NUEVA YORK.- El año pasado acabó con importantes caídas en los principales mercados y una Reserva Federal estadounidense dispuesta a tomarse un descanso en la subida de tipos de interés para proteger la economía.
En
cierta manera, todo apunta a que 2019 podría ser testigo de una
desaceleración, aunque no de una recesión, y hay una gran diferencia
para los activos de riesgo entre estos dos conceptos.
Walid
Mourad, portfolio manager en el equipo de renta variable para los
mercados de Medio Oriente y Norte de África de Lazard Asset Management,
estima que este grupo de países ofrecerá este año grandes oportunidades y
la principal razón es que los motores de estas economías son
principalmente internos, no externos, y las turbulencias internacionales
tienden a afectar menos aquí.
"En contra de lo que se pudiera
pensar, muchos inversores han asociado históricamente la región MENA con
el petróleo. Sin embargo, durante los últimos siete años, sus mercados
de renta variable estuvieron menos correlacionados con los precios del
crudo que los mercados emergentes y desarrollados", explica.
Las
cifras avalan esta afirmación. Menos del 2% de la capitalización total
de la región MENA está ligado al petróleo o a empresas que se dedican a
su explotación.
Menor correlación con el crudo
"Los
inversores han llegado a la conclusión de que no es el precio del
petróleo lo que dirige los mercados de renta variable de estos países.
Es el gasto del gobierno y como de sostenible es ese gasto", añade.
"Creo
que la mayoría de estos países lo evolucionará bien con un precio del
petróleo en los mercados internacionales por encima de los 50 o 55
dólares por barril", estima el gestor durante una entrevista.
En
la región MENA encontramos países tan diversos como Kuwait, Egipto,
Arabia Saudí, Qatar o los Emiratos Árabes Unidos. Pero también Líbano,
Marruecos, Omán o Túnez.
Otro de los puntos a favor de
estas economías de cara a 2019 es que no están endeudadas. Su deuda en
comparación con su PIB está muy por debajo de la de los mercados
desarrollados.
Por poner un ejemplo la deuda de Arabia Saudí con
respecto a su PIB está por debajo del 20%. Kuwait y Qatar podrían apoyar
sus déficits fiscales durante 12 y 20 años, respectivamente, utilizando
sus reservas financieras.
"Los
gobiernos de MENA también tienen importantes reservas financieras y un
bajo apalancamiento. La mayoría ha acumulado cantidades sustanciales de
riqueza y activos durante los períodos de altos precios del petróleo,
que pueden utilizarse para financiar déficits en el futuro".
Y
es que, en los últimos años, afirma el gestor, y como respuesta a los
precios más bajos del petróleo, los gobiernos de MENA han acelerado las
reformas económicas para reducir los déficits fiscales.
Además,
dado que el apalancamiento es bajo, estos países pueden aumentar la
deuda fácilmente cuando sea necesario para continuar con sus programas
de gasto, añade.
"Pero también nos interesa mucho seguir el dato del coste marginal de producir petróleo. Es una cifra que nos da muchas pistas".
Factores de riesgo
"Creo
que son los mismos que para cualquier otro mercado emergente. Así que
el primer factor de riesgo es la política. Pero somos inversores no
analistas políticos y lo que hacemos es analizar si hay una prima por el
riesgo incorporamos en la cartera al tener un activo de la región
MENA", afirma.
Otro factor de riesgo, cita Mourad, es
obviamente el gasto de los gobiernos de estos países. Cuando los precios
del petróleo caen, muchos de estos gobiernos lanzan planes de
refinanciación y recortes de los subsidios.
"Son reformas
en muchos casos necesarias, pero cuando los precios vuelven a subir,
hay una presión, una tentación de ponerlas en espera. Y los inversores
en general cuestionarán el compromiso y la seriedad de estos países para
seguir adelante con los planes de reforma sobre todo a largo plazo",
explica el experto de Lazard AM.
Finalmente, Mourad añade que
otro de los principales riesgos en la región son los niveles de
productividad, que son bastante bajos, especialmente entre la población
local y no tanto en los expatriados. Es algo que tiene que ser
arreglarse.
"En Arabia Saudí o Egipto, el gasto de los gobiernos
es muy alto y las empresas privadas no han tomado el relevo en términos
de gasto de capital y en mano de obra. Eso es algo que tenemos que
vigilar de cerca", dice.
Las perspectivas en este capítulo van a depender, claramente, de cada sector.
"Algunos
sectores lo han hecho bien, han sido resistentes a los cambios, a las
reformas y a los precios del petróleo. Hay sectores que no son sensibles
a la economía y a sus ciclos, estos son principalmente los de las
compañías muy expuestas a exportaciones y a factores externos. Estas
empresas continuarán haciéndolo bien", apunta.
"Y de cara al
futuro, como he dicho, hay que mirar caso por caso. Pero creo que hemos
visto lo peor en 2017 y 2018 y estos van a ser los puntos de partida
para este año".
Analizando país por país, el gestor de Lazard
recuerda que el sector de consumo de Arabia Saudí se ha visto afectado
por la salida del país de muchos expatriados y por los recortes a los
subsidios. Para él, la renta variable del país tocó suelo el año pasado.
Sin embargo en un país como Egipto, hay muchos factores que vigilar.
"Los
tipos de interés están aumentando globalmente y eso está poniendo mucha
presión en el banco central de Egipto. Vemos potenciales riesgos de
devaluación en algunos de los negocios. En este entorno muchas compañías
sobrevivirán, pero otras sufrirán", dice.
Por eso, el experto
cree que no se puede generalizar en esta región sobre cómo serán los
resultados empresariales en el futuro. "Es una región que contiene de
todo y hay que mirar con cuidado cada activo", concluye.
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