MADRID.- La Universidad de Comillas (ICADE) y el Club Español del Arbitraje (CEA) organizaron este jueves en Madrid una jornada titulada “Arbitraje en Oriente Medio",
en la que se abordó la perspectiva de los arbitrajes comerciales y de
inversión para empresas españolas, así como la ejecución de sentencias y
laudos.
El acto reunió a destacados juristas internacionales especializados
en la práctica del arbitraje internacional, sobre todo en la región de
Oriente Medio, y también a representantes de empresas españolas con una
importante presencia en la zona. Por este motivo, el encargado de
inaugurar la jornada fue el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, socio del consorcio que desarrolla el tren de alta velocidad Medina-La Meca,
que destacó el "difícil ambiente" que puede generarse cuando se mezclan
culturas distintas, en las que el cliente suele exigir que se recoja
todo por contrato y el proveedor tiene la inercia de hacer cosas no
previstas.
Junto al reto comercial de abrir mercado, un esfuerzo
que requiere varios años de relación para ganarse la confianza de socios
locales, el siguiente paso habitual suele centrarse en aspectos de
índole jurídica, sobre "cómo redactar contratos, cómo resolver disputas y
cómo ejecutar el resultado de las mismas de manera eficaz y eficiente",
según explica Manuel Giménez, socio de la firma Areilza Abogados
y responsable de la organización de la macro-jornada.
"En muchos casos
surgen conflictos y nuestras empresas tienen que saber cómo afrontarlos
para que una oportunidad de negocio no termine convirtiendo en una
ruina".
Oriente Medio es desde hace un tiempo una importante zona
de negocios para grandes constructoras e ingenierías españolas, pero
también para otras muchas pequeñas y medianas empresas que sobreviven
gracias a contratos en países como Arabia Saudí, Dubai, Qatar, Barhein… Como recordó el Director General de Comercio (Ministerio de Economía), Antonio Fernández Martos,
el incremento de las exportaciones a esta región durante 2013 fue del
20%, más allá de la palanca que representa su apuesta por el desarrollo
de infraestructuras, además del flujo bidireccional que supone su rol
como inversores en nuestro país.
A lo largo de toda la sesión, los distintos ponentes internacionales
que participaron destacaron varias cuestiones en común: la diferencia
jurídica entre países de la zona, a pesar de tratarse ya de una región
global, y la influencia de la ley islámica (sarhia), como por ejemplo subrayó Hamid Gharavi, experto en arbitraje y socio del despacho francés Derains & Gharavi.
Una observación similar a la realizada por Juan Fernández Armesto, uno de los españoles con más relevancia como jurista en cortes de arbitraje, para quien estas características generan por lo general mucha litigiosidad entre las partes cuando se llega a un conflicto.
El
reto de hacer negocio en Oriente Medio implica un riesgo jurídico local
(sharia) que por desconocimiento de sus efectos conviene prevenir, como
apuntó Alma Gómez Valdés, abogada de la multinacional española Técnicas Reunidas.
La alternativa más habitual es apelar a una corte de arbitraje, aunque
en este caso el hecho de que sea internacional no es una garantía de que
represente mayor neutralidad. En este caso, cabe recordar, como hizo Cecilia Misu, ejecutiva de Siemens,
que muchas veces el conflicto no es con el cliente, sino entre
integrantes de un consorcio, un riesgo típico propio de las grandes
obras que se licitan en esa región.
"Hay que tener en cuenta que un arbitraje es lo más parecido a un
divorcio", ilustró la directiva de la multinacional alemana. Conviene,
por tanto, que dure poco y resulte lo menos oneroso posible. Sin
embargo, como apuntó el presidente de Renfe, la vía del arbitraje en
ocasiones puede resultar cara y bloquea la relación a futuro entre
socios.
Por lo general, como resumió de manera muy gráfica José Luis Marroquín,
responsable jurídico del operador público ferroviario, "cuando estás
convencido de tener razón aceptas un arbitraje. Sin embargo, si hay duda
sobre la posibilidad de ganar es mejor judicializar el conflicto por un
tribunal ordinario".
Otra de las reflexiones que estuvo presente
en la jornada fue la oportunidad que existe para convertir a España en
un punto de referencia del arbitraje internacional.
Aunque otras cortes
como París, Londres, Estocolmo o Dubai
acaparan ese protagonismo, Madrid ha conseguido ya hacerse cierto hueco
como punto de referencia para conflictos internacionales con origen en Latinoamérica y puede desarrollar ese rol para la región de Oriente Medio,
aprovechando el interés y confianza que genera nuestro país a estas
monarquías. Como asegura el propio Giménez, "es un posicionamiento
estratégico que no deberíamos dejar escapar", resume 'El Confidencial'.
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