo", así como a defender los asuntos árabes y de las naciones
islámicas.
Entre las primeras decisiones del nuevo soberano destacan la
designación de su sobrino Mohamed bin Nayef al Saud como segundo en la
línea sucesoria, después del actual príncipe heredero, Moqren bin
Abdelaziz al Saud, hermano del monarca. Desde su creación, el trono
saudí ha pasado de uno a otro hijo del fundador del reino, Abdelaziz, y
los monarcas suelen recibir el cargo con una edad ya muy avanzada.
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