DOHA.- Los restos del cuerpo desmembrado de Jamal Khashoggi habrían sido quemados en un horno
en la casa del cónsul de Arabia Saudí en Estambul el mismo día en que
se cometió el asesinato en el consulado, que se encuentra a unos 200
metros de distancia.
Así lo revela una investigación del canal qatarí Al
Yazira, que obtuvo imágenes de un horno de estilo indio -un tandoori-
construido el año pasado a indicaciones del propio cónsul. Este horno
soporta temperaturas de hasta 1.000 grados centígrados.
Al Yazira pudo hablar con uno de los trabajadores que participaron en
la obra, con funcionarios de los servicios de seguridad turcos,
políticos y amigos turcos del periodista saudí.
Según Al Yazira, las autoridades turcas creen que se asaron
grandes cantidades de carne para disimular el olor de las partes del
cuerpo de Khashoggi que iban siendo quemadas. Mientras duró la
investigación de la Fiscalía de Estambul, en ningún momento se dijo que
se centrara la atención en un horno.
Las filtraciones interesadas del
momento decían que se sospechaba de un pozo de 25 metros excavado
en el jardín del cónsul y en el llamado bosque de Belgrado, a unos 12
kilómetros de distancia. Sobre este pozo, en el que se apreció olor a
gas, se habría construido el horno.
Sin embargo, vecinos del cónsul citados por el diario turco Daily
Sabah dijeron que el mismo día de la desaparición de Khashoggi, el 2 de
octubre, “hubo una barbacoa en el jardín” del cónsul.
“Hemos vivido aquí
los últimos 12 años y nunca hemos visto que hicieran una barbacoa”,
añadieron. Según la policía turca, el cónsul saudí habría encargado al
menos 32 piezas de carne cruda a un conocido restaurante de Estambul.
En imágenes a las que tuvo acceso Al Yazira se ve a un par de hombres
entrando en la residencia con grandes bolsas de plástico. Vehículos
pertenecientes a la flotilla del consulado se desplazaron desde este
edificio a la residencia del cónsul aquella misma jornada.
Hay que recordar que la policía científica turca no tuvo
acceso a la residencia del cónsul saudí hasta el 16 de octubre, es
decir, 14 días después del crimen. Para entonces, el cónsul había
abandonado Turquía.
Fuentes de la inteligencia turca dijeron a Al Yazira
que la cabeza de Khashoggi fue llevada a Arabia Saudí. En las
conversaciones dentro del consulado captadas por el espionaje turco,
Saud al Qahtani, hombre de confianza del príncipe heredero y hombre
fuerte de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, habría dicho a equipo
desplazado a Estambul para asesinar a Khashoggi: “Traédme la cabeza de
ese perro”.
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