MADRID.- El gobernador del Banco de
España, Luis María Linde, ha destacado este martes el importante
potencial del mercado financiero islámico si consigue integrarse de
forma adecuada en el sistema global, adaptando su normativa sin perder
de vista sus especificidades.
Durante la conferencia 'Islamic Finance. The real economy and
the financial sector' pronunciada en el IE Business School de Madrid,
Linde
ha subrayado que el sistema financiero islámico lleva creciendo a un
ritmo cercano al 20% desde el año 2007, y que ya representa dos
trillones de dólares de activos, una cifra "muy significativa" que
equivale al 1% global.
Además, su perspectivas "también son positivas", según el
gobernador, que advierte no obstante de que para que puedan llegar a
buen puerto hace falta llevar a cabo "las reformas necesarias para
integrarse en el mercado internacional", en materias tan relevantes como
los sistemas de pago, los mecanismos de resolución de conflictos, el
análisis de riesgos, la calibración de los instrumentos financieros
propios o los temas fiscales.
"El sistema financiero islámico tendrá que cumplir la
regulación internacional a la vez que mantiene sus especificidades", ha
señalado, subrayando que tanto el Islamic Financial Services Board
(IFSB) como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial
(BM) juegan un papel importante en este sentido.
Por su parte, el secretario general del IFSB, Jaseem Ahmed, ha
destacado tanto el alto rendimiento como la resistencia del sistema
financiero islámico durante la reciente crisis global, derivada sobre
todo de su escasa exposición a los productos tóxicos comercializados en
otros ámbitos del planeta.
En este sentido, ha hecho hincapié en que el mundo islámico
puede aportar una mayor estabilidad y resiliencia al sistema financiero
mundial, aunque reconociendo que para llegar ese punto hacen falta
"reformas vigorosas" y una adaptación en materias como la neutralidad
fiscal o la monitorización de riesgos.
Un proceso que, a su juicio, debe interesar a todas las partes
ya que una mayor integración del sistema financiero islámico abre la
puerta a "un nuevo mercado" en el que muchos adultos no cuentan ni
siquiera con cuenta bancaria y donde hace falta cubrir grandes
necesidades tanto de particulares como de instituciones, que se
beneficiarán así de mayores oportunidades de desarrollo para los países
del mundo islámico.
Ahmed ha señalado por último que el principal reto a afrontar
es conseguir integrar la ley islámica (sharia) en un sistema
internacional que no reconoce esas implicaciones éticas.
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