RIAD.- La desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi ha impactado a líderes políticos y económicos ante la celebración del "Davos del desierto", un foro económico previsto del 23 al 25 de octubre en Riad que ahora se encuentra ante un más que incierto panorama.
Los
ministros de Economía de Francia, Bruno Le Maire, y de Holanda, Wopke
Hoekstra, y el titular británico de Comercio Internacional, Liam Fox,
anunciaron hoy que no participarán en la conferencia.
Tampoco
lo hará el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, el
cual anunció en la red social Twitter que tomó la decisión después de
reunirse con el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el secretario de
Estado, Mike Pompeo.
Los
cuatro engrosan una ya larga lista de personalidades y hombres de
negocios que se han desvinculado del foro Future Investment Initiative,
que Arabia Saudí pretende convertir en escaparate para sus principales
proyectos de inversión.
La
razón, la desaparición el 2 de octubre de Khashoggi cuando se
encontraba en el consulado saudí en Estambul, en un caso que, según
filtraciones de las autoridades turcas a medios de ese país, fue una
auténtica película de terror.
"No
se cumplen las condiciones para que vaya a Riad", afirmó Le Maire al
canal Public Sénat, al recordar que el presidente francés, Emmanuel
Macron, "lo dijo muy claramente: los hechos son muy serios".
La
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine
Lagarde, anunció el lunes que no viajará a Riad, sin explicar los
motivos, dos días después de haber afirmado que estaba "horrorizada" por
el caso Khashoggi.
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, también ha cancelado su viaje, sin desvelar las razones.
De
acuerdo con medios turcos y estadounidenses, Ankara dispone de
grabaciones de vídeo y audio que demuestran que Khashoggi fue asesinado
en la sede diplomática.
Los detalles del caso filtrados a la prensa, algunos muy escabrosos, han generado una oleada de indignación mundial.
El
Reino Unido, Francia y Alemania han pedido una "investigación creíble" y
las ONG Human Rights Watch, Amnistía Internacional,el Comité para la
Protección de los Periodistas y Reporteros Sin Fronteras instaron hoy a
la ONU a que se encargue del caso.
Las
sospechas que planean sobre las autoridades saudíes y, en concreto
sobre el príncipe heredero Mohamed bin Salman, están afectando al foro,
evento que él mismo ha impulsado.
Tampoco
acudirán a la cita los máximos directivos de varias multinacionales,
entre ellas JPMorgan, Uber o Ryanair, además de algunos medios que
patrocinaban el acto, entre ellos CNN, CNBC, Bloomberg, Financial Times o
el japonés Nikkei.
Mientras tanto, los responsables del foro parecen no querer darse por enterados.
El
portavoz del fondo soberano saudí, Mohamed al Shiha, no quiso comentar
hoy los anuncios de las últimas ausencias y se remitió a un
comunicado publicado por la organización el pasado lunes, después de que
se conociera la renuncia de algunos ponentes.
En
esa nota se afirma que 150 oradores de 140 organizaciones han
confirmado su participación en la conferencia, la cual contará con
cuarenta sesiones repartidas en tres días, que incluyen plenarias,
seminarios, discusiones abiertas y talleres.
El
evento, conocido como el "Davos del desierto" por el nivel de sus
participantes, aunque no tenga relación con el Foro Económico Mundial,
será escenario de anuncios de proyectos multimillonarios, al igual que
el año pasado fue la plataforma desde la que se anunció la construcción
de la megalópolis futurista NEOM.
Entre
los principales patrocinadores internacionales que mantienen su apoyo
al foro figuran Siemens, Mastercard y los bancos HSBC y Crédit Suisse,
además de consultorías como Deloitte, Price Waterhouse Coopers (PwC) o
The Boston Consulting Group.
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