GINEBRA.- La transición energética a nivel
mundial -medida en términos de seguridad, accesibilidad y
sostenibilidad- se ha estancado en los últimos cinco años, pues aunque
más gente tiene acceso a la energía, el progreso ha sido casi nulo desde
el punto de vista medioambiental.
Un informe que
analiza estos aspectos, y que ha sido publicado hoy por el Foro
Económico Mundial, afirma que los sistemas energéticos "son menos
abordables (para los consumidores) y no son más sostenibles para el
medio ambiente que cinco años atrás".
De acuerdo a sus avances en esta materia, cincuenta y
cuatro países de economías avanzadas son calificados, en un índice en el
que España ocupa la posición 27, por delante de Estados Unidos (28).
El ránking lo lidera Suecia, seguido de Suiza y del resto de países
nórdicos, mientras que las dos primeras grandes economías europeas que
aparecen son el Reino Unido, en el séptimo puesto, y Francia en el
octavo.
Esta evaluación critica a las economías más
importantes del planeta por su poca disposición para abordar los retos
más importantes de la transición energética.
En este
sentido, el Foro Económico Mundial recuerda que los países que se ubican
en las mejores posiciones del índice apenas representan el 2,6 % de las
emisiones anuales globales.
Actualmente, menos de
1.000 millones de personas viven sin electricidad, lo que indica que el
acceso ha aumentado año a año, pero esto se ha logrado en algunos casos a
costa de imponer precios que no son asequibles para las capas más
pobres en ciertos países.
En relación al medio
ambiente, el informe señala que el estancamiento en la transición
energética tiene entre sus principales razones que el carbón sigue
siendo utilizado masivamente para la producción de energía en Asia.
Las energías fósiles representan un 81 % del abastecimiento total de
energía primaria, una proporción que se ha mantenido casi inalterada en
las últimas tres décadas, según el informe.
Por primera vez en tres años, el consumo de carbón aumento en 2018, se agrega.
Ello explica que las proyecciones de emisiones de dióxido de carbono
indiquen que éstas aumentaron en más de un 2 % en 2018, lo que de
confirmarse habrá sido el nivel más alto desde 2014.
Latinoamérica y el Caribe es la región del mundo que consigue mejor
puntuación en sostenibilidad medioambiental en el contexto de la
transición energética gracias a su capacidad de generación
hidroeléctrica.
"La integración regional de los
mercados eléctricos, así como de infraestructura, electrificación y
mobilidad (...) pueden contribuir a mayores mejoras", recomienda el
informe.
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