TEHERÁN.- El gobierno de Omán calificó como "inaceptables" los asaltos de manifestantes a la sede
diplomática de Arabia Saudita en Irán, pero se ha diferenciado
de otros países del Golfo Pérsico, como Bahrein y Kuwait, en que
evitó romper relaciones diplomáticas con Teherán.
La primera expresión de Omán en medio de la crisis entre Arabia Saudita e Irán por la ejecución del imán chiíta Nimr al Nimr, ordenada por Riad, estuvo rodeada de prudencia y al influjo de la política de "buen vecino" de Teherán.
Fuentes de la cancillería de Omán dieron suma importancia al "establecimiento de normas que prohíban la injerencia de cualquier tipo en los asuntos de política exterior de los estados a los efectos de salvaguardar la estabilidad y la paz en la región".
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