TÚNEZ.- La sociedad civil de Túnez celebró
este domingo "una cumbre árabe paralela" para denunciar las cuestiones
que no están en la agenda de los líderes de la Liga Árabe reunidos en
ese país, como la defensa de los derechos humanos en una región que
consideran "retrasada y huérfana de libertades".
Bajo
el patrocinio del Sindicato tunecino de Periodistas (SNJC), diversas
organizaciones locales de defensa de los derechos humanos organizaron
varias conferencias sobre libertad de prensa y opinión, educación y
transformación económica y social.
Sobre el tapete, también se valoraron otros asuntos,
como la igualdad, el estatus de la mujer, los derechos económicos y
sociales, la migración, la situación de las minorías, la pena de muerte,
la tortura y la violación de la santidad física en el mundo árabe.
Las conferencias se celebraron en la sede de la SNJC y en ellas
participaron también la Unión de Periodistas Árabes y la Federación
Internacional de Periodistas (FIP), además de la representantes de ONGs
como Amnistía Internacional.
"A los líderes árabes:
nos hallamos en un hito de la historia, en el que estamos expuestos a
grandes riesgos que nos amenazan, como la guerra, la ocupación de
Palestina, la injerencia extranjera, la dependencia, el extremismo, el
terrorismo, la marginalización y la exclusión", explicaron en su
comunicado final.
"Pero también a la destrucción del
medioambiente, la violación de las leyes del estado, la ausencia de
políticas públicas basadas en la defensa de los derechos humanos y la
garantía de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturas, así como de la dignidad para todos", agregó.
Por ello, las organizaciones instaron a los líderes árabes a arrinconar
el pulso político y a privilegiar proyectos comunes que eviten "el
miedo, la violencia, la ignorancia, y la corrupción", y sirvan para
promover "la igualdad y la justicia social y permitan al pueblo
participar en las decisiones de gobierno".
En este
sentido, incluyeron en la declaración 18 medidas que, de ser aplicadas,
conseguirían, en su opinión, sacar al mundo árabe de la parálisis y el
retraso económica, político y social en los que se encuentra.
Tras las jornadas, los participantes se desplazaron a la céntrica
avenida Bourguiba, vecina al palacio de Congresos donde se celebró la
cumbre, para manifestarse en favor de las libertades y los derechos
humanos.
Durante la marcha se gritaron consignas en
favor de Siria, país cuya membresía fue suspendida por la Liga Árabe en
2011; denuncias de la situación en Yemen, escenario de la mayor tragedia
humanitaria del siglo XXI; eslóganes propalestinos y otros contrarios
al régimen saudí.
Tras los discursos públicos, los
líderes árabes cerraron las puertas para discutir el comunicado final,
en el que se criticará la posición de Estados Unidos sobre el Golán, se
denunciarán las políticas regionales de Irán y Turquía, se defenderá
mecánicamente la causa palestina y se pedirá el fin de la división en
Libia.
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