TRÍPOLI.- Al menos siete
depósitos de petróleo arden en los puertos petroleros libios de Sidra y
Ras Lanuf después de que los fuegos desatados por los ataques yihadistas
contra cuatro de ellos se extendieran esta madrugada a otros tres.
Según explicó el portavoz de las instalaciones petroleras
situadas en el noreste del país, Ali al Hasi, los depósitos ahora pasto
de las llamas tienen una capacidad de almacenamiento de unos dos millones
barriles.
"Hasta ahora, toda esta parte está controlada por los agentes de
seguridad y gracias a la ayuda de los jóvenes que vinieron desde las
ciudades vecinas para prestarnos apoyo", dijo Al Hasi
Grupos yihadistas libios afines a la organización Estado Islámico
(EI) emprendieron el lunes una ofensiva para hacerse con el control de
los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidra, los más importantes de
Libia.
Este intento de asalto, repelido por la seguridad privada que protege
las terminales, ha causado ya la muerte a más de una decena de
combatientes de ambas partes y dejado al descubierto la falta de
coordinación entre las fuerzas libias.
En un primer momento, acudieron al rescate algunas de las milicias
islamistas afines al Gobierno de Trípoli, pero no las fuerzas leales al
ejecutivo rival de Tobruk, bajo el mando del controvertido general
Jalifa Hafter.
"Hemos recibido ayuda también por parte de las milicias leales al
Congreso Nacional General (Parlamento de Trípoli) que lucharon cuerpo a
cuerpo con nosotros", aseguró hoy Al Hasi.
El diario "Libya herald", cercano al Parlamento en Tobruk, afirmó el
miércoles que Hafter, antiguo miembro de la cúpula del derrocado
dictador Muamar al Gadafi y convertido después en opositor en el exilio,
ya ha dado la orden para que la aviación bajo su control se sume a la
lucha.
Un testigo de la ciudad vecina de Ajdabya informó que hay 13
miembros del EI que perdieron la vida y otros 11 fueron detenidos por
los milicianos, que se incautaron de varios vehículos armados.
El ataque a Sidra coincidió el lunes con nuevos enfrentamientos entre
las fuerzas afines a Tobruk y las milicias islamistas leales a Trípoli
en Bengasi.
Coincide asimismo con las nuevas disputas políticas después de que el
representante de Tobruk en el gobierno de unidad nacional formado por
la ONU amenazara con abandonarlo si no se garantiza que el polémico
general Jalifa Hafter mantiene el control de las Fuerzas Armadas, a lo
que se opone Trípoli.
Ayer, el enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, urgió a
todos los partidos y grupos libios a esforzarse al máximo para evitar
que los recursos petroleros del país caigan en poder de los yihadistas
de EI.
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