LONDRES.- Puede
que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tenga que elegir
entre dos fijaciones recurrentes: luchar contra naciones de la OPEP y el
petróleo barato.
Después
de anunciar sanciones a la petrolera estatal venezolana PDVSA, el
mandatario está en conflicto con dos de los miembros fundadores del
cartel, luego de imponer medidas similares contra Irán a fines del año
pasado. Trump presiona al país islámico a raíz de su programa nuclear y
asedia al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por aferrarse de
manera fraudulenta al poder.
Los
despachos iraníes ya se han reducido en 1,3 millones de barriles
diarios y cerca de 500.000 barriles al día de crudo venezolano bloqueado
por EE.UU. pronto tendrán que encontrar nuevos compradores.
La
disrupción podría ser mucho mayor si el país norteamericano logra
sofocar por completo las exportaciones de Irán o si las sanciones al
petróleo venezolano se aplican de forma más amplia.
Sin
embargo, es probable que esta ofensiva entre en conflicto con otra de
las metas del presidente de EE.UU., a saber, reducir los precios de la
gasolina para apaciguar a los automovilistas y potenciar la economía
nacional.
Si
bien los precios se mantienen en alrededor de 54 dólares por barril en Nueva
York, 30 por ciento por debajo del máximo en cuatro años alcanzado en
octubre pasado por temor a que Trump se negara a otorgar exenciones a
compradores de crudo iraní, esa calma podría no durar y EE.UU. tendría
que privilegiar una de sus aspiraciones.
En
mayo, Trump decidirá si renovará las exenciones temporales que
permitieron a ocho de los clientes de Irán, incluidos China e India,
seguir comprando cantidades reducidas a la República Islámica. Si estas
exenciones no se extienden, es probable que las exportaciones iraníes
caigan aún más.
Para
llenar el vacío, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, ha señalado
que los aliados de EE.UU. en Medio Oriente, en particular Arabia
Saudita, están listos para restaurar la producción. El reino aumentó los
volúmenes a niveles récord el otoño boreal pasado cuando parecía que
Trump sopesaba seriamente bloquear de manera total a Irán.
La
pregunta es si los saudíes y sus aliados pueden aumentar la producción
lo suficiente y mantenerla para compensar las pérdidas simultáneas en
Irán y Venezuela.
Aunque el reino tiene una capacidad de producción
adicional cercana a 1,4 millones de barriles diarios, según la Agencia
Internacional de Energía, incluso eso podría verse afectado por una
interrupción profunda y prolongada.
"Una
advertencia: EE.UU. no puede obstruir simultáneamente la oferta de
Venezuela e Irán sin causar un alza de los precios", comentó Stephen
Brennock, analista de PVM Oil Associates en Londres.
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