RIAD.-
El expresidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí, exiliado en Arabia
Saudí desde su derrocamiento a principios de 2011, ha fallecido este
jueves a los 83 años de edad, días después de que su entorno reconociese
un empeoramiento de su estado de salud.
La
muerte de Ben Alí ha sido confirmada a la emisora local Shems FM por
parte de su yerno Slim Chibub. El abogado del expresidente, Munir ben
Salha, también ha confirmado el fallecimiento, en declaraciones a la
agencia de noticias Reuters.
Ben Alí -que alcanzó el poder en 1987, cuando se convirtió en el
segundo presidente del país desde su independencia- se exilió en Riad
tras ser derrocado durante la Revolución de los Jazmines de 2011, que
desencadenó la Primavera Árabe, tras más de 20 años en el poder.
El exmandatario llegó a la Presidencia en noviembre de 1987
tras un golpe de Estado institucional contra Habib Burguiba encabezado
por el propio Ben Alí, entonces primer ministro del país.
Posteriormente, instauró un sistema represivo en el país
que le permitió mantenerse en el cargo hasta 2011, imponiéndose en
sucesivas elecciones con porcentajes de aprobación superiores al 90 por
ciento, en medio de las denuncias de fraude.
Tras
su salida del poder, la Justicia tunecina le condenó en rebeldía a 35
años de cárcel por delitos de corrupción y torturas y a otros 20 años
por incitar al asesinato y el saqueo.
En el juicio más sonado de todos, que finalizó en junio de 2012, fue
condenado a cadena perpetua por complicidad en el asesinato de
manifestantes
durante el levantamiento contra su régimen, que se saldó con la muerte
de al menos 338 personas a causa de la represión de las autoridades.
Asimismo,
tanto él como su esposa fueron condenados a 35 años de cárcel y el pago
de 91 millones de dinares tunecinos (unos 45,5 millones de euros) por
malversación
de fondos públicos; a 15 años por posesión de armas, estupefacientes y
objetos históricos; y a seis años por corrupción y fraudes
inmobiliarios.
Fueron
precisamente los numerosos casos de corrupción en los que estaba
implicada la familia de Ben Alí y otras figuras del régimen uno de los
factores que hicieron estallar el levantamiento popular contra él.
La
población, cansada de los excesos de las autoridades y de la falta de
derechos y beneficios sociales de los que disfrutaban la mayoría de los
tunecinos, incrementó sus protestas a raíz del suicidio a lo bonzo de Mohamed Buazizi.
Buazizi,
de 26 años, se prendió fuego el 17 de diciembre de 2010 después de que
las autoridades ignoraran sus quejas tras la incautación de su puesto de
venta ambulante por la Policía.
El joven murió el 5 de enero y el
régimen de Ben Alí cayó diez días después.
A pesar de las condenas en su contra, el expresidente vivió durante su exilio junto a su esposa y sus tres hijos
a salvo de la petición de extradición formulada por Túnez a la Interpol
y alejado de los focos, con escasas apariciones o noticias acerca de su
persona.
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