DUBÁI.- Arabia Saudí
ha iniciado este miércoles el juicio contra una decena de activistas
saudíes de los derechos de la mujer detenidas a lo largo del año pasado,
y algunas de las cuales han sido torturadas en la cárcel,
según sus familias.
Las autoridades, que niegan ese extremo, no han
hecho pública ni la lista de detenidas, ni de qué se las acusa. ALQST,
un grupo de derechos saudí en el exilio, afirma que están siendo
procesadas bajo la ley de delitos cibernéticos “en relación con
actividades de derechos humanos y comunicación con entidades hostiles”, según crónica del diario español El País.
Sólo las familias han podido asistir a la audiencia. Un grupo de una
veintena de diplomáticos y periodistas extranjeros que se habían
presentado ante el Tribunal Penal de Riad, han visto denegada su
entrada, informan las agencias de noticias.
El juez que preside la
causa, Ibrahim al Sayari, ha justificado que el proceso se celebre a
puerta cerrada por razones de “privacidad”. No obstante, ha confirmado
que entre las encausadas se encuentran Loujain al Hathloul, Eman al Nafjan y las veteranas Aziza al Yusef y Hatoon al Fassi.
Además, según ALQST, también han comparecido ante el tribunal Amal al
Harbi, Shadan al Onezi, Mayaa al Zahrani, Rokaya Mohareb, Abeer
Namankani y una mujer que la organización no ha logrado identificar.
Otra citada, Nouf Abdelaziz, estuvo ausente.
Varias de ellas se encontraban entre la docena de activistas,
incluidos algunos hombres, detenidos el 17 de mayo del año pasado,
apenas un mes antes de que se levantara la prohibición de que las mujeres condujeran.
Algunas fueron liberadas poco después. Otras fueron detenidas con
posterioridad, como Al Fassi (en junio) o Al Harbi (en agosto). Todas
han defendido el derecho de las mujeres a conducir o reclamado el fin
del sistema de tutela, que somete a las saudíes a la voluntad del varón.
“El fiscal les ha acusado de delitos basados en una serie de
confesiones según las cuales las mujeres han estado en contacto con
organizaciones de derechos humanos”, ha tuiteado ALQST. La próxima
sesión se celebrará el 27 de marzo.
Al parecer, no se trata de una única causa sino de tres separadas, ya
que las activistas han comparecido en tres grupos diferentes. No está
claro si han tenido asistencia letrada. Varias organizaciones de
derechos humanos y algunos familiares habían denunciado que desde su
detención no se les había permitido tener un abogado, algo que no es
inusual en el sistema judicial saudí. Sin embargo, Al Sayari ha dicho
que si disponían de defensa independiente.
A pesar de la gravedad de los cargos, que pueden acarrear penas de
hasta 10 años de prisión, los observadores han visto un pequeño signo
esperanzador en el hecho de que, finalmente, el juicio se haya celebrado
ante un tribunal penal y no ante el Tribunal Especial Antiterrorista
como estaba inicialmente previsto. No está clara la causa de ese cambio,
que sólo horas antes se comunicó a las familias. Las organizaciones de
derechos lo atribuyen a la presión internacional.
Tras las primeras detenciones, el fiscal dijo que cinco hombres y
cuatro mujeres habían sido detenidos bajo sospecha de “dañar los
intereses saudíes” y ayudar “a los enemigos del Estado”. La prensa y la
televisión (bajo control estatal) les tacharon de “traidores” y de
“agentes de las embajadas”, en una campaña de desprestigio que alarmó a
los diplomáticos extranjeros, en especial europeos y estadounidenses.
Arabia Saudí está sometida a un mayor escrutinio tras el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
La semana pasada, en un gesto inusual, 36 países, incluidos los 28
miembros de la UE, pidieron a Arabia Saudí que liberara a las
activistas, sobre las que existe un consenso generalizado de que son
víctimas de una caza de brujas.
A falta de transparencia del sistema
judicial saudí, los analistas discrepan en si se las ha detenido como
concesión a los conservadores que se oponen a la agenda reformista del
príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán, o como advertencia para marcar los límites de lo que la monarquía está dispuesta a conceder.
El juicio, anunciado a principios de mes, ha movilizado a feministas y
activistas de los derechos humanos en la región. “¡Pedir la igualdad no
es terrorismo!”, tuiteaba la
activista jordana Suad Abudayyeh. Un grupo ha iniciado una acción de
apoyo bajo la etiqueta #معاك_يالجين (#EstamosConLoujain) en apoyo de la
más joven de las detenidas y cuya familia ha sido una de las más vocales
en denunciar el acoso sexual y las amenazas de violación de las que
presuntamente ha sido víctima por parte de sus carceleros.
La
Universidad de Lovaina (Bélgica) incluso le ha concedido un doctorado
honorario por su activismo.
Varias diputadas canadienses y noruegas han propuesto a tres de los
detenidos, Al Hathloul, Al Sadah y Abdullah al Hamid, para el premio
Nobel de la Paz de este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario