miércoles, 26 de diciembre de 2018

El asesinato de Khashoggi complica el deshielo entre Arabia Saudí e Israel

JERUSALÉN.- El asesinato en octubre del periodista saudí Jamal Khashoggi ha afectado negativamente el intenso acercamiento de los últimos meses entre Israel y Arabia Saudí. Según fuentes norteamericanas, la supuesta intervención del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, y de dos de sus ayudantes en el asesinato del periodista, próximo a los Hermanos Musulmanes, en el consulado saudí en Estambul, ha frenado momentáneamente parte de los proyectos de seguridad conjuntos entre ambos países, según crónica del corresponsal del diario español El Mundo.

“Las relaciones entre los dos países se han enfriado. Lo último que necesitamos en nuestro reino es que se produzca un efecto dominó”, afirmó una alta fuente saudí a la prensa israelí.
Saud al Qahtani, estrecho asesor de Bin Salman, era uno de los motores del acercamiento entre Riad y Jerusalén, y ha sido alejado del poder en Arabia Saudí como resultado del asesinato de Khashoggi.
También el ex número dos de la inteligencia saudí, Ahmed Asiri, un alto funcionario que visitó Israel hace pocos meses, perdió su puesto a raíz de lo ocurrido en Estambul. Asiri, según pudo saber La Vanguardia, visitó Israel en varias ocasiones, siendo uno de los funcionarios más destacados de su país en visitar el Estado judío.
El general Anuar Eshki, director del Centro de Estudios Estratégicos de Yida, visitó Jerusalén dos veces de forma discreta, manteniendo contactos con altos responsables israelíes, y en una tercera ocasión en la que estaba de visita oficial a Ramala, en Cisjordania (territorio gobernado por la Autoridad Nacional Palestina), cruzó a Jerusalén, lo que le valió duras críticas en las redes sociales árabes.
Aparentemente el destino de Al Qahtani y de Asiri muestra las dificultades a las que se enfrenta Bin Salman en los últimos meses. Su padre, el rey Salman, que le convirtió en heredero en vez de su tío, el exministro de Interior Mohamed bin Nayef, está mucho más activo en la gobernación del país desde la crisis del asesinato de Estambul. 
El monarca, de 82 años, tiene una línea más firme hacia Israel que la de su hijo, de 33 años, y declaró recientemente que la solución del problema palestino es la prioridad de Arabia Saudí en la región.
Las tensiones entre el Gobierno de Beniamin Netanyahu y el del rey Salman ensombrecen la estrategia desarrollada por la Administración Trump en Oriente Medio, destinada a conseguir un acuerdo regional entre Israel y los principales países suníes, encabezados por Arabia Saudí y Egipto.
A pesar de todo, se espera que las relaciones entre ambos países continúen ante los intereses de seguridad y económicos, cada vez más notables. En los últimos meses, Mohamed bin Salman ha recibido en su palacio a varios empresarios israelíes que están construyendo cines y teatros en uno de los países más conservadores del mundo, donde este tipo de ocio es totalmente nuevo. 
Asimismo, según fuentes norteamericanas, Arabia Saudí dispone ahora del sistema antimisiles israelí Cúpula de Hierro para proteger la capital, Riad, de misiles lanzados por las fuerzas hutíes de Yemen, proiraníes.
En los últimos meses, Yosi Cohen, jefe del Mosad (los servicios secretos israelíes), se ha encontrado en varias ocasiones con altos cargos saudíes. Riad, Abu Dabi y Jerusalén comparten de forma regular información de inteligencia sobre amenazas comunes, sobre todo relacionadas con el enemigo número uno de los tres países, Irán.
Desde la entrega de dos islas en el mar Rojo por parte de Egipto a Arabia Saudí, Israel tiene frontera marina con el reino saudí. Empresas israelíes consideran a Arabia Saudí un importante mercado en la lucha cibernética y se preparan para participar en concursos para la construcción de Neom, la nueva ciudad que planea Bin Salman. 
Según fuentes norteamericanas, Riad estudia invertir en compañías israelíes de alta tecnología.

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