MADRID.- España ha avanzado tres posiciones
en el ránking mundial de libertad económica, con lo que acumula dos años
de mejoras, gracias a la mejora en la eficacia reguladora y a la
reducción de la carga pública.
Así se desprende del
índice que elabora anualmente The Heritage Foundation y The Wall Street
Journal y que este miércoles ha difundido en España la Fundación FAES,
que destaca que, aún así, España está por detrás de países como Baréin,
Kosovo, Rumanía o Botsuana, y en el puesto número 20 de los 28 países de
la Unión Europea.
Este Índice de Libertad Económica analiza el grado de
apertura económica o intervencionismo de 180 economías para elaborar un
ránking mundial que este año está liderado por Hong Kong, Singapur,
Nueva Zelanda, Suiza, Australia, Irlanda, Reino Unido, Canadá, Emiratos
Árabes y Taiwán, como las diez más liberadas.
España
ocupa este año el puesto 57, frente al 60 de 2018 y al 69 de 2017, año
en el que sufrió una fuerte caída de 26 puestos debido a la corrupción y
a las trabas a la libertad de negocio y de mercado, algo que contrastó
con el avance medio registrado ese año tanto en todo el mundo como en
Europa.
En esta ocasión, España obtiene una nota
final de 65,7 puntos sobre 100, lo que supone una leve mejora de 0,6
puntos respecto a la edición anterior. Así, se sitúa por encima de la
media mundial (60,8), pero por debajo de la de toda la región europea
(68,6).
El Índice de Libertad Económica, impulsado
inicialmente por el influyente economista liberal Milton Friedman, tiene
en cuenta doce medidas agrupadas en cuatro categorías: Estado de
Derecho, tamaño del gobierno, eficacia reguladora y apertura de los
mercados.
Entre otros aspectos, se valora
particularmente la mejora en la salud fiscal española, que compensa una
fuerte caída en la efectividad judicial, y se señala que la minoría del
Gobierno limita su capacidad para implementar su "controvertido y
costoso" programa de reformas.
Se añade que la
recuperación económica ha reducido el coste del endeudamiento y que la
inflación se ha mantenido modesta, pero el endeudamiento del sector
público "sigue siendo un obstáculo para el crecimiento".
En el ámbito judicial, se apunta que los retrasos en los casos a menudo
dejan a los tribunales sobrecargados y retardan la administración de
justicia, y recuerda que el anterior Gobierno fue derribado por un
escándalo de corrupción.
Por lo que se refiere a la
regulación, se destaca que se han simplificado los procedimientos para
crear empresas y reducido los requisitos de licencias, pero el entorno
normativo general sigue siendo "oneroso".
Respecto a
la apertura comercial, se señala que la mayoría de los sectores están
abiertos a la inversión extranjera, que las condiciones del sector
financiero "continúan mejorando" y que el uso de servicios bancarios es
casi universal entre la población adulta.
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